Lomas de Zamora, junio 20 (AUNO).- Mientras se prepara para doblar otra vez la esquina de su sonido, una de los emblemas de la escena independiente argentina, Pez, pasó por Temperley para dejar sordas a las 200 personas. “Nos gusta el ambiente que se genera en la zona sur y tal vez la próxima podamos hacer un par de fechas para que no quede nadie afuera”, le adelantaron a AUNO luego de un recital que los llevó desde el rock Sabbath hasta el trance psicodélico.
En tiempos de sequía de lugares (igual nadie extraña a Peteco’s, que ahora es una mueblería donde una mesita ratona verde agua cuesta 2300 pesos) las rejas siempre abiertas de Cultura del Sur conducen a un necesario espacio ya clásico en la zona. Allí las bandas pueden tocar sin pagar, vender sus discos sin pagar, estacionar el flete con los equipos sin pagar y, no menos importante, sortear la intermediación de empresas luciferinas que cobran algo que Huxley no se avivó de meter en Un Mundo Feliz: el service charge. Y sin pagar.
Es un espacio así y una forma de trabajar como la de Surfer Rosas lo que permite que Pez venga a dar un show íntimo y demoledor en el sur del Conurbano; un sonido que desborda los pocos metros cuadrados del local, unos músicos que se mezclan entre la gente después del toque. Un toque bastante diferente a la última presentación de la banda, en el mismo ciclo, el año pasado. Porque si esa vez la intención fue presentar su última placa, Nueva Era, Viejas Mañas, y hacer del formato trío la unidad básica de un rock crudo y asfixiante, la noche del sábado presentó una banda policroma que hizo uso de las muchas e incluso opuestas sonoridades que atraviesan su discografía.
Así, la noche arrancó con “Maldición”, uno de los primeros tracks del psicodélico y brillante Folklore (2004); “Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar”, aclamado hit-no-hit que abre Convivencia Sagrada (2002) y “Toda la mañana”, primera canción de Hoy (2006).
En línea con esa manera de crear con el instinto como guía y límite, las casi dos horas de recital del grupo de Ariel Minimal, Gustavo “Fósforo” García y Franco Salvador discurrieron entre un hard rock a prueba de hipsters (“Os Garcas”, “La madre de todas las artes”, “Fusarium”,), temas inéditos con el acelerador más levantado (“20/3/2014”, “Muerde la luz”, “Retornan los restos”), hermoso punk rock de los ’90 (“Rompo tu piel de asno”) o progresismos que nada tienen que ver con flamantes alianzas impresentables (“Caballo loco”).
Estrenos aparte, la novedad también estuvo en el sonido que parece amanecer en el trío y los lleva a un toque más espacial, más ambiental que en su último y sabbathico álbum: la banda, trémolo y pedales mediante, ahora se vale de una paleta de efectos que apuntan más a un trance que a una explosión de poder.
“Quizá estemos más espaciales porque queremos movernos de los últimos discos que eran más pesados, queremos corrernos de ahí para no aburrirnos”, le explicó Fósforo García a AUNO, recién bajado del escenario, bajo la pantalla a gas y con el invierno golpeando en las puertas del local.
“La ambición nuestra nunca esta puesta en otro lado que no sea tratar de mejorarnos como banda, crecer y aprender. Después, la ambición de comprar una tele más grande para ver el mundial o boludeces así las tenemos como cualquiera, pero no nos mueve nada a la hora de encarar nuestra música.”
Sobre su recorrido por Gran Buenos Aires (la banda suele presentarse en casi todos los partidos del Conurbano), el bajista señaló que “Pez, donde puede ir a tocar, va”. “Somos movedizos e incluso hace poco estuvimos en el norte argentino”, indicó.
Acerca del crecimiento del grupo en los últimos años, luego de dos décadas de autogestión en las que lograron hacer un festival propio (Festipez) y fundar un sello (Azione Artigianale), Fósforo consideró que “en Temperley quizás se pueda tocar en un lugar más grande, pero es muy lindo lo que se da en un espacio más íntimo”. “Tal vez podamos hacer un par de fechas para que no quede gente afuera, preferiríamos hacer eso a buscar un lugar más grande”, deslizó.
Después de su escala por el sur, Pez seguirá en tierras conurbanas para presentarse en José C. Paz y San Martin, y volverá a su Buenos Aires natal en agosto, cuando toque el sábado 2 en Groove, Palermo.
JJR-AFD
AUNO-20-06-14