Murió Claudio Rissi, del cine y la televisión a la docencia en el conurbano

El reconocido actor murió esta mañana tras luchar contra una larga enfermedad. Con numerosas participaciones en cine y televisión, fue tres veces ganador del premio Cóndor de Plata.

Claudio Rissi falleció hoy a los 67 años luego de estar días internado en la clínica porteña de Los Arcos en Palermo, según confirmó su novia Natalia Ojeda a medios nacionales. El actor, reconocido por su rol en la serie El Marginal, luchaba contra el cáncer, y tanto colegas como allegados sintieron su partida.

“Despedimos con gran tristeza a nuestro afiliado, el actor Claudio Rissi. Durante su trayectoria de más de cuatro décadas se destacó en televisión, cine y teatro. Acompañamos a sus seres queridos en este duro momento”, lamentaron desde la Asociación Argentina de Actores.

Además de su reconocido papel de Mario Borges en El Marginal, también se lo recuerda por sus interpretaciones de Galván en Los simuladores, el ‘fletero’ en “Okupas” o ‘el comisario Filpi’ en El Puntero. Personajes con características similares, pero siempre con la misma energía de hombre recio que sabía transmitir a la audiencia. 

Fue tres veces ganador del premio Cóndor de Plata en la terna de “Mejor actor de reparto” y su actuación acumula un gran currículum de participaciones en cine y televisión, y una interpretación estelar en la obra escrita y dirigida por Mauricio Kartún: Terrenal, pequeño misterio ácrata, donde personificó a ‘Tatita’. Además, por este último trabajo ganó el premio ACE de la Asociación de Cronistas del Espectáculo de la Argentina que lo distinguió como Mejor Actor de Teatro Alternativo.

Rissi y su paso por Monte Grande

El actor, a pesar de haber nacido en Boedo, mantuvo una larga relación con la ciudad de Monte Grande donde enseñó teatro en Brancaleone, establecimiento cultural que acompañó a los vecinos de la localidad. La escuela, que funcionó hasta 2014, estaba ubicada en 9 de Abril en un barrio residencial donde los árboles interrumpen las veredas cada pocos metros.

Fue criado por una costurera y un “buscavidas” en el barrio porteño de Boedo. Naturalmente hincha de San Lorenzo, recibió de su madre y de su hermana mayor el visto bueno en sus primeros pasos en la actuación, no así el de su padre. 

Rissi llegó a la actuación en su juventud de la mano de la Escuela Nacional de Arte Dramático, a pesar de que durante el transcurso de su vida supo “ganarse la vida” siendo tornero, cobrador, encuestador, ensobrador y sereno. 

El artista vivió 20 años en Monte Grande y en una entrevista con AUNO destacó: “A mí Monte Grande me rescató. Si seguía en Buenos Aires me iba a morir. Había atravesado muchas pérdidas. Estaba quebrado en todo sentido. Quebrado emocional y económicamente. Las dos minas de mi vida habían muerto en el término de nueve meses. Mi madre y el amor de mi vida”.

“También me debían mucho dinero de una película que había hecho. Me acuerdo que el día que me mudé llovía, caía mucha agua, pero mucha agua. Así que me paré debajo de un roble que estaba en el fondo de mi casa y dije: ‘yo acá voy a hacer teatro de verano’ y así nació el Brancaleone”, recordaba en aquella charla con este medio.

Brancaleone nació en agosto de 2002 como iniciativa de Mariana Agüero -actriz de gran trayectoria- y Claudio Rissi, marcando el camino del teatro independiente en la ciudad del sur del Conurbano. “Tenemos el orgullo de haber generado un movimiento más groso de actividad teatral en la zona, porque existía, pero de un modo muy reducido. Se transformó en algo más expansivo”, sostuvo Rissi en conversación con AUNO. 

De la actuación a la docencia y la vida diaria

Camilo (32) es artista plástico y fue alumno de Rissi en su escuela de teatro Brancaleone por un acto que destacó como “muy generoso”, ya que lo aceptó en su grupo de adultos por falta de cupos en el sector de los aspirantes más jóvenes cuando él tenía 18 años.

“Lo más importante del espacio fue que pude conectarme con muchas otras personas que me enseñaban cosas directa o indirectamente”, aseguró el aprendiz de Rissi. “Este lugar me servía como refugio para sanarme de todas las cosas del exterior”, sostuvo.

Claudio era un tipo muy sabio y tenía muchas anécdotas y muchas cosas interesantes que nos contaba; a veces, se la pasaba horas hablando sobre sus aventuras o sus primeros pasos como actor”, destacó Camilo. “Una vez se hizo pasar por ciego en el bondi y le salió muy bien, nos contaba. Son cosas que recordaré siempre y por eso ese espacio me enseñó y me resguardó”, expresó sobre sus años en Brancaleone.

“Los recuerdos que tengo de él son muy frescos. Recuerdo que me pedía que me deje de hacer tatuajes y él me decía: ‘pibe, dejá de hacerte tatuajes, por favor; existen maquillajes para taparlos pero no es lo mismo y vos tenés que seguir con el teatro’. Siempre me dijo eso y yo no le hice caso pero me hacía entender que yo era bueno para eso y me motivó en todo momento”, memoró Camilo.

“Claudio era bohemio; un apasionado por el arte y un apasionado por la actuación. Era alto y grandote pero no imponía temor. Cuando hablabas con él te dabas cuenta que era un tipazo. Era una persona que te miraba a los ojos cuando te hablaba, te escuchaba, te contenía y además tenía un gran sentido del humor. Fue muy importante en mi vida y me marcó mucho el camino a seguir a mis 18 años. No es por nada que hoy me esté dedicando al arte”, concluyó.

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