El caso del joven muerto luego de recibir una golpiza por parte de personal de seguridad de una disco de Lanús cumple dos años, sin respuestas demasiado concretas del Poder Judicial. Sin embargo, desde diciembre de 2006 y gracias al intenso accionar de la Asociación Civil Martín Castellucci (ACMC), presidida por el padre de la víctima, Oscar Castellucci, se produjeron avances en materia legislativa sobre la seguridad de los adolescentes que concurren a los locales nocturnos.
Tal es el caso del proyecto de ley 26.370, aprobada en mayo pasado por el Congreso de la Nación, que crea un registro único con el objeto de regula la actividad del personal de control de admisión y permanencia. Según adelantó Castellucci, esta normativa “quedará reglamentada la semana próxima”.
- —¿Cuál es el próximo paso en materia legislativa?*
—Más allá de la reglamentación de la ley, necesitamos dar el paso siguiente, que es la adhesión de todas las provincias. Ese seguimiento es un trabajo conjunto que realizamos con el gremio de Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia de la República Argentina (Sutcapra). Por necesidad demográfica y por importancia política, la provincia de Buenos Aires debe ser la primera en adherirse. Pero desde la aprobación de la ley, a punto de ser reglamentada, hasta hoy, pasó mucho tiempo.
- —¿Cambió algo en estos dos años con respecto a la seguridad de los chicos dentro de los boliches?*
—Frente a la muerte del chico de San Miguel asesinado por patovicas (en el boliche Coyote, el 27 de noviembre pasado) es difícil ver cambios positivos. En realidad, no hay modificaciones estructurales, porque no se puede pensar en un progreso con respecto a la seguridad cuando los políticos plantean bajar la edad de imputabilidad. Una sociedad que viene dolida desde hace años no se puede modificar de la noche a la mañana. El cambio que sí percibo es que hay una mayor comprensión de la problemática. Además, noto un cambio en el tratamiento que le dan los medios al tema, ya que no sólo se responsabiliza a los patovicas, sino que ahora también se condena a los dueños de los locales.
* —¿En qué mejora eso la situación?*
—Lo que ahora se comunica con claridad es que los empresarios de los boliches son los encargados de contratar al personal de seguridad por su capacidad en artes marciales o boxeo y son también los que los obligan a cumplir funciones violentas.
Por el crimen de Martín está detenido el custodio José Segundo Linqueo Catalán, en tanto que otro de los patovicas involucrado en el hecho, Jorge Luis Romero, fue liberado por el juez de Garantías Daniel Viggiano. Luego de tres cambios de fiscal, la causa judicial se encuentra en receso hasta diciembre de 2009. “Ninguno de los tres fiscales incorporó como prueba a la causa el video que muestra cómo golpean a Martín”, se quejó Castellucci.
* —¿En qué instancia se encuentra la causa judicial?*
—La causa está dividida en dos partes, una ya fue llevada a juicio oral. Por lo pronto, José Linqueo Catalán está con prisión preventiva. El domingo se cumplen dos años del encarcelamiento, por lo tanto tenemos miedo de que salga en libertad condicional. Eso sería un peligro para la sociedad, porque está comprobado que es un asesino. Por eso consideramos que el sistema judicial no funciona como corresponde. Hasta podría volver a trabajar de personal de seguridad, ya que aún no tiene una condena firme. Si bien el tribunal puede pedir un año más de prisión para Linqueo, a nosotros nos preocupa esta situación.
—¿Por qué no avanza el juicio oral?
—Porque los tribunales dicen estar “muy ocupados” y por eso la causa tiene fecha de continuación recién para fines de 2009. Lo que más nos preocupa es que pedimos la indagatoria para Atilio Amado (dueño del boliche) y los policías involucrados, pero esa causa está parada. Encima volvieron a cambiar al fiscal, por tercera vez. El anterior no conocía la causa y la actual llamó a los policías a indagatoria, pero por “incumplimiento de deberes”, algo que nosotros nunca reclamamos. Queremos que los indaguen, junto con a Amado, por “homicidio”, ya que sabemos que la Policía formaba parte de esa organización discriminatoria que permitía que ocurrieran hechos de violencia. Por eso, consideramos que los efectivos que no actuaron como correspondía también son responsables del asesinato de Martín.
Tres meses después de la muerte de Martín, los familiares fundaron la Asociación Civil Martín Castellucci que tiene como objetivos principales la lucha contra la discriminación, la violencia y los derechos de los jóvenes. Entre otras acciones, la asociación se puso al frente de la capacitación a personal de seguridad, realizó la propuesta artística “Apuesta por los jóvenes”, con obras que reflejan las problemáticas adolescentes, y desde septiembre pasado, emite el programa radial “No mires para otro lado”, los martes a las 23, por FM 93.5 Radio Mágica.
—¿Qué balance puede hacer del accionar de la ACMC?
—Logramos que la Municipalidad de Lanús sancione una ordenanza aprobada por el Consejo Deliberante que regulará la ley 26.370 a nivel local. Además del trabajo de contención y asesoramiento a familiares de víctimas de violencia, realizamos tareas de prevención y sensibilización social, dando charlas y trabajando en los medios de comunicación para difundir la problemática. A través del programa de radio tratamos de armar una red de familiares para no tener que luchar por separado. De hecho, actuamos en conjunto con diferentes asociaciones porque creemos que hay que construir en acción. Junto a Sutcapra, nos estamos reuniendo con los ministerios de Educación de la Nación y de la Provincia para crear cursos de capacitación oficial de personal de seguridad, porque queremos que queden en manos del Estado y no de instituciones privadas.
El sábado a las 18 en Avenida 25 de Mayo 131, entre Del Valle Iberlucea y Doctor Melo, Lanús, se realizará un acto en memoria de Martín Castellucci, a dos años de su asesinato, frente al mural que lo recuerda, a una cuadra y media de la estación del ferrocarril y de la Avenida Hipólito Yrigoyen. En la conmemoración se presentarán Expreso, Vinilo’s Blues y Bruno Arias.
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