A 48 años de La Noche de los Lápices, la comunidad educativa de la Escuela Secundaria Nº 53 de Banfield nombró a su institución María Claudia Falcone, en homenaje a la joven estudiante secuestrada y desaparecida un 16 de septiembre de 1976 por la última dictadura cívico eclesiástico militar.
Con la participación de estudiantes, docentes, autoridades educativas, el intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín, y Pablo Díaz, el último sobreviviente de aquella masacre, la escuela realizó el acto de imposición del nombre de la estudiante de La Plata, una idea que surgió en 2015 con la propuesta de una docente de Ciencias Sociales, hoy jubilada.
“Durante este periodo también trabajamos con el proyecto de Jóvenes y Memoria y el tema que se había elegido fue Maternidades clandestinas en el Pozo de Banfield. Empezamos a trabajar con los chicos, se trabaja sobre el tema, llevamos a los chicos a que conozcan este espacio, que para ellos era algo que no existía, y ahí comienzan a interiorizarse un poco más”, contó a AUNO la directora de la secundaria, Andrea González.
Tras realizar otras actividades en el ex CCDTyE y Espacio de Memoria y conocer a Díaz y entrevistarlo, “los estudiantes se involucraron muchísimo con la historia de María Claudia”, contó la docente a este medio, y agregó que cuando se realizó la elección del nombre por votación “obviamente fue el nombre ganador”.
Si bien por diversas “cuestiones” el nombre no se oficializó en aquel entonces, los estudiantes retomaron “todo el trabajo este año”, con nuevas actividades, como una entrevista a Jorge Falcone, hermano de María Claudia, por lo que “fue más sencillo”, ya que “luego de esa votación todos se apropiaron del nombre y esta escuela comenzó a llamarse La Falcone”, explicó la directora.
“Los chicos quedaron muy impactados cuando lo entrevistaron, y una de las frases que a ellos le hizo un clic fue que él (Jorge) les dijo que María Claudia luchó por el boleto estudiantil viviendo a una cuadra de la escuela. Eso los marcó tremendamente. Con esa frase, ellos entendieron el verdadero sentido de la lucha, que nadie se salva solo, de la lucha colectiva en sí”, narró.
Después de nueve años de la votación, los directivos invitaron a Díaz a participar del acto de nombramiento de la Secundaria Nº 53: “Me enamoré de Claudia en el campo de concentración. ¡Qué bárbaro! ¿No? ¿Se puede? Sí claro, porque entramos como buenas personas”, expresó Díaz ante los estudiantes y directivos presentes.
El último sobreviviente de La Noche de los Lápices recordó que junto a sus compañeros de secundaria pensaron los centros de estudiantes “como voz, como posibilidad de tener visibilidad” y con “la necesidad voluntariado de tener una referencia de compañeros y compañeras en la escuela con respecto a sus posibles conflictos sociales o resistencia barriales, y también de su hambre en aquel momento”.
“Muchos compañeros y compañeras de los barrios más periféricos de La Plata, más alejados, en asentamientos, en villa miseria o barrio populares, tenían que abandonar por el costo -aún- de la educación pública. Porque a veces ropa, cuadernos, libros, lapiceras, tiene un costo para la familia y el transporte era un costo alto como posiblemente puedan llegar a sufriendo hoy. Tan simple como eso”, reflexionó y destacó que “hoy más de cinco millones de adolescentes usan el boleto estudiantil secundario”.
“Creo que en la educación como esas relaciones humanas. No como una disciplina en la materia, sino en la necesidad de sostén del ser humano, de lo bueno que tenemos, de la felicidad que necesitamos para todo, en la solidaridad de un trabajo voluntario, en la escuela, en un barrio. A los compañeros de los centros de estudiantes, mi agradecimiento”, expresó Díaz.
Fotografías: Facebook Escuela Secundaria 53, Banfield
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FM-SAM