Los problemas de ansiedad que genera la guerra en la población en general

Si bien Argentina se encuentra muy distante al escenario en el que se desarrolló la guerra, constantemente los televisores y los diarios acercan a los hogares de todo el país imágenes y crónicas sangrientas y cargadas de violencia. Toda esta situación, según un estudio de la Asociación Ayuda 2003, generó un “aumento, particularmente en algunas personas, de sus niveles de ansiedad normal”.

Por Martín Glade

(AUNO*) Esto, destacó la entidad, especializada en analizar trastornos de la ansiedad, puede llegar “hasta provocarles sensaciones de incertidumbre sobre el futuro y lo cotidiano, empobrecimiento de la capacidad de disfrutar y reiterados pensamientos que ocupan gran parte de su quehacer diario”.

A partir del trabajo de campo de algunos de sus especialistas, la Asociación Ayuda 2003, describió algunos de los pensamientos “abrumadores” de la población: “Nunca pensé que el mundo llegaría a esto”; “No vale la pena traer hijos al mundo”, “Para qué hago lo que hago”; “La vida es incomprensible”,; “La maldad gobierna el mundo”; “Hay que buscar un lugar donde estar a salvo”; “No quiero enterarme de nada”; “Hay que matar a todos los gobernantes”; “Nadie te escucha”; o “Dios no existe”.

“En la cuestión mundial que estamos atravesando nuestra población se ha transformado en observadora de actos de guerra claros y perceptibles. El avance tecnológico incontenible en materia de vías de comunicación ha transformado el planeta en un espacio prácticamente único por la amplitud de su zona de influencia”, explicó la entidad, para la que “la información llega a nuestros hogares con una calidad y apariencia de verdadero que merece francamente ser creído, pareciera no ofrecer aspectos de duda sobre lo acontecido. Si a esto se le suma “la regularidad, o sea la constante oferta de información visual y auditiva que inunda la cotidianeidad, logra impresionar con fuerza y agitando el estado de ánimo”.

“Encuestada nuestra población de pacientes que sufren trastornos de ansiedad– afirman que esos actos de guerra, aun siendo concientes de hallarse lejanos geográficamente del marco bélico, les generan emociones intensas como dolor, tristeza, angustia, miedo, impotencia y particularmente hacen hincapié en que están padeciendo de pensamientos reiterados e incontrolables y hasta precauciones no justificadas”.

Los especialistas de la Asociación Ayuda 2003 destacaron que “las características de estos acontecimientos bélicos actuales movilizan sus pensamientos y emociones llevándolos a ver el mundo, en todas sus latitudes, como un espacio amenazante. Llegan a vivir esta amenaza no como algo potencial, sino como “amenaza cierta”. La entidad definió “amenaza” como “un conjunto de circunstancias que integradas, constituyen para la persona un factor potencial de daño cierto, particularmente sobre la vida, y que bajo cierta convergencia de circunstancias es viable de producirse”.

Ante este marco, algunas personas “desarrollan vivencias exacerbadas, sensaciones de victimización y, en particular, un exceso de preocupación activado por la incertidumbre, sus pensamientos continuos sobre el peligro de cada día, limita el normal desenvolvimiento de los cotidiano”.

Al describir lo “complejizado” del actual escenario bélico, los especialistas describieron que se pierde la referencia al “allá” y el “acá”; surgió la sofisticación y perfeccionamiento de los arsenales de guerra que dan la sensación de haber obtenido una mayor o eficaz capacidad letal; y aparecieron armas de acción bacteriológica, mucho más sutiles, invisibles y con mayor sensación de incontrolabilidad de los efectos.

“Estas nuevas invenciones entran en los territorios con efectos invasivos en el organismo generando enfermedades, conocidas o desconocidas, cuyos antídotos pueden o no estar al alcance de la mano y ser confundidos, desde su sintomatología, con padecimientos benignos”, destacó la entidad que resaltó que ahora “las poblaciones mundiales vivencian ante estas nuevas armas una enorme sensación de vulnerabilidad”. “ Quienes sufren este padecimiento necesitan sanear: sus creencias negativas, pensamientos distorsionados, la pérdida de la fe y la esperanza y rescatar los valores que le permitan vivir un presente y un futuro mejor”, afirmó la entidad que difunde sus actividades desde el sitio de internet www.asociacionayuda.org.
AUNO 15-4-03 MAR

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