Entre delantales, ollas, árboles envueltos en telas que llaman la atención y portones abiertos, referentes de comedores comunitarios del sur del conurbano bonaerense aseguran que la cantidad de personas que asiste a los establecimientos creció en los últimos meses debido al aumento en los precios de los alimentos.
El escenario es crítico: la inflación fue del 13,2 por ciento en febrero y se registra un incremento de más del 60 por ciento en el precio de los alimentos desde diciembre de 2023. La falta y los atrasos en la entrega de mercadería, la disminución de donaciones y hasta la posibilidad de tener que cerrar son algunas de las dificultades que atravesaron las organizaciones en los últimos meses.
AUNO habló con encargadas de comedores de la región: Hermelinda Ramírez, de “Los Angelitos de Ivi” (Burzaco); Araceli Orellana, de “Manitos Felices” (Lomas de Zamora); y Emiliana Figueredo, de “San Expedito de Glew”.
Las problemáticas de los comedores
Al comedor de Emiliana asisten alrededor de 120 personas: algunas llenan sus tuppers y se van pero otras se quedan a pasar el día. Desde temprano se la puede ver junto a su hija armando mesas largas para empezar a cocinar.
La mujer asegura que hay días más complicados que otros, todo depende de la cantidad de ayuda que tenga por parte de los vecinos para asistir a quienes buscan un plato de comida. Figueredo recuerda que el pico de concurrentes a su comedor lo alcanzó durante la pandemia con 200 personas.
Al espacio de Araceli asisten 63 chicos de entre dos y 14 años y aproximadamente 11 mamás. Ella no recibe ayuda estatal por “no pertenecer a ningún partido político” y asegura que “todo es realizado a base de donación”. También resalta que no tienen vacaciones a menos que falten alimentos, en ese caso cierran unos días.
“Realmente estamos preocupados porque la situación del país es más difícil, por ende la gente dona menos. También aumentaron mucho los alimentos y estamos al borde de un posible cierre”, afirma.
En “Los Angelitos de Ivi” la cocina se prende a las 8, cuando Hermelinda Ramírez empieza a preparar su tuco característico. Más cerca del mediodía se aprecia la llegada de sus ayudantes que son quienes se encargan de los fideos. El comedor no está registrado en la Municipalidad de Almirante Brown, por lo que no recibe ayuda del Estado, pero su referente asegura que la institución siempre tiene mercadería porque la comunidad confía en que lo que dona “llega a destino”.
Agrega que en la época de la pandemia, cuando “más necesitaba ayuda” del Estado, no estuvo presente. Hermelinda se siente “orgullosa y contenta” por no tener asistencia pública porque considera que solo sirve “para sacar fotos” y usar su “esfuerzo”.
En cambio, “San Expedito de Glew” (a cargo de Emiliana Figueredo), sí está registrado en la Municipalidad de Almirante Brown y recibe mensualmente mercadería, refuerzos y útiles de la Secretaría de Desarrollo Social de la comuna. En diciembre de 2023 la Municipalidad estuvo “atrasada con las entregas” y Emiliana no sabía qué decirle a la gente sobre si iba a haber comida o no.
Críticas a Pettovello
Emiliana y Hermelinda (“Los Angelitos de Ivi”) criticaron el accionar de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, por quitar el envío de fondos y alimentos y “no atender a las personas que tienen comedores”. De acuerdo al Gobierno, el motivo para suspender la asistencia es que busca que los establecimientos compren las provisiones directamente y no sea el Estado Nacional quien esté a cargo de la distribución de la mercadería.
Hermelinda considera que es “una falta de respeto” y “que –la ministra- tiene que ir con educación a atender a las instituciones”. Por su parte, Emiliana resalta “sin apoyo de las autoridades, ¿qué hacemos nosotros? Necesitamos un respaldo para ayudar a la gente que más lo necesita”.
AUNO-27-03-2024
SG-MDY