Los Andes y Temperley juntos: la camiseta “imposible” que fue un gran mensaje

La remera que tiene los escudos de Los Andes y Temperley se hizo para un carrera de running, como un símbolo de convivencia. A dos días de la vuelta del clásico, los hinchas cuentan qué sintieron al usarla.

Existe, muchos las guardan como una rareza, y algún día tendrá la categoría de reliquia. La remera que tiene los escudos de Los Andes y de Temperley. Sí, los dos, conviviendo a pocos centímetros de tela una de la otra.

La historia se remonta a 2015. Como parte de una campaña de convivencia, el Municipio de Lomas de Zamora convocó a los dos clubes a invitar a sus socios e hinchas a participar en una carrera con punto de partida y llegada en la pista de atletismo del Parque Municipal Eva Perón.

¿Hinchas gasoleros y de Lomas corriendo juntos sin dramas? La idea funcionó. La inscripción fue masiva. Pero el momento ¿inesperado? ¿incómodo? llegó cuando los participantes fueron hasta el gimnasio del parque a retirar la remera oficial de la carrera. Esa que cualquier corredor quiere usar y guardar de recuerdo.

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Tenía su particularidad. En el centro estaba el lema principal: Maratón por la familia. Abajo, la fecha: 4 de octubre de 2015. Y a la altura del pecho, separados por 14 centímetros, los escudos de los dos clubes. Revolucionario.

¿Cómo cayó la idea?

A Leo Simonetta, hincha y socio de Los Andes, le tocó promocionar la actividad en su rol de coordinador del grupo de running, un lugar que todavía ocupa. “La verdad es que aunque en el grupo teníamos algunos fanáticos de esos que son enfermos la idea prendió muy bien. Corrimos muchas carreras, pero esa debe haber sido la única con asistencia perfecta”, dice Leo.

Cuando fueron a buscar las remeras, a algunos el diseño les resultó “te diría… algo chocante. Pero eso, nada más. Las usamos y no hubo ningún problema. Obvio que tengo guardada la mía.”

La carrera fue todo un evento institucional, y también político. Estuvieron los presidentes de los clubes, Oscar Ferreyra y Hernán Lewin, que corrieron con las remeras. También el intendente Martín Insaurralde, hincha de Banfield, que se llevó una. Para los menos entrenados, la actividad se desarrolló completa dentro el parque. 3K. Los más preparados corrieron ida y vuelta hasta Frías y Garibaldi, justo en el límite con la localidad vecina, más el circuito interno. 7K.

Participaron centenares de personas. Muchos “neutrales” también. Las observaciones sobre la camiseta “imposible” fueron variadas. Los de Los Andes decían que de derecha a izquierda el escudo de Lomas venía primero. Ok, respondían los de Cele: el nuestro está del lado del corazón.

Sutilezas. Todo bien. La carrera se hizo sin problemas, quizá en parte, o quizá nada que ver, porque todos tenían los dos escudos en la camiseta y no estaba claro quién era hincha de quién. Es cierto que algunos se las ingeniaron para usarla escondiendo de alguna forma el escudo del vecino. La tira cruzada de la mochila, cosas así.

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Gerardo Rodríguez, socio e hincha de Temperley, participó ese día: “Lo loco de esta situación de haber hecho una maratón entre los dos clubes y que haya una camiseta que tenga los dos escudos es que esto nos parezca antinatural. Lo natural es justamente que dos equipos que son del mismo barrio puedan convivir sin enfrentamientos, con todo el folclore, las cargadas y el colorido típico de la rivalidad, sin que eso sea un trauma para nadie. No solamente no molestó usar la remera, sino que me pareció algo muy saludable”.

Por ahí mismo va Fernando Guiranna, también del celeste: “Vivo en un barrio donde son todos hinchas de los Andes. Amigos de la infancia, de la adolescencia. Obviamente, que estuviera el escudo… bueno, un poco, sí… Pero la idea era concientizar que somos rivales y no enemigos. Y es posta eso. Aunque haya gente que no entiende, que le cuesta.”

El de la idea inicial fue Carlos Sierra, entonces vice del club de Lomas: “Usar los dos escudos fue un tema de integración, para reforzar la idea de que somos rivales dentro de un campo deportivo, pero no enemigos. La carrera fue un éxito, vino la familia. Y después replicamos el espíritu cada vez que jugaban los chicos en distintas actividades. Salían juntos, se intercalaban para las fotos, siempre para profundizar el lazo”.

Karina Obertini, de Temperley, también estuvo en la carrera y elige la palabra “hermandad”. Cree que ese día no hubo rivalidad y que “cuando una o uno mejora, tambien mejora al vecino” ¿La remera? “La tengo, y hasta la uso ahora para ir al club.”
LT

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