Las encadenadas (La revuelta), de Juan Mako, se presentó en el Teatro de las Nobles Bestias (14 de julio 142, Temperley) con una función a la gorra y a sala llena. La revuelta es una secuela de la obra homónima, Las encadenadas, y da lugar también a una tentadora tercera parte. Seguirá su segunda temporada con ocho funciones en Abasto Social Club (Yatay 666, CABA), los sábados a las 21.
La trama se sitúa en el crematorio de la ciudad de Carhué, donde dos empleadas (Esther, interpretada por Cecile Caillon, y Graciela, interpretada por Mónica Driollet) deben lidiar con la aparición de un cadáver traído por el director del espacio (Claudio Depirro). La llegada de este cadáver destapa una olla de infortunios y tensión en las relaciones de los personajes y sus trasfondos.
A primera vista, lo más llamativo de La revuelta es su puesta en escena: paredes desgastadas, una mesa de acero vieja y oxidada, jarras con cenizas y, quizá lo que más resalta, un cartel que dice “no se muera, no hay cementerio”. El lugar donde se sitúa la obra, Carhué, limita con las ruinas del Lago Epecuén, uno de los balnearios favoritos de la aristocracia bonaerense en los años ‘70 y ‘80, previamente a su inundación en 1985 que, como consecuencia, también dejó en ruinas al cementerio del pueblo.
Estos detalles de la puesta en escena hacen que la obra transmita una lúgubre sensación de negligencia y abandono, como si los personajes estuvieran en un espacio post apocalíptico.
Las actuaciones respiran un aire de desesperación, presagiando algo desconocido pero aún peor. Caillon y Driollet brillan como Esther y Graciela. Esther, la encargada del horno del crematorio, trata de controlar la situación pero la mala suerte y una serie de decisiones desafortunadas la complican; Graciela, administrativa del lugar, intenta calmar las aguas pero su nerviosismo entorpece las cosas.
Depirro y Silvia Fortunato traen una buena dosis de tensión y drama a la obra como Arizmendi, director del crematorio, y Miriam, amiga de Esther y Graciela; mientras que Diego Torben aporta humor y frustración como el oficial Salvatierra, quien pasa de casualidad por el crematorio para chequear que todo esté en orden, estorbando el plan de los protagonistas.
Todos estos ingredientes hacen que Las encadenadas (la revuelta) sea una obra que mezcla el thriller, el género policial y el humor negro reminiscente al cine de los hermanos Coen en una historia macabra y fascinante, desarrollada a partir de las tragedias de nuestro pasado.
Por otro lado, habrá una presentación de La reina de Turdera, biodrama de Jazmín Spanarelli dirigido por Juan Mako, este sábado a las 21 en el Teatro del Municipio de Lomas de Zamora (Manuel Castro 262, Lomas de Zamora).
AUNO-09-03-2024
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