(AUNO”#8220;TERCER SECTOR*) Más de mil estudiantes, entre 13 y 18 años, de una escuela técnica porteña fabricaron un molino didáctico para proveer de harina a un merendero, a un comedor comunitario y a una panadería del barrio de Colegiales y con ello logran que muchas personas puedan tener su comida diaria. Sin embargo, los alumnos sueñan con crear un molino industrial para poder abastecer a la comunidad de mayor cantidad de harina para la preparación de diferentes alimentos.
Esta actividad se lleva a cabo en la escuela León XIII del Instituto Salesiano, de la ciudad de Buenos Aires. Pero además, los chicos fabrican elementos ortopédicos, bastones, sillas de ruedas y juguetes, productos que en su mayoría son donados, o en última instancia se venden al precio de costo sólo para recuperar el dinero de la materia prima.
El emprendimiento más interesante es el “Molino Didáctico”, no sólo por la forma de fabricación en la que intervienen los alumnos, sino por los beneficios sociales que brinda. Está realizado en parte en acrílico para que los alumnos aprendan observando el proceso de molienda. Es un modelo en pequeña escala que permite obtener entre 3 y 4 kilos de harina por molienda. La escuela tiene el objetivo de crear un molino industrial que permita obtener entre 100 y 200 kilos de harina por molienda, el cual será instalado en la panadería de la Casa Salesiana San Antonio.
La experiencia integra los niveles inicial y EGB del colegio León XIII con el objetivo de proveer de materia prima a un merendero, donde concurren de lunes a viernes 55 madres con sus hijos. También abastecen al comedor comunitario de la institución, al que asisten los sábados por la mañana 40 adultos que viven en la calle y que, además de recibir almuerzo y viandas, se bañan y se cambian de ropa. La harina que producen sirve también para la panadería de la Casa Salesiana San Antonio que pertenece a la Obra de Don Bosco, donde se elabora pan y galletitas para 370 chicas y chicos de 8 a 14 años que cada sábado reciben su ración.
“La idea del proyecto es poner al servicio de los que más necesitan los saberes de los alumnos “#8220;explica el rector Osvaldo Pennini-. Que los chicos tomen lo aprendido en el nivel secundario para resolver cualquier tipo de problemática que se propongan”. Además, Pennini sostiene que es importante para “aprender a trabajar en equipo, interactuar con lógicas de otros niveles da aprendizaje, tomar conciencia de las situaciones de marginalidad que viven chicos y chicas de edades próximas, poner al servicio de los que más necesitan su tiempo libre, y comprender el valor social del estudio como posibilitador del cambio social”.
El colegio realizó otras experiencias solidarias en beneficio de la comunidad. En el área de la Educación Formal, diseñaron e instalaron un taller de electricidad para chicos de los Hogares Don Bosco en el Colegio San Pedro del barrio de la Boca. También se ocuparon del diseño y la instalación eléctrica del tercer piso del edificio de EGB del Colegio San Antonio de la Institución Salesiana en el barrio de Almagro y del diseño e instalación eléctrica del comedor comunitario de la Comunidad Salesiana de la localidad bonaerense de Derqui.
Pero además, en el área de la Educación no Formal, alumnos y ex alumnos del nivel medio brindan apoyo escolar, dos veces por semana, a los alumnos de EGB de las Escuelas Públicas de Gestión Estatal de la comunidad de Colegiales, coordinados por profesores del colegio. También instalaron un merendero para madres y chicos de hasta 12 años, atendido por familias del colegio, voluntarios de Cáritas, docentes y alumnos voluntarios.
Otras tareas solidarias son la creación de un ropero comunitario, una bolsa de alimentos, otra de medicamentos para las familias más necesitadas y una juegoteca, a la que una vez por semana los chicos del barrio pueden consultar.
Asimismo, la escuela posee un espacio educativo que desarrolla múltiples actividades en función de los intereses y necesidades de los chicos de la comunidad, sean o no del colegio. Se desarrolla los sábados por la tarde y es llevado adelante por animadores juveniles, alumnos y ex alumnos de la institución, coordinados por docentes de los tres niveles de enseñanza.
“Hay alumnos que toman más conciencia que otros la ayuda social que brindan “#8220;comenta Pennini-. Por ejemplo, hay muchos que se quedan después de clase para trabajar en el proyecto, a otros no les interesa tanto y eligen no quedarse. Pero sin lugar a dudas, es un emprendimiento que les va a dejar muchísimo”, opina el rector.
Por las características innovadoras del proyecto del molino didáctico, los alumnos de la escuela fueron uno de los ganadores del concurso “Escuelas Solidarias”, que el gobierno a través del Ministerio de Educación premió con 3 mil pesos.
*Agencia Universitaria de Noticias y Opinión
Revista Tercer Sector
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