Con una abrumadora mayoría conformada por 184 legisladores a favor, uno en contra y 11 que eligieron abstenerse, la Cámara de Diputados aprobó en la noche del miércoles la ley de biodiésel, que propicia estímulos para la producción y uso de este combustible, menos contaminante que los fósiles tradicionales.
Tras muchas idas y vueltas en el trabajo de las comisiones de la Cámara, se logró superar el mayor escollo que planteaba el Poder Ejecutivo, vinculado con los beneficios fiscales que se concederían a quienes produjeran y usaran esos combustibles.
La sanción de la ley es impulsada, no sólo por sectores productivos vinculados al campo que se beneficiarán por una mayor demanda de cultivos, sino también por ambientalistas, ya que los biocombustibles generan una menor contaminación, al “cortar” los tradicionales.
El proyecto apunta a incentivar la producción de biodiésel a partir de vegetales, para mezclar, en distintos porcentajes, con nafta y gasoil. De esta manera, no sólo se contaminaría menos, sino que también se reemplazan combustibles no renovables.
En ese marco, el proyecto abrobado contempla beneficios promocionales por 15 años para los productores, y hace obligatorio el corte del combustible a partir del cuarto año de vigencia de la ley.
Una ley similar había sido aprobada por la Cámara de Senadores el año pasado, pero como el proyecto fue considerado muy benévolo en cuánto a los beneficios fiscales por el área de Hacienda del ex ministro Roberto Lavagna, comenzó a naufragar durante meses, hasta que finalmente el Ejecutivo introdujo las modificaciones que se aprobaron en la última sesión.
