«Hay que recomponer la sociedad desde los derechos humanos»

Estela de Carlotto visitó la Universidad de Lomas de Zamora y recibió un reconocimiento de parte de sus autoridades. Ante 200 alumnos y docentes recordó a la generación de jóvenes de los ’70 y destacó el trabajo de Abuelas.

“Hay que recomponer la sociedad en vista de un futuro mejor que respete los derechos humanos”, aconsejó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela De Carlotto, al recibir un reconocimiento por su “fuerza, valor y lucha por los derechos humanos” que le entregaron autoridades de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora durante su visita de ayer en la Facultad de Derecho.
La entrega del reconocimiento fue el corolario de una charla que Carlotto brindó a estudiantes y docentes, y en la que recordó a su hija desaparecida, Laura.
“Mi hija fue parte de esa generación de jóvenes que peleaban por la libertad y sus derechos”, rememoró, “y cuando comenzó la dictadura, esta generación era vista como ‘peligrosa’”, lamentó.
Estela remarcó la formación educativa y social de la generación de jóvenes que militaron en organizaciones políticas durante los años de plomo y que los convirtió en protagonistas de su época.
“Recuerdo que (a mi hija) le aconsejé que se retire del país y que no militará mas”, admitió la mujer para dar cuenta del miedo que sintió por la seguridad de su hija.
“Ella me respondía que sabía que mucha gente iba a morir pero que estas muertes no iban a ser en vano”, fue la respuesta que, según Estela, le dio Laura.
Luego de la desaparición de la joven, Estela comenzó su búsqueda junto a decenas de madres: “Golpeamos puertas de políticos, militares y policías para encontrar nuestros hijos”, rememoró. Pocos años más tarde surgió la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, que hoy cuenta con estructura que abarca un cuerpo jurídico, un laboratorio genético propio, equipos informáticos, de investigación y recepción voluntaria al que se acercan las personas que su origen tienen dudas de sus orígenes.
Los resultados de esa estructura montada para la búsqueda y la memoria son contundentes: la organización lleva 85 hijos de desaparecidos encontrados, sobre una base de datos de alrededor de 500 bebés usurpados en centros clandestinos de detención de la última dictadura militar.
“Para que cada nieto recupere su identidad luego de ser reconocido, se creó un archivo bibliográfico familiar que contiene la historia de sus padres”, agregó la presidenta de Abuelas.
Antes de despedirse y recibir el reconocimiento de manos del vicerrector de la UNLZ, Diego Molea, Carlotto destacó que la lucha de la organización que preside no sólo es para que se haga justicia por la desaparición hijos y la aparición de sus nietos, sino para “recomponer la sociedad en vista de un futuro mejor que respete los derechos humanos”.

SF-AFD

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