“¿Hasta cuándo esta resistencia va a ser pacifica?”

Se lo preguntó Taty Almeida, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Crítica del macrismo, advirtió que desde el cambio de gobierno los organismos de derechos humanos “empezaron de cero” y que su asociación se está “defendiendo con donaciones de gente amiga”. (*)

Agustina Pozzo

Lomas de Zamora, octubre 21 (AUNO) – Taty Almeida tiene 86 años y hace 41 que vio a su hijo, Alejandro Almeida, por última vez. Se lo llevaron en la década del ‘70, como a tantos otros. Fue en ese momento que se convirtió en una luchadora, en una Madre de Plaza de Mayo.

Activista de la Línea Fundadora, nota que con el cambio de gobierno se está dando “un revanchismo” que le provoca “vergüenza ajena” y aseguró que Mauricio Macri tiene que “lavarse la boca antes de hablar del kirchnerismo”.

Coqueta como siempre, apareció a paso lento por un pequeño pasillo de su ornamentado y colorido departamento ubicado en Palermo, donde vivía con su hijo, para charlar de todo y adelantar la reciente creación de la “Mesa de Derechos Humanos” con la que buscan hacer frente al nuevo rumbo político del país.

¿Qué tan difícil es ser activista de derechos humanos en la Argentina?
Difícil, digamos… más que difícil yo te diría que, lamentablemente, soy una Madre de Plaza de Mayo. Eso quiere decir que me falta algo. En este caso, un hijo. Como yo digo, ojalá no existiéramos ni las Madres, ni las Abuelas, ni los Familiares, ni Hijos, porque querría decir que acá no hubo un genocidio, que es lo que no admite discusión. Y en el caso de este gobierno, se pierde el tiempo, entre otras cosas, sobre que si eran veinte mil, si eran treinta mil. Acá lo que no tiene discusión es que hubo un genocidio, que vino de parte del terrorismo, que vino del Estado. Entonces, existimos los organismos de Derechos Humanos, y sí… al principio en soledad total, total. Era difícil, pero demostramos que no imposible. Sin aceptar que nos digan heroicas, de ninguna manera, porque hicimos lo que cualquier madre haría por un hijo en cualquier circunstancia. Salimos como las leonas, a gritar, a pelear. En mi caso, más de 40 años. A Alejandro lo detienen y lo desaparecen en el año 75, antes del golpe cívico-militar-clerical, y soy católica, pero que le caiga el sayo a quien le caiga. Nuestra lucha es por la Memoria, por la Verdad y por la Justicia, justicia legal.

Además del apoyo de una parte de la sociedad y de la Justicia al golpe militar, ¿hubo complicidad de la Iglesia?
Totalmente. Acá había 160 capellanes del Ejército, o sea curas, que se les pagaban para delatar a nuestros hijos. Lamentablemente, y hasta hora, el único que está condenado a perpetua es este cura Von Wernich, es el único, o sea que falta… ¡la pucha que sí falta! Esa justicia que exigíamos por años, cuando llega el doctor (Raúl) Alfonsín, una bellísima persona, condena a perpetua a las Primeras Juntas con un juicio único, ¿por qué?, porque es la primera vez que civiles juzgaron a militares. Entonces todos dijimos “¡Ahhh! Por fin empezamos a respirar aire puro”. Sabemos que después, desgraciadamente, vinieron las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, o sea las leyes de impunidad, que realmente nos mató. Pero seguimos, por supuesto, exigiendo. Viene el otro presidente, que no lo menciono por razones obvias, el que les hace muy poco favor a los riojanos, ¿y qué hizo este personaje? Indultó a los militares. Libertad a los pocos que estaban condenados y pretendió tirar la Ex Esma y hacer “El Parque de la Reconciliación”. Ni perdón, ni olvido, ni reconciliación. ¡Se imaginan cómo salimos! Y no tuvo otra opción que dar marcha atrás. Nos respetó. Respetó a los treinta mil, cosa que no hace este gobierno, que está permanentemente faltando el respeto a nosotras, pero en realidad lo hace a la memoria de nuestros hijos.

Siguiendo con el recorrido histórico, ¿cómo puede describir la política en derechos humanos que mantuvo el kirchnerismo?
Llegamos al 2003. Y acá no hay partidismo: hay verdad histórica. Aquel que se crea que es partidismo, lo lamento. Cuando por fin llegó nuestro querido, otro hijo, (así lo sintió y así lo sentimos nosotras), Néstor Kirchner, se convirtió en el primer presidente que tomó a los derechos humanos como política de Estado, no como política de un gobierno. Un Estado presente, la misma política que continuó Cristina. Y entre otras cosas, se anularon las leyes de impunidad. Y así pudimos empezar a juzgar a lo largo y a lo ancho a todos los milicos y sus cómplices. Porque acá no lo hicieron solos, sino que con abogados, con médicos, con empresarios, con curas, etcétera. Y como le digo al gobierno de Macri, que se limpien la boca al hablar del gobierno anterior. Porque tuvimos logros no solamente nosotras como Madres, sino en cuanto a los derechos humanos, que es todo: la educación, la cantidad de facultades que fundó Cristina, todo; los subsidios para los que menos tenían, todo eso que hicieron.

A partir de este cambio en las políticas de derechos humanos desde diciembre, ¿cuál es el rol que deben ocupar los organismos?, ¿cómo deben hacerse oír?
Hemos empezado como de cero. Con entrevistas, con recurrencias, por todas las anomalías que han ocurrido: hoy Milagro Sala es una presa política, como los doce chicos de la Tupác (Amaru). Mirá lo que han hecho el otro día con los dos chicos de “La Garganta (Poderosa)”… (NdR: La represión policial a dos empleados). Permanentemente, acá es como tierra de nadie. Y no le importa a Macri y compañía, no les importa. Por eso, van a ser cuatro meses que los cuatro organismos (Madres, Abuelas, Familiares e Hijos) que nos vimos afectados directamente, decidimos abrirnos. Hemos organizado la “Mesa de los Derechos Humanos”, donde nos juntamos todos los primeros martes de cada mes en la fundación de Madres, en conjunto con otras organizaciones que se sumaron. Empezamos por ver qué es lo que nos está faltando, los juicios atrasados, las prisiones domiciliares, que los tipos se escapan. Entonces nos presentamos el 12 de septiembre como sociedad ante un foro de casi 300 personas. Cada uno tuvo 5 minutos para contar todo lo que estaba pasando en sus provincias. Se tomó nota y se hizo un informe que se lo entregamos al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. Era un documento impresionante. Parece que se tomó el trabajo de leerlo y en conjunto con la Comisión Interpoderes, cada 15 días se van a reunir para que se vaya tratando provincia por provincia cada problemática, además de otros temas que planteamos que se traten. Lorenzetti siempre ha reconocido, y ese día lo volvió a decir, que “todos los juicios que se están llevando a cabo son políticas de Estado”.

¿Hay ayuda económica del Estado para Madres?
Para nada, para nada. Ahora nos estamos defendiendo con donaciones de gente amiga, nos vamos haciendo. Es lamentable porque no lo han tomado como política de Estado. Estamos teniendo respuesta y logros desde distintos sectores como la militancia, la juventud comprometida. Hoy está la gente joven que está tomando la posta, de a poco.

¿Cómo resisten los organismos de derechos humanos todos estos cambios?
Hasta ahora la resistencia es pacífica, y cada vez más. Fijate la Marcha Federal, tanta cantidad de gente y no todos eran kirchneristas. Yo me pregunto: “¿hasta cuándo esta resistencia va a ser pacifica?”. Ojalá que siga de manera pacífica, porque si no van a salir y van a reprimir, que es lo que están esperando. A fin de año hay cantidad de contratos que se terminan. Las fiestas, fin de año, cuando comience más el hambre del que hay… ¿qué va a pasar?

(*) Nota realizada para Taller de Periodismo Gráfico
AUNO 21-10-2016
AP-AFG

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