Estrenó un documental sobre mujeres trans sobrevivientes de la dictadura, en el exPozo de Banfield

El corto pone la lupa sobre un aspecto invisibilizado de esa parte de la historia. Julieta y Gabriela, quienes estuvieron detenidas en el excentro clandestino, contaron sus historias al público.

“Vuelven los recuerdos, las noches que pasé acá”, expresa Julieta «Trachyn» González ante los presentes. «Acá» es el exPozo de Banfield, actual espacio para la memoria. «Acá» ella estuvo detenida durante la última dictadura cívico militar. Y «acá» estrenó este viernes un documental que la tiene como protagonista, en una actividad organizada en la víspera de otro 24 de marzo. Titulado Donde habite la memoria y dirigido por Clara Olmos y Carolina Musso, el corto recupera la historia de dos mujeres trans que sobrevivieron al horror.

El film estrenado este viernes en el excentro clandestino de detención cuenta las vidas de González y Fabiana Gutiérrez, detenidas y torturadas en este lugar entre 1976 y 1977. Repasa sus infancias marcadas por la identidad trans, su juventud en las rutas y calles, el horror que pasaron y su lucha actual. 

Así, ofrece un aspecto invisibilizado de esa parte de la historia argentina y pone en imágenes el costado patriarcal de la dictadura. “El documental nació de la idea de visibilizar la historia de mujeres trans que fueron perseguidas y sus derechos humanos vulnerados durante la última dictadura militar. Durante estas cuatro décadas habían quedado en los márgenes del relato oficial de la memoria de nuestro país”, cuenta Olmos a AUNO

La sala del espacio ubicado en Villa Centenario, en la intersección de Siciliano y Vernet, está llena de personas. Las directoras se ubican a un costado, Julieta al frente junto a Gabriela García -otra sobreviviente- y la directora de Diversidad Sexual del Municipio, Silvana Sosa. Los espectadores hablan fuerte en conversaciones banales hasta que la voz de Sosa resuena en todo el lugar. “Las compañeras travas tenemos que contar todo lo que nos pasó en la vida”, advierte, y sigue un silencio absoluto. 

Julieta se para al frente, se acomoda un poco el pelo y reflexiona un momento. Ella es la huella viviente que dejó el horror de la dictadura en nuestro país. “Vuelven los recuerdos y las noches que pasé acá”, confiesa, y el tiempo se congela en su mirada. Las paredes afuera de la sala recuerdan que los espectadores no están en un lugar cualquiera, sino en el mismo en el que las protagonistas del documental fueron torturadas, violadas y detenidas. 

Trachyn cuenta las atrocidades que vivió acá hace 40 años. “Cuando ellos nos traían a tener relaciones nos llevábamos algo para el calabozo, nos encanutábamos comida y cigarrillos. Eran los dueños de tu vida y si querían te mataban», evoca.

González, Gutiérrez, Paola Alagastino, Analía Velázquez, Marcela Viegas Pedro y Valeria del Mar Ramírez son las primeras sobrevivientes trans en declarar en un juicio de lesa humanidad por los crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado. Todas pasaron por el exPozo.

En este excentro clandestino estuvieron detenidas ilegalmente alrededor de 440 personas, desde 1974 hasta 1978, de las cuales 170 fueron asesinadas o desaparecidas. Además, ocho mujeres embarazadas dieron a luz mientras estaban en la maternidad clandestina y nunca pudieron volver a sus hogares, según informes de la Comisión Provincial por la Memoria.

Finaliza el documental y el público aplaude con fuerza y solidez. En ese momento, Gabriela se para valiente al frente del proyector y comienza su relato. Gutiérrez, la otra protagonista del documental, vive en España. Gabriela también pasó por el exPozo.

“Yo no sabía lo que era tener una relación sexual. Todo lo que recuerdo es una patada en la boca del estómago, me doblaba y sentía dolor y ardor mientras me decían ‘te la aguantás’ y cuando terminó me descartó como si fuera un pedazo de nada. Ahí supe lo que era una violación”, evoca. 

“Me soltaron a las 3 de la mañana en Camino de Cintura desnuda para que pasara un camión y fuera ‘un puto menos’. Un hombre me subió atrás, le conté lo que había pasado y me dijo ‘sentite orgullosa que vivís'», añade. 

Aunque, como dice Gabriela, será imposible «reparar» todo aquello que vivió, tanto ella como Julieta batallan por la reparación histórica para las mujeres trans, no sólo en cuestiones económicas sino también psicológicas y sociales. “Las chicas trans mayores de 60 años que estuvieron acá tienen que tener una reparación», subraya Gabriela, y pone el foco en la posibilidad de tener trabajo.

Las directoras agradecen, una chica reparte pañuelos blancos, algunos espectadores lloran, la noche cae y el exPozo de Banfield se hace más oscuro. Julieta y Gabriela se abrazan.

AUNO-17-03-2024
ST-MDY

Dejar una respuesta