Es El Noba y sigue re sonando. Aunque pasaron dos años del fatídico accidente que le costó la vida, las bocinas de los coches, los parlantes en los boliches y sus miles de fans no dejan de recordarlo: caravanas, motos, autos al piso, “himnos” que transformarían para siempre el panorama de la música urbana y un “Tamo chelo” que ya forma parte del vocablo popular.
“Yo creo que la gente me eligió porque se sintió identificada”, supo decir Lautaro Réne Coronel en una entrevista para Telenoche. Y cómo no hacerlo con este joven de Florencio Varela, nacido un 15 de enero de 1997 en el seno de una familia trabajadora dedicada a la construcción que le enseñó sobre albañilería, pintura y el valor de ganarse la vida con el fruto de su trabajo.
Esa idea, y el saber que “de alguna manera la tenía que pegar, ya sea con la música, sea haciendo stream, sea haciendo lo que sea”, bastaron para que aquel que “no baja ni con pasta”, -de ahí su apodo-, decidiera desafiliarse de la UOCRA, pasar a hacer deliverys con su moto durante la pandemia hasta finalmente “pegarla” con su primer tema, “Tamos Chelo”.
“Cuando yo era albañil, era obrero, siempre decíamos ‘cobramos la quincena, chelo, cheto, bien ahí’, explicó El Noba durante una de sus últimas caravanas acompañado por cámaras de televisión, donde señaló que él seguía siendo “igual a ellos”: los pibes en moto que lo seguían a donde fuera tirando cortes y haciendo whelley.
Y de Florencio Varela…
“Antes de ser artista, cantante o cómo quieras llamarlo, yo ya era un plaga, con la moto nada más, o tirando la whelly o siendo buena onda”, comentó El Noba, en ese momento de 25 años. Hoy tendría 27, si no fuera por aquél choque del 24 de mayo de 2022 que le causó las heridas graves que lo llevaron a estar internado en el Hospital de Alta Complejidad en Red El Cruce-Néstor Carlos Kirchner de Varela hasta su deceso 10 días más tardes, un 3 de junio.
“Un día nos sentamos, hablamos y entendí el mensaje, (la música) era lo de él. Discutimos, peleamos, y me dijo: ‘mirá, yo quiero esto. Teneme fe que yo voy a triunfar’. Y ahí está, triunfó”, reveló Daniel Coronel, el papá de Lautaro, en la misma entrevista.
Sí que lo hizo. El 26 de junio de 2021 lanzó “Tamos Chelo”, su primer hit que rápidamente se posicionó como el número 1 por sus reproducciones en YouTube -al día de hoy ascienden a 67 mil visitas- y entró en la lista Argentina Hot 100 de Billboard 4, el ranking de las canciones más populares del país que semanalmente es actualizado por la revista del mismo nombre.
El legado de El Noba en la cumbia 420
El éxito lo catapultó como uno de los referentes de la cumbia 420 y lo llevó a conocer a Leandro Vecchio, también conocido como “Infinit”, quien pasó a ser su manager. Juntos lanzaron “Del Año”, su segundo éxito.
Cada vez con más giras y shows, El Noba se unió al sello discográfico del productor DT. Bilardo y se convirtió en el artista de Kriterio Music. En septiembre de 2021, a los pocos meses de “Tamos Chelo”, estrenó el que más adelante sería su disco de oro: “Trucho” junto a Joel Rivas, alias Perro Primo. La siguiente colaboración, “Yendo no, llegando”, a la que se sumó Renzo Juárez (R-Jota) confirmó lo obvió: Lautaro ya era un artista reconocido en todos lados.
Antes de remixear “Tamo Chelo” con L-Gante, Callejero Fino, Kaleb Di Masi y Juanka, El Noba hizo otras colaboraciones como “Salimo de Caravana”, con The La Planta y Locura Mix; “Allá”, con R Jota y DJ Plaga; “Turra”, con R Jota y Papichamp; “Pica” y “Butakera” junto a su amiga Joaquinha Lerena De La Riva, artista conocida como La Joaqui.
Un ídolo que se fue demasiado pronto
El vínculo de La Joaqui con Lautaro trascendía lo artístico: “Con Lauti éramos tal para cual, me enamoré de él, de su familia, de ir a comer a su casa los domingos”, expresó la cantante en una entrevista con TN, quien además lo recuerda de forma permanente en sus redes sociales como “su ángel”.
“Yo siento que él, a su manera, me sigue”, confesó la interprete de Butakera, y continuó: “Por ejemplo, estaba yendo a un show en un auto y me crucé a un montón de chicos en moto, e iban todos con casco encima. Y nos reconocemos, y digo: ‘claro, estos locos me los manda él’. Yo sé en mi corazón que hay cositas donde él sigue estando para mí”.
La artista, así como sus amigos, colegas y familiares, no son los únicos que lo recuerdan. En su tumba, en el Cementerio Municipal de Florencio Varela, se observan los mensajes con pedidos, deseos, flores y regalos que dejan sus admiradores y creyentes.
El fanatismo por los autos y las motos, que solo su pasión por Defensa y Justicia puede superar, acompañan los restos de El Noba, junto a una cerveza artesanal con su cara, un retrato que lo inmortaliza en el momento cumbre de su carrera, y los dibujos y las cartas de su hija Ailin.
Hay quienes aseguran escuchar su voz desde su tumba. ¿Y por qué no? Un joven artista que dejó de ser albañil en búsqueda del éxito y la fama, y supo alcanzarlo, seguramente tenía mucho más para decir, otros hits donde plasmar cómo es la vida en los barrios del conurbano, kilómetros de caravana por recorrer, para llegar a fin de mes, cobrar y poder decir: “Tamos Chelo”.
AUNO-3-6-24
FM-MEM
