A contramano del resto del mundo, las mujeres paraguayas decidieron posar su vista fronteras adentro y celebrar su día una semana antes, todos los 24 de febrero, fecha en que conmemora la Primera Asamblea Femenina realizada en la Plaza de Mayo de la capital guaraní, en 1867, con el propósito de defenderse durante la guerra de la Triple Alianza declarada por Argentina, Uruguay y Brasil contra ese país.
La organización de la asamblea tomó un peso considerable en Paraguay porque significó el protagonismo inusual de las mujeres en el ámbito de la política.
La organización femenina en 1867 fue el anticipo de la reunión de Damas de la Asunción, lideradas por Escolástica Barrios de Gill, que logró reunir a más de 30 mujeres para colaborar con la financiación de la causa que sostenía la republica a través de la donación sus joyas y alhajas.
Fue en 1974 –el mismo año declarado “Internacional de la Mujer” por la ONU– cuando la iniciativa paraguaya de cambiar de fecha de reivindicación de los derechos femeninos tomó peso de ley
En Paraguay, el proyecto ingresó a la Cámara de Diputados a mediados de ese mismo año de la mano de la historiadora Idalina López de Zarza, y finalmente fue promulgado por el Poder Ejecutivo.
Por esta causa es que el 24 de febrero de ese año, más de un centenar de campesinas nucleadas en el Movimiento Popular Revolucionario Paraguay “Pyahyurá” marcharon por la ciudad de Asunción para exigir al gobierno la elaboración de políticas de Estado a favor de las mujeres que no contaban con los servicios básicos.
A partir de allí, las diferentes comunidades paraguayas radicadas en otros países tomaron como referncia esta fecha histórica para conmemorar su día, tal es el caso de la Asociación de Mujeres Paraguayas Organizadas formada en Argentina en 2004 y cuyo primer encuentro fue en la localidad de Avellaneda.
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