El hermano de Luciano Arruga denunció que fue golpeado por policías

Mario Arruga dice que fue perseguido e interceptado por un coche sin patente y golpeado por dos efectivos de la Bonaerense, que lo acusaron de conocer información sobre la muerte de un policía del barrio donde vive. El caso fue presentado en los Tribunales de La Matanza.

Marina Pandolfi

Lomas de Zamora, agosto 15 (AUNO).- Mario Arruga tiene 16 años. Es el hermano menor de Luciano, el joven desaparecido desde 2009 luego de ser detenido en una comisaría. El viernes por la noche, alrededor de las 23:30 terminó su turno en un restorán de Lomas del Mirador, donde trabaja haciendo delivery, y se dirigió a su casa. En el trayecto, dice que alguien, desde un auto sin patente, le gritó que se quedara quieto. Mario, con miedo, vio que dos personas bajaron. Una estaba vestida de civil, mientras que la otra llevaba puesto el uniforme de la Policía Bonaerense, aunque sin placa identificatoria. Lo obligaron a ponerse contra la pared, lo increparon y lo golpearon. Ya hizo la denuncia.

“Dame los nombres de tus amigos que mataron al policía de la calle Europa”, le dijo uno de ellos, vinculándolo a un hecho del que, asegura, “no tenía conocimiento”. Luego, tras haberlo golpeado, le advirtieron: “La próxima vez que te encontremos sin documentación te llevamos”, aunque en ningún momento se la habían pedido, según contó a AUNO el abogado de la causa, Juan Manuel Combi.

Esta es una más de las tantas amenazas que ya recibió la familia, desde que Luciano fue visto por última vez en una comisaría de La Matanza, en enero de 2009. Sobre lo que le pasó a Mario, Vanesa Orieta, una de sus hermanas, remarcó que “es grave que de un auto particular y sin patente bajen dos personas, que tengan uniforme pero no una placa de identificación y que a las 11 de la noche le hagan preguntas a una persona sobre un hecho que, si fuera cierto, tienen que investigar de otro modo”. El día después de este hecho, Mario fue con su madre, Mónica, y con Combi a realizar la denuncia a la Fiscalía Nº9 de La Matanza.

Luciano, cuando desapareció, tenía 16 años. Había dejado el secundario para salir a trabajar, y soñaba con poder retomar sus estudios algún día y así poder “regalarle” el diploma a su hermana. Una noche de enero de 2009, iba caminando solo hasta su casa, cuando fue interceptado por un patrullero. Lo revisaron, pero lo dejaron ir.

Días más tarde, el 30 de enero, la escena volvió a repetirse, pero, según las denuncias, esta vez Luciano fue arrastrado con fuerza hasta el vehículo policial y terminó en el destacamento policial de Lomas del Mirador. Algunos presos del lugar, que luego declararon en la causa, relataron haberlo visto golpeado y ensangrentado.

Las sospechas, aún después de tres años y medio, siguen recayendo en la policía. Aparentemente, los efectivos buscaban jóvenes que aceptaran delinquir para ellos en las zonas de alrededor. Como Luciano se negó, continuó siendo presionado.

Desde su desaparición, la causa se caratuló como “averiguación de paradero”. Su hermana Vanesa, en disconformidad, alegó que “hace tres años que se denuncian datos importantes en la causa y todo sigue igual. Tampoco hay acompañamiento político para resolverla”.

Como sospechosos, figuran ocho policías que, no obstante, continúan en sus cargos y desarrollando sus funciones normalmente.

El caso de Luciano se añade a la lista de desaparecidos en democracia, como el de Jorge Julio López, testigo que declaró en la causa contra el ex represor Miguel Etchecolatz, y el del estudiante de La Plata Miguel Bru, en 1993. A lo largo de estos tres años y medio, los Arruga todavía cuentan con el apoyo de numerosas organizaciones sociales y de derechos humanos que, junto a ellos, lucharán para que los culpables no queden impunes.

MP-AFD
AUNO-15-08-12

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