Fotos: gentileza Héctor Daniel De Arriba
Darwin Ángel Passaponti tenía 18 años y era estudiante de la Escuela Mariano Acosta cuando asistió a la histórica movilización obrera y sindical del 17 de octubre de 1945, que pasó a la historia como el Día de la Lealtad Peronista. En su desconcentración, mientras caminaba por Avenida de Mayo, pasó por el edificio del diario Crítica donde fue asesinado tras un tiroteo.
En diálogo con AUNO, Héctor Daniel De Arriba, profesor de Historia y escritor de “Los muertos de Plaza de Mayo”, aseguró que “hay versiones cruzadas” en torno a la muerte de Darwin. Una primera afirma que fueron los empleados del medio fundado por Natalio Botana quienes efectuaron los disparos, ya que la línea editorial era una ferviente opositora al gobierno de facto de Edelmiro J. Farrell. Otra, algo distinta, indica que en realidad hubo un enfrentamiento vociferado por los propios manifestantes al apedrear el lugar.
No obstante, producto de sus averiguaciones a través de diarios de la época, actas de defunciones y diversos testimonios, entre ellos el de la sobrina de Darwin, Alicia Terán Passaponti, De Arriba comprobó que Passaponti murió de un balazo en su cabeza en la madrugada del día siguiente. También pudo saber que no fue el único, mismo destino tuvo Francisco Ramos, un comerciante de 21 años que vivía muy cerca del lugar. Pero a diferencia de éste, Darwin llegó sin vida al Hospital Durand.
El joven era oriundo de Zenón Pereyra, localidad de la provincia de Santa Fe, se había mudado con su familia a la ciudad de Moreno luego de una mala cosecha que afectó las ventas de la farmacia de sus padres, Trento Passaponti y Enedina Retamar de Passaponti. Era el único hijo varón y el tercero después de sus hermanas Lía y Estela Alba.
Su singular vínculo con el peronismo
El historiador niega que Darwin Ángel Passaponti fuera peronista porque el partido, que se presentó como Laborista en las elecciones de 1946, “no existía como total por entonces”. Por el contrario, y además de ser delegado de su curso, el joven pertenecía a la Unión Nacional de Estudiantes Secundarios (UNES), rama juvenil de la alianza libertadora nacionalista, y escribía en la revista nacionalista argentina Tacuara.
“Era un grupo de derecha que vio en Perón sus principios de nacionalismo: la defensa de la soberanía, tradicional nacional, los valores patrios, la argentinidad. Se sentían identificados con el ideario que esbozaba la figura del Coronel”, explicó De Arriba, sobre la asistencia de Darwin en aquella histórica movilización obrera y sindical que exigió la liberación de Juan Domingo Perón en la Plaza de Mayo tras ser apresado en la Isla Martín García.
Pero su figura de “mártir” se acentuó con la carta que le escribió Perón en 1968 a su padre, Trento Passaponti, que reza así:
“Querido compañero:
He recibido y le agradezco el envío de su libro La Chacra del Mangrullo , como las generosas palabras de su dedicatoria. No sabe usted el placer que he tenido al leerlo porque yo he nacido en la estancia de mi padre en Lobos y he crecido después en otra estancia en la Patagonia, de manera que todo cuanto usted menciona me es casi familiar. Muchas gracias por el buen rato que me ha proporcionado con tantos recuerdos.
Su amabilidad me ha traído el recuerdo de su hijo Darwin Passaponti, nuestro primer peronista, muerto el 17 de octubre de 1945 frente a Crítica y desde aquí me uní al homenaje que el Peronismo en su tumba rindió con motivo del aniversario de su fallecimiento y que en esta ocasión rememoro con emoción.
Le ruego acepte, con mi saludo más afectuoso, mi agradecimiento por todo.
Un gran abrazo”
Para aquella época, Trento comenzó a escribir varios libros, abandonó el anarquismo y el comunismo para afiliarse al peronismo. Llegó hasta conocer a Eva María Duarte de Perón y se presentó como candidato a intendente de Moreno. Mientras tanto, la madre de Darwin, Enedina, no pudo soportar la pérdida y a los pocos años se quitó la vida.
79 años después…
Hoy, los restos de Darwin Ángel Passaponti descansan en el Cementerio Municipal de Moreno junto a Trento y Enedina. Previamente, estuvieron en el Cementerio de Chacarita por su identificación con el peronismo.
La farmacia santafesina tiene otro nombre por la venta de su inmueble, pero la que está ubicada en frente del Hospital Moreno conserva el apellido familiar, al igual que una plaza del barrio porteño de Núñez.
En cuanto al exedificio del diario Crítica, que dejó de editarse en 1962, funciona allí la Superintendencia Nacional de la Policía Federal, y en su vereda yace una placa homenaje colocada por iniciativa del Instituto Nacional Juan Domingo Perón de Estudios e Investigaciones Históricas, Sociales y Políticas, firmada por el entonces secretario general y exdiputado nacional, Lorenzo Pepe.
Pero quizá lo más simbólico de la fugaz vida de Darwin Ángel Passaponti, fue un poema que escribió un año antes de su muerte, casi como un presagio de la suerte que correría.
“Quise cruzar la vida
con la luz del rayo
que el espacio alumbra,
seguro de no vivir más que un instante,
seguro de no morir debilitado.
Así como el rayo,
corto, breve y soberano”
Un homenaje a inocentes
Héctor Daniel De Arriba investigó por cinco años las víctimas fatales que tuvieron como epicentro la Plaza de Mayo, en tres líneas temporales: 1945, 1953 y 1955. El resultado de sus averiguaciones, revisiones de archivo y relatos corales se materializó con “Los muertos de Plaza de Mayo” publicado en 2022.
De la editorial Dunken, su libro se puede conseguir en librerías, así como por contacto directo con su escritor.
“El principal objetivo es homenajear a personas inocentes que fueron a la Plaza de Mayo. Rescata de la memoria, del olvido total a los muertos del ‘45, ‘53 y ‘55. Todos somos iguales para la historia, tenemos un proyecto de vida, portamos un rostro y merecemos ser recordados”, destacó De Arriba.
17-10-2024
NR-MEM