Lomas de Zamora, marzo 27(AUNO).- Un grupo de científicos argentinos trabajan en un proyecto denominado MeMoSat, el cual desarrolla una nueva tecnología para fabricar memorias electrónicas no volátiles, utilizables en satélites artificiales.
Con esta tecnología se busca que el material al ser expuesto a condiciones adversas, como las existentes en el espacio exterior, pueda resistir sin degradarse y ser capaz de retener bits de información frente a interrupciones de energía.
Al respecto, desde el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), se destacó que los microchips podrían ser fabricados en Argentina, lo que significaría un avance inédito en materia de ingeniería electrónica para el país.
Las memorias usadas en pendrives, computadoras y otros equipos electrónicos son fabricadas con silicio, un material que proviene de la arena. Pero estos dispositivos pueden tener inconvenientes cuando son expuestos a factores externos, como temperaturas extremas, estrés físico o radiaciones.
Ante estos escenarios, los microchips que se utilizan en la actualidad pueden deteriorarse y perder información. Es por eso que desde 2009 un equipo multidisciplinario de científicos y tecnólogos, liderado por la Comisión Nacional de Energía Atómica, e integrado además por el Conicet, la UBA, la UnSam y el INTI comenzó una búsqueda para utilizar nuevos materiales.
En el caso del INTI, los técnicos que forman parte del proyecto utilizan dióxido de Titanio para desarrollar las películas delgadas de los nuevos microchips, con un espesor menor a 100 nanómetros. Teniendo en cuenta que 1 nanómetro equivale a 1 millonésimo de milímetro, si se apilan 1 millón de películas alcanzaría el tamaño de una cabeza de alfiler.
Las memorias resistivas, también conocidas como ReRAM, ocupan un lugar preponderante entre las nuevas tecnologías.
Además de funcionar en satélites espaciales no tripulados también podrían aplicarse para el procesamiento de reactores nucleares o el monitoreo de actividad volcánica.
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