Maltratos físicos y psicológicos, estafas, abandono, descuido y aislamiento son algunos de los abusos a los que están expuestos los adultos mayores. Para combatir esta problemática, la Dirección Nacional de Políticas para Adultos Mayores (Dinapam), que depende del Ministerio de Desarrollo Social, lanzó un Programa de Prevención destinado a capacitar a profesionales y familiares que tienen a su cargo a personas de la tercera edad.
La iniciativa también contempla la presencia en los barrios de equipos interdisciplinarios de profesionales (médicos, psicólogos, trabajadores sociales y abogados) que brindarán asesoramiento e intervendrán en los casos de abuso que se presenten.
El 15 de septiembre en el Colegio Universitario Pantaleo de González Catán, se presentó el Programa con la presencia de representantes de la Dinapam, del PAMI, de la Red de profesionales para la Tercera Edad y de las ONG’s Obra del Padre Mario y Red Cimientos, entre otras. Ese día además se realizó la primera jornada del Seminario de Capacitación para médicos, enfermeros, personal de hospitales geriátricos, y familiares que atienden a ancianos, dedicado a estrategias de intervención y cuidados adecuados.
“Una de las problemáticas más comunes de las personas mayores en situación de pobreza es que con la personas que los cuidan se genera una saturación que lleva a situaciones de violencia. Otro caso típico es el del regreso de los nietos a la casa de los padres porque no pueden alquilar. Esto hace que los abuelos pierdan su espacio y queden relegados en la familia. También existe violencia psicológica cuando no son atendidos en los hospitales o cuando los tienen dando vueltas en las dependencias municipales”, detalla Marisa Pereyra de la Obra del Padre Mario, una de las ONG’s que ejecutan el Programa, en dialogo con AUNO-Tercer Sector.
En el caso de los equipos interdisciplinarios, el objetivo es concurrir a los barrios y detectar los abusos. “Hay que estar atentos porque generalmente los abuelos no denuncian los hechos de violencia de los que son víctimas. Por ejemplo cuando un hijo le roba la jubilación al padre, éste no lo denuncia por temor a represalias. Existen muchos casos que son complejos porque se originan en el núcleo familiar Es por eso que intentamos evitar judicializar para proteger a los adultos mayores. Buscamos prevenir y resolver los conflictos en el espacio barrial y comunitario sin que se llegue a la denuncia”, explica Elena Otondo, trabajadora social del equipo interdisciplinario del Programa.
De acuerdo a la postura de no judicializar, se crearon metodologías como “los espacios de solidaridad, que son reuniones en las que los adultos mayores cuentan sus problemas y cómo los resolvieron. Los que tienen un problema similar se identifican y esto genera que se ayuden entre ellos”, amplió Otondo.