Alrededor de 20 mil mujeres participaron en más de 60 talleres que durante tres días le dieron forma, en la ciudad de Córdoba, a la edición número 22 del Encuentro Nacional de Mujeres. Con representantes de todo el país, los debates abarcaron numerosas problemáticas, siempre desde una perspectiva de género.
AUNO-Tercer Sector presenció las actividades en las compartieron experiencias delegaciones de feministas, artistas, lesbianas, profesionales, piqueteras, estudiantes secundarias y universitarias, activistas, militantes sindicales y políticas, trabajadoras y desocupadas.
El evento, que se desarrolló desde el 13 hasta el 15 del mes pasado, fue concebido como un espacio social y político que promueva cambios para lograr una mayor concreción de los derechos de las mujeres, avanzar en la generación de propuestas de políticas públicas con perspectiva de género y fortalecer el protagonismo y la participación de las mujeres en la sociedad.
Desde su inicio, en 1985, el Encuentro Nacional de Mujeres creció cuantitativamente y cualitativamente. Los talleres-debate ascendieron a más de sesenta este año. En ellos, se discutieron problemáticas como educación, familia, violencia, sexualidad, trabajo, salud, organizaciones y sindicatos, entre muchas otras.
El escenario de esta edición fue el que conformaron las aulas de diversas escuelas de la capital cordobesa y de las facultades de Derecho, Arquitectura y Exactas de la Universidad local. Durante tres días, cientos de mujeres abarrotaron los salones en pupitres y sillas dispuestos en forma circular, para facilitar el debate.
Una de ellas fue Sandra, 38 años, que tiene cinco hijos y vive en un barrio muy pobre de Pilar. Hace dos años decidió organizar junto con algunos vecinos un espacio para poder ayudar a los chicos de la “barriada”, ya que percibía que las drogas estaban arrasando con los adolescentes. Actualmente, alrededor de 200 chicos concurren a “El galpón”, espacio en el que realizan diversas actividades deportivas y culturales. En diálogo con AUNO-Tercer Sector, Sandra insistió, con lágrimas en los ojos, en la necesidad de unirse y organizarse para poder mostrarles a “los pibes” que pueden tener otra vida.
Otras sensaciones tuvo Alejandra, que vive en San Juan, es arquitecta y representa a alrededor de 500 familias en el Consejo Vecinal del municipio. Allí, funciona el denominado presupuesto participativo: la comunidad, a través de representantes elegidos en asambleas, se involucra para controlar los gastos que efectúa el gobierno local. Según Alejandra, se han logrado recaudar alrededor de un millón de pesos, que se han destinado a la construcción de un polideportivo para la comunidad.
En los pasillos cualquiera pudo escuchar también a Aurora, quien vive en un barrio del partido de Moreno, en la provincia de Buenos Aires. Tiene 70 años, es uruguaya y hace más de 35 años que vive en la Argentina. Comenzó a juntarse con algunos vecinos y juntos crearon un centro cultural abierto para toda la comunidad. Pero “nadie venía, nadie se acercaba”, así que decidieron “salir a las calles, patear el barrio, tocar puertas y convocar a los jóvenes”. De a poco, varios adolescentes comenzaron a entusiasmarse, acercarse y participar en las actividades. Actualmente, en el centro se llevan a cabo diversas actividades artísticas y culturales animadas y promovidas conjuntamente por abuelos y los jóvenes.
Las tres historias se relataron en la escuela Alejandro Carbó, donde se llevó a cabo la primera jornada de uno de los 63 talleres-debate del Encuentro. Fueron apenas un puntal de las historias que se entrecruzaron, se compartieron, se intercambiaron y posibilitaron enriquecer la mirada de la realidad a través de un acercamiento a otras experiencias.
Experiencias que, sean comunitarias, barriales, familiares, políticas, sindicales, religiosas, o individuales, intentan ser transformadoras de la realidad social.
Con la finalización de los debates, al final de la tercera jornada, se organizó una manifestación que recorrió las calles céntricas de la ciudad de Córdoba y que finalizó en la Plaza España. La movilización fue, como en todos los Encuentros, el espacio político y público en el que se mostró la masividad y diversidad que caracterizó al evento.
Allí, se mezclaron pancartas, carteles y banderas de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado), CTA (Central de Trabajadores Argentinos), la CCC (Corriente Clasista y Combativa), Partido Obrero, Mujeres Artesanas, Suteba, Judiciales Bonaerenses, MTL Florencio Varela, Movimiento de Mujeres contra la Violencia, Alumnas y egresadas de la Escuela de Psicología Social Dr. Pichon Riviere, Movimiento Amas de Casa del País, movimientos feministas como La Fulana, Aquelarre, La Lesbian Banda, Pan y Rosas, La Casa del Encuentro, Frente de Mujeres del Movimiento Evita, Pueblos Originarios de Jujuy, Frente Nacional Campesino, entre otras, expresando y haciendo visibles sus consignas, sus cantos y reivindicaciones.
En tanto, el acto de cierre se realizó en el Club Juniors. Miles de mujeres presenciaron las propuestas de las delegaciones de Buenos Aires, Catamarca, Santa Fe y Neuquén para convertirse en la futura sede del Encuentro para el 2008. Finalmente fue elegida Neuquén. Allí volverán a tener un punto de encuentro, el año próximo, las mujeres de todo el país.
- Más detalles sobre el encuentro:*
http://www.22nacionaldemujeres.com.ar/
MP-GDS-EV