Por Guillermo Vidal y Leandro Koren
“La implementación del Registro (Único de los Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia) responsabiliza al Estado por la habilitación de los patovicas”, explicó a AUNO Oscar Castellucci, el padre de Martín, el joven asesinado de un golpe por un patovica en el boliche La Casona en 2006, en referencia a la puesta en marcha de la nómina que nuclea al personal de seguridad de boliches y bares que entró en vigencia, sólo en la provincia de Buenos Aires, a dos semanas del ataque que sufrió un adolescente en el boliche Nexo, en Temperley.
El caso de Jonathan Veira Olivares, de 19 años, que fue golpeado por un patovica con una manopla de hierro el 24 de marzo, y el de un joven que fue atacado por dos empleados encargados de la seguridad de un boliche en el barrio de Villa Devoto el 14 de abril son dos de los tantos casos de violencia por parte de personal de seguridad de locales nocturnos que sucedieron desde principio de año y que contaron con una exposición mediática.
Sin embargo, Castellucci explicó que “el 100 por ciento de los casos de agresiones que no terminan en tragedia no son tenidos en cuenta”.
En tanto, si bien la puesta en funcionamiento del registro no facilitará la radicación de denuncias sobre agresiones en los boliches, sí obligará a aquellos que quieran desempeñarse allí como personal de seguridad a someterse a exámenes de capacitación, presentar certificado de aptitud psicológica y estar libres de antecedentes penales. “No obstante –explicó Castellucci- se está avanzando en la creación de una línea gratuita para que la gente pueda denunciar esta clase de hechos”.
Por ahora, el registro sólo funcionará para el territorio bonaerense, ya que “la provincia adhirió a la ley mucho más rápido que la Nación, donde está reglamentada pero no instrumentada”, apuntó Castellucci.
El padrón fue puesto en marcha cinco meses después de la reglamentación, sucedida en noviembre de 2009, de la ley Nº 26.370 que lo creó. Durante el mismo mes, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, impulsó una norma con el objetivo de limitar el horario de apertura y cierre de boliches y la venta de bebidas alcohólicas, que fue puesta en marcha casi automáticamente.
Con respecto a la diferencia de tiempo que hubo en la aplicación de una norma y otra, el padre de Martín Castellucci consideró que “el control de los horarios y la venta del alcohol es más fácil de llevar a cabo”, mientras que “el tema de los patovicas es mucho más complejo de instrumentar porque implica un cambio estructural más profundo”.
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AUNO-16-04-10