Bajo la sombra de los barras

Un grupo de violentos entró por asalto a la concentración del plantel y rompió los autos de varios jugadores. Luego, provocaron destrozos en la confitería y robaron computadoras de las oficinas del club. «Yo sé que un día voy a andar por la calle y me van a matar», aseguró el presidente de la entidad, Enrique Merelas.

Lanús, noviembre 23 (AUNO).- Lejos de los tiempos de bonanza, cuando estuvo muy cerca de lograr el inédito ascenso a Primera División, El Porvenir vive una profunda crisis futbolística que se ve acentuada por los continuos episodios de violencia que protagoniza su barra brava, que en las últimas horas provocó destrozos en el club, rompió autos de los jugadores y volvió a amenazar a los máximos directivos.

“Yo sé que un día voy a andar por la calle y me van a matar. Ya no sé qué hacer, pero hasta que pueda voy a luchar contra ellos”, sostuvo en declaraciones a la prensa el presidente de El Porvenir, Enrique Merelas tras denunciar repetidas amenazas hacia él, su familia y otros miembros de la Comisión Directiva.

Merelas, de profundo vínculo con el titular de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Grondona, parece haber quedado jaqueado por el libre accionar de los violentos.

Durante la concentración previa del partido contra Luján, por la 18ª fecha del Torneo de la Primera C, los barras ingresaron a las instalaciones del club en la madrugada del lunes y destrozaron autos de varios jugadores.

Luego, mientras el plantel dormía, arrasaron en la confitería –provocaron roturas de vidrios- y violentaron las oficinas, de donde se robaron las computadoras.

“Las amenazas son porque no los dejo entrar a la cancha, nadie entra gratis. Yo soy un hincha de fútbol, no soy un dirigente, yo quiero que lo mismo hagan ellos, que paguen la entrada, y que además no hagan destrozos”, agregó Merelas, que vinculó a los barrabravas con una cooperativa que respondería a la Municipalidad de Lanús.

Y agregó: “Las personas están identificadas, pero tiene que actuar la Justicia. Ya hice 27 denuncias y me pusieron el revólver en la cabeza dos veces. Si hay una desgracia, lo lamentará mi familia, pero de arriba no se la van a llevar”.

El ataque de las últimas horas no es el primero que padecen los jugadores, que en septiembre pasado fueron apretados por este mismo grupo de violentos.

Entonces, los barras pasaron por el estadio durante el cortejo fúnebre de Javier Suldini, un hincha fallecido, y golpearon a un par de integrantes del plantel (entre ellos el juvenil Nicolás Marquievich, de 15 años) antes de ingresar a los camarines y robar las pertenencias de los futbolistas.

AUNO 23-11-10
MFV

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