Algo más que comida para combatir la desnutrición

En un contexto marcado por la desocupación y el hambre una ONG lucha contra la desnutrición infantil a través de la entrega diaria de viandas a chicos con carencias alimentarias. Además dan charlas sobre salud, violencia familiar y cursos de cocina

Por Sebastián Ochoa

(AUNO-TERCER SECTOR*) Una posta sanitaria más chica que una salita, apenas un consultorio, es el lugar desde el que decidió trabajar Alessandra Giabbani contra la desnutrición infantil. En Benavídez, partido bonaerense de Tigre, y a cuarenta cuadras del centro asistencial más cercano, la pediatra se organizó junto a un grupo de amigos y determinó hacer algo por los chicos con carencias alimentarias que atiende en su consultorio. Hoy un equipo de voluntarias cocina y entrega todos los días la vianda para 50 chicos con necesidades alimentarias.
“Pensé que si los chicos compartían la comida en la mesa familiar, en lugar de asistir a un comedor comunitario, se recuperarían mejor”, intuyó sin equivocarse cuando tuvo contacto con la realidad. Por eso, cuando a fines de 2002 Giabbani decidió reunir a un grupo de amigos y relatarles la situación, convinieron en “hay que hacer algo” y bajo la figura de asociación civil Proyecto Mambo, comenzaron a juntar donaciones de alimentos.
“Se trata de una zona en la que no hay ni un comedor comunitario, sólo un merendero en la escuela, pero es un lugar muy restringido, apenas para algunos de sus alumnos explica la pediatra. Cuando se realizó un relevamiento en los comedores del partido –explica- para ver cuánto habían engordado los chicos, se llevaron un chasco: comprobaron que sólo el ocho por ciento había aumentado de peso”, comenta, y afirma que en una correcta nutrición influyen en gran medida factores psicológicos y sociales.
Las viandas, de las que se hacen cuatro tandas diarias, cocinadas por 25 voluntarias, consisten en una sopa balanceada elaborada por una nutricionista. También cuentan con un plato principal y postre, como frutas. Las comidas que preparan durante todo un mes le cuesta a la ONG tres mil pesos, y las solventan con donaciones y –muchas veces- dinero del propio bolsillo.
Además de la viandas, la asociación organiza talleres para los vecinos. “Es una población muy afectada por el asistencialismo político” destaca Giabbani, y cuenta que ”cuando empezamos a repartir comida, la gente se nos acercaba y nos preguntaba por quién tenían que votar”.
En los cursos se encargan de brindar capacitación contra la violencia a las mujeres, educación para la salud y talleres de cocina. “Muchas madres nunca cocinaron otra cosa que no sea guiso”, explica la doctora. También dan charlas sobre higiene y alimentación suplementaria a los chicos.
Con este programa los integrantes de la asociación buscan recuperar los signos de pertenencia. “Es importante fortalecer los lazos de grupo. Se trata de una comunidad compuesta por hombres que fueron despedidos de las fábricas de la zona, familias de ocho integrantes que conviven en una casilla de un ambiente. Queremos que la comunidad se sienta involucrada, que no digan los vecinos ‘mi hijo no está desnutrido, yo no tengo nada que ver’”.
A principios de octubre la organización realizó un relevamiento entre los chicos que asisten a recibir su alimento. El resultado: de 82 chicos desnutridos, 18 no vinieron al último control, “lo que no significa que los pibes dejen de venir”, aspira Giabbani. De 61 chicos, 53 aumentaron de peso, “un record total”, considera. Siete persisten en su cuadro de desnutrición y uno bajo de peso. A pesar de los índices favorables, la pediatra expresa que “se necesitarían donaciones para hacer ingresar al sistema de viandas a 40 chicos más”.

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Cómo comunicarse:
Asociación civil Proyecto Mambo: Teléfono 4731-0886- Correo electrónico: proyectomambo@yahoo.com.ar
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