El histórico “aparato bonaerense” digitado por intendentes y referentes comunales del peronismo fue el botín que quedó en manos del presidente Néstor Kirchner luego de su divorcio de Eduardo Duhalde. Esta estructura es la que hará literal el sentido figurado del concepto “listas colectoras”, un eufemismo que sintetiza una estrategia para cosechar votos en beneficio de la esposa del Presidente, Cristina Fernández.
La necesidad de una estructura de ese tipo hizo que Kirchner se vinculara con cuanto referente zonal se sumara al Frente para la Victoria. Para ejemplos, el de casa: en Lomas de Zamora hubo hasta nueve candidatos K y oficialmente quedaron cinco (el resto se replegó en estos últimos). Pero al menos en este distrito, el problema no es que el Presidente dispute partidas simultáneas con sus hombres, sino que éstos en lugar de ajedrez juegan al TEG.
La batalla interna del peronismo lomense se perfila como una de las más duras del Conurbano. Bien lo saben los operadores de ese aparato que pusieron en marcha las campañas tal vez más publicitadas de los últimos 20 años, y que el próximo domingo moverán todo su engranaje territorial de arrendamiento de votos y de fiscales que velarán “con el cuchillo entre los dientes” toda la jornada.
En 2003, Duhalde se había inclinado por la candidatura del intendente, Jorge Rossi, dejando un tendal de rencores entre colaboradores muy cercanos. Uno de ellos fue el eterno diputado provincial Osvaldo Mércuri (encarnado en su esposa), que convocó a una elección interna que se dirimió a favor de Rossi luego de acusaciones cruzadas de “fraude”, “compra y venta de votos” y “aprietes” de punteros barriales.
Ambos vuelven a enfrentarse abiertamente el domingo. Pero esta vez, el tercero en discordia y con chances sensatas de quedarse con la Intendencia es el presidente de la bancada kirchnerista provincial, el diputado Fernando “Chino” Navarro, un hombre del PI luego devenido concejal del PJ durante la gestión de Juan Bruno Tavano en los 90. Desde entonces, nunca perdió su cuota de incidencia en la vida política lomense y, como si fuera poco, fue el primero que apoyó a Néstor Kirchner cuando éste era un ignoto candidato presidencial ni siquiera tenido en cuenta por el entonces senador Duhalde. Tal es la cercanía del “Chino” con el Presidente que es el único postulante a jefe comunal que luce una foto sentado en Sillón de Rivadavia con el mismísimo Kirchner palmeándole un hombro; un gesto inalcanzable para los demás.
Las cicatrices de aquella pelea entre Rossi y Mércuri nunca cerraron. Por eso, esta vez el desafío para el intendente será ratificar su legitimidad, mientras que el de Mércuri pasará por recomponer su desgastado liderazgo local. Navarro se presenta como parte de la “renovación kirchnerista”. Los tres tienen fuerza y estructuras propias que no sólo movilizan un alto porcentaje de votantes, sino que controlan un aceitado sistema de información de datos a boca de urna y certificados de escrutinio.
¿Es posible que el domingo se repita y potencie el escenario de la interna de 2003 ya no con dos, sino con cinco candidatos que a su vez resolverán la interna peronista local? Tal como ocurrió entonces, la respuesta podría quedar abierta hasta tanto se resuelva en otros foros.
Está claro que ninguno admitirá que su estructura es más débil que la del otro, y esta actitud podría dilatar un resultado final. Sólo en Cuartel IX, la zona con más punteros y pobres de Lomas, los operadores consultados por AUNO previeron “conflictos” antes, durante y después de las elecciones. La más efectiva medición de fuerzas será este domingo, cuando los motores de cada aparato se enciendan en esa última fase de la carrera en la que suele cumplirse un viejo axioma menemista: “El primero que se calienta, pierde”.
AFD
AUNO-25-10-07
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