Miradas sobre la nueva secundaria

El titular del gremio docente bonaerense, el referente de un colectivo que agrupa a más de 300 educadores del sistema formal y no formal y una docente de escuelas del Conurbano profundo opinan sobre el nuevo sistema de educación media. Destacan que habrá un mayor acompañamiento de parte de los educadores. No obstante, coinciden en que la propuesta ayuda, «pero no es la panacea” ni la solución al fracaso y deserción escolar. Y consideran que es necesaria una reforma de la formación docente para que la transformación estructural tenga mejor sustento en la convivencia de las aulas.

La “nueva secundaria” obligatoria reformula el esquema educativo del nivel medio con la intención de una mayor inclusión y permanencia de los alumnos en la escuela. Nuevos contenidos, la creación de tutorías, materias optativas y formas flexibles de cursada y apoyo escolar para chicos con dificultades, forman parte de los puntos positivos que algunos docentes y especialistas destacaron a AUNO. Las miradas sobre una reforma que alcanzará a 3,6 millones de chicos y le pone fin al nivel Polimodal de la década menemista.

La línea de trabajo fundamental será la “inclusión, además de elevar la educación para que los chicos ingresen, transcurran y egresen con los conocimientos necesarios”, resaltó a esta agencia Roberto Baradel, secretario general del Suteba. De hecho, el gremio docente apoya la reforma porque además reconstruye “la identidad de escuela secundaria” que con la década pasada estaba “paralizada”, comparó.

Es que después de la última reforma educativa “quedó demostrado que el plan del menemismo le hizo bastante mal a la educación formal”, coincidió en el argumento Eduardo Marello, coordinador del Foro Educativo Paulo Freire que agrupa a más de 300 educadores en la provincia. Para él, la “imposibilidad” de los jóvenes de poder acceder a una buena educación con respecto a la situación que viven a diario en las zonas más marginales ha hecho que abandonen la escuela media.

La obligatoriedad y la permanencia de los jóvenes “con calidad”, es el punto a favor que también encuentra la docente y ex directivo de la Escuela Técnica 8, de Fiorito, Silvia Fernández.

La reforma contempla un sistema de evaluación que acompañe el aprendizaje. Se promoverá que los alumnos cuenten con la presencia continua de docentes tutores, quienes no sólo se ocuparán de la materia que dictan sino de tener una relación con los chicos para que puedan encarar métodos de aprendizajes que les permitan adquirir conocimientos. Los tutores se transformarán así en un nexo entre las necesidades y los problemas que presenten los estudiantes.

En ese sentido, es esencial crear una sensación de “confianza mutua”, donde el joven “pueda manifestar sus dudas, posiciones y críticas”, describe el coordinador del foro educativo. Pero la situación de un aula con 40 alumnos muchas veces dificulta la posibilidad de “tener tiempo suficiente” para conocer la problemática de cada adolescente, explicó.

Sin embargo, todavía no hay una línea de acción y no se habló de la capacitación que tendrán los tutores. De hecho, Marello cuestionó si los docentes “estarán preparados para darle contención a los alumnos”. La formación docente, entonces, es clave para la tarea. El hincapié está en la “dificultad” que tiene el profesor para afrontar nuevas problemáticas que comenzaron a surgir a partir de los planes neoliberales. Por eso, Marello plantea que, “en un aspecto, los docentes no han sido formados para afrontar ciertas situaciones” como la pobreza, el desempleo, la delincuencia, la drogadicción que se vivieron a partir de los 90 en las zonas más marginales. En este sentido, para Fernández, la reforma “debería abarcar desde la formación docente para ver qué contenidos se dan y cómo en la primaria y secundaria”.

La nueva secundaria promoverá, además, formatos específicos para los que trabajan o tienen hijos y habrá facilidades para rendir materias adeudadas. Se trata de exigir, para que los adolescentes puedan tener un mejor rendimiento. La nueva ley “exige más”, y por ello se deben generan las “condiciones materiales y pedagógicas” para que los chicos puedan aprender, relata Baradel.

Entre las modificaciones se encuentra la articulación con las escuelas primarias y las universidades para posibilitar el ingreso, la permanencia y el egreso de los estudiantes. También una flexibilización de los requerimientos para facilitar la graduación y el retorno a la escuela de alumnos que abandonaron sus estudios. En esa línea, se prevé un diseño de estrategias de aceleración y formatos específicos para jóvenes con sobre-edad, trabajadores y madres. Y la inclusión de adolescentes no escolarizados en espacios escolares no formales como tránsito hacia procesos de reinserción escolar plena.

Esta flexibilización “ayuda, pero no es la panacea” y la solución al fracaso y deserción escolar. Así lo consideró Marello, al sostener que el adolescente muchas veces abandona las clases al vivir situaciones “engorrosas” en su comunidad y tiene que dejar la escuela para ir a trabajar o hacer una changa. En paralelo, la crisis que vivió el país a partir del 2001, con una mayor índice de pobreza e indigencia, provocó que “muchísimos jóvenes abandonen la escuela secundaria, en especial en el gran Buenos Aires”, reseñó. Entonces, la pobreza se transforma en el “obstáculo” y la incidencia más grande con la que tiene que luchar la educación.

PARA TODOS Y CON MAYOR CALIDAD
La obligatoriedad planteada en la nueva secundaria “tiene que estar acompañada por una elevación de la calidad de la enseñanza” impartida desde la década pasada. Fernández reveló que los chicos que llegan al nivel secundario son “casi analfabetos, al tener enormes dificultades para expresarse de forma oral y escrita”. La Ley Federal de Educación de 1993, que implementó la Educación General Básica y el Polimodal, “primarizó” la escuela y generó que chicos de 12 años lleguen al nivel medio “sin poder manejar ciertos conceptos básicos”.

Los nuevos diseños curriculares reforzarán Lengua y Matemáticas e Idiomas. La reforma esboza la necesidad de revertir la fragmentación del conocimiento, por lo que se tendrá un ciclo básico con materias comunes y otro superior orientado, cada uno de tres años de duración. Un cambio curricular e institucional para garantizar que los jóvenes ingresen al sistema productivo y a la universidad, mejor preparados.

La propuesta promueve la creación de espacios extracurriculares, fuera de los días y horarios de actividad escolar, para el conjunto de los jóvenes de la comunidad, orientados al desarrollo de actividades ligadas al arte, la educación física y deportiva, la recreación, la vida en la naturaleza, la acción solidaria y la apropiación crítica de las distintas manifestaciones de la ciencia y la cultura.

Extinguido el Polimodal, los alumnos podrán egresar del ciclo superior con título bachiller, con diez orientaciones posibles: Ciencias Sociales y Humanidades, Ciencias Naturales, Economía y administración, Arte, Lenguas, Agrario y ambiente, Turismo, Comunicación, Informática y Educación Física. También habrá una secundaria artística, una técnico-profesional, y una para adultos.

Fernández resaltó que “se debería escuchar las necesidades de las instituciones y distritos escolares, en cuanto a cómo está planteada la oferta en cada distrito y sus modalidades u orientaciones”. Y enfatizó la importancia de “conocer un poco más la realidad concreta” de los alumnos porque, a veces, los que realizan las reforma, pareciera que están “bastante lejos de las aulas y los bancos”.

Los especialistas consultados advirtieron que deberá prestarse atención a la implementación gradual y a la puesta en marcha de las modificaciones. En la práctica diaria habría que ver “qué cosas se deben ajustar y cuáles no” para evaluarla, señaló Marello.

También consideraron “positivo” el planteo teórico de la nueva secundaria, producto de la sanción de la Ley de Educación Nacional (LEN) en 2007. Pero acordaron se deberá esperar unos años para conocer sus resultados. Recién este año se inauguró el ciclo superior de la primera promoción que se graduará en el 2012. Es por eso que, para llevar a la práctica los lineamientos de la nueva secundaria, los gremios docentes piden que el Estado garantice la inversión necesaria acompañada de un mayor presupuesto para una educación de mejor calidad.

SAM-AFD
AUNO-12-03-10

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