Pensar el arte sin mirarse el ombligo

«Del ombligo para afuera» es un colectivo de jóvenes que además de hacer música tiene una biblioteca popular para chicos. «La idea es empezar a ver qué podemos hacer con lo que tenemos para ayudar a los que quizá tienen más necesidades que nosotros», definió uno de sus integrantes.

Dejar de mirarse a uno mismo para empezar a mirar y a ayudar a los demás es la idea que le da impulso a “Del ombligo para afuera”, un grupo de amigos de Lomas de Zamora que realizó el fin de semana pasado un festival cultural multidisciplinario para dar a conocer las actividades que, desde hace seis meses, llevan a cabo en una biblioteca popular del partido, destinadas a chicos. “Comenzar a mirar los ombligos ajenos” es su propuesta.

“La idea es empezar a ver qué podemos hacer con lo que tenemos para ayudar a los que quizá tienen más necesidades que nosotros”, explicó Agustina Calabrese, una de las integrantes del colectivo joven que realiza los sábados de 16 a 18 actividades recreativas y gratuitas para niños entre 5 y 12 años, con el fin de brindarles un espacio de expresión a través de los juegos.

Mariana Altieri, otra integrante, resumió el origen del grupo en “las ganas de hacer algo para transformar la realidad en la que vivimos”. Su compañero y uno de los fundadores, Alejandro Lafferriere, agregó: “Y además para aprovechar el espacio libre que tenía la biblioteca para ofrecer, en el que faltaba gente joven que tuviera ganas de realizar actividades”.

El clima de festejo del segundo festival multidisciplinario de “Del ombligo para afuera”, realizado el pasado sábado en la Biblioteca Popular con fines recreativos y para “ofrecer un espacio de difusión a artistas jóvenes locales”, arrancó con proyecciones de cortometrajes con animaciones y actuaciones, que hicieron reír a más de uno.

Más tarde llegó el turno de la música de la mano del grupo de rock folclórico Carnauva, de Turdera, que subió al escenario para interpretar temas como “4 penas” y “Rubia simpaticona” de sus dos discos “Metamate” y “En el mismo lodo”. En ese momento todos empezaron a bailar en ronda, a aplaudir y a cantar los pegadizos estribillos de las canciones. “Están todos invitados a bailar”, agitó Santiago Lapine, el vocalista de la banda que además tocó el charango, la quena y el sikus.

Luego de escuchar varios carnavalitos y chacareras, llegó el momento de Guariló, un grupo formado por jóvenes lomenses que tocan candombe, el género musical de raíces africanas. Con el ritmo de los tambores, todos volvieron a levantarse de sus asientos para bailar y cantar en rondas, como imitando las danzas tradicionales de las tribus africanas.

Los chicos de Octava Travesía se adueñaron del escenario caliente que habían dejado Carnauva y Guariló para evocar, con sus acordes rockeros, a La Renga, Pappo, El Bordo y a los uruguayos La Vela Puerca. Durante más de media hora, cantaron sobre los problemas que preocupan a los adolescentes, como los amores no correspondidos y el futuro incierto: “Me siento anestesiado por aquellos malos pasos que me hicieron tropezar”, entonó Eduardo Oharriz, cantante de la banda. Del otro lado de las tablas, unos chicos bromeaban imitando la clásica ola de los partidos de fútbol.

Los últimos temas de Octava Travesía sirvieron de acompañamiento para que Lucía Padrón, una de las integrantes del grupo de candombe, encendiera las antorchas que llevaba en sus manos y comenzara a bailar el swing, para finalizar el festival.

El espacio cultural funciona en la Biblioteca Popular “Del Barrio”, en Sáenz Peña 1928, Lomas de Zamora.

MLC-AMB-AFD
AUNO-30-04-10

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