Agresión al plantel «Lechero»

Barrabravas amenazaron a los jugadores durante la práctica de ayer y efectuaron disparos con armas de fuego. El arquero titular, Albano Anconetani, blanco principal de las recriminaciones de estos hinchas, anunció que dejará la entidad.

Lomas de Zamora, 26 de octubre (AUNO).- Un grupo de 15 barrabravas amenazó ayer con armas de fuego al plantel de Tristán Suárez durante la práctica que el equipo llevaba a cabo en el predio que el club posee en la localidad bonaerense de Ezeiza. Como consecuencia del hecho, el arquero titular del “Lechero”, Albano Anconetani, anunció que dejará la entidad y “que se buscará un nuevo club”. Hasta el momento, no se radicó denuncia alguna, pero el gremio de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) anticipó que respalda a los jugadores.

Los barras se acercaron a la práctica para recriminar los malos resultados que el equipo consiguió en sus últimas presentaciones, sobre todo la derrota por 3-1 sufrida en el clásico con Temperley. Liderados por un sujeto conocido como el “Karma”, los violentos comenzaron a increpar al grupo de profesionales mientras se entrenaba

En medio de la discusión, uno de los hinchas sacó un arma de fuego y efectuó tres disparos. La intervención del entrenador, Oscar Martínez, logró que los agresores depusieran su actitud.

Pero tras dejar el campo de entrenamiento, los barras ingresaron en los vestuarios y les robaron botines, zapatillas y otras vestimentas a los jugadores. Todo ante la presencia del vicepresidente del club, Oscar Vergara, que se encontraba presente pero que no intervino para evitar el saqueo.

Por lo pronto, el plantel tomó la determinación de no entrenarse hasta que existan “verdaderas medidas de seguridad”. En tanto, Anconetani, blanco predilecto de los agresores, anticipó su decisión de no jugar más en Tristán Suárez. “Creo que no voy a seguir acá. Me voy a buscar otro equipo”, aseguró.

Desde hace años, Tristán Suárez invierte grandes cantidades de recueros en reforzar sus planteles con el propósito de pelear por el ascenso a la Primera B Nacional, pero el club hoy presidido por Gastón Granados –-hijo de Alejandro, hijo del actual intendente de Ezeiza—- no logra consumar el objetivo deportivo, algo que si bien puede acarrear un grado importante de frustración entre los hinchas no puede ser justificativo de una agresión.

Este acto perpetrado por la barravabrava del “Lechero” se remite a un suceso similar, que tuvo lugar el mes pasado en otra institución del Sur del Conurbano bonaerense.

Se trató de la irrupción que hizo un grupo de hinchas del “Porve” en el campo de juego del estadio, mientras se entrenaba el primer equipo de la entidad de Gerli.

Los hinchas portaban un féretro y su intención era que el difunto se “despidiera” del club de los amores. Pero los integrantes del inusual cortejo comenzaron a insultar a los futbolistas y se desató una trifulca con los sorprendidos futbolistas en el medio de la cancha.
Un motociclista persiguió al plantel con su rodado y un pibe de 15 años, que entrenaba con los de primera, resultó abofeteado por uno de los hinchas… Una escena digna del mejor Federico Fellini, el gran realizador italiano.

Pero ante los sucesos ocurridos en Ezeiza y la agresión sufrida por los jugadores de Tristán Suárez, obliga a que las autoridades tomen cartas en el asunto y la justicia actúe con el propósito de sancionar a los culpables. Porque es hora que el fútbol argentino algunas cosas deje de pasar.

AUNO-25-10-10
LDC

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