«Si insistimos en la micromilitancia, se puede»

En el festejo por los diez años de Teatro x la Identidad, el director de teatro y actor Daniel Fanego estuvo en Monte Grande. Ante unas cien personas habló de política y la relación con la cultura. Hizo hincapié en el compromiso que cada uno puede ejercer desde su lugar.

Lomas de Zamora, noviembre 11 (AUNO).- En el camino histórico que construyeron las Abuelas de Plaza de Mayo, Teatro x la Identidad (TxI) es el eje cultural que hace diez años acompaña su lucha para la concientización de la sociedad y, así, ayudar para recuperar la identidad de más de los 400 nietos que aún no fueron encontrados.

Daniel Fanego, como uno de los directores teatrales creadores del ciclo junto con Patricia Zangaro en 2000, se presentó en Monte Grande ante unas cien personas que preguntaron sobre su oficio, militancia y el compromiso que puede ejercerse desde la cultura para con el contexto social. También estuvieron presentes dos de los nietos recuperados, Horacio Pietragalla Corti y Manuel Gonçalvez, que contaron sus historias.

El encuentro en el centro cultural El Galpón, ubicado en las inmediaciones de la estación de trenes de Monte Grande se dio en el marco del Ciclo de Charlas con actores que TxI viene recorriendo durante todo 2010. Ante la mirada expectante del público, que no se movió durante dos horas, Fanego destiló sinceridad frente a cada pregunta, desató risas y emocionó.

—El ciclo que hacen cambió de lo que fue en un primer momento, ¿por qué decidieron encarar el tema de la identidad desde otro punto?
—Era una idea que tenía desde el comienzo. Desde el primer año que se hace temática directa, que hacía alusión al tema de la expropiación de los niños y su identidad, el que propuso ampliarla fui yo, y en ese momento había pensado que se hablara de los géneros nacionales para que hubiera posibilidad de que el tema de la identidad rebotara adentro del teatro porque había muchas cosas para responder adentro del teatro también.
—¿Cómo qué?
—Sobre todo con la incidencia del posmodernismo y otras cosas que tienen que ver con lo teatral. Siento que todo lo que tuvo que ver con Armando Discépolo, todo lo que estuvo en ese momento en este país está negado, sobre todo con la aparición del titiretero Daniel Veronese, toda esa línea de lo teatral donde parece que la cultura está colgada de la nada. No hubo nada antes y nada después.
—Eso también puede relacionarse con los medios masivos de comunicación, donde el compromiso por una causa está soslayado…
—Sí, el teatro siempre es el lugar más revulsivo donde trabaja el actor, porque el teatro es el lugar del actor. Y siempre va a haber espacio dentro del teatro que permite que haya gente de mayor compromiso. La televisión de alguna manera está más dominada por lo fugaz, es un lugar que determina qué es lo que sí, qué es lo que no. El teatro es un poco esto lo que queremos hacer nosotros. Más de batalla. Que requiere un oficio. Una obra de teatro no se puede hacer en dos meses. Hay que tener la disponibilidad, las ganas, hay otras cosas que no requieren esa puesta de cuerpo que necesita el teatro. Por eso sigo sosteniendo que el teatro sigue siendo un lugar donde siempre, es como una trinchera.
—¿Y cuál es la lectura que hace respecto del contexto político que se vive?
—Hay una intención de tapar lo que estaba haciendo (Néstor) Kirchner, y quienes lo taparon en algún momento dado tuvieron la certeza de que lo iban a poder voltear. Eso y el trabajo de las Abuelas… A ver, Kirchner no hubiera podido hacer nada si las Abuelas no hubieran hecho lo que hicieron. Kirchner solo no lo hizo, él lo visibilizó. Y podría no haberlo hecho. Eligió hacerlo, si no Estela de Carlotto no se hubiera parado al lado de él. A Estela la conozco desde el 2000 y puedo garantizar que si ella no le hubiera creído no se hubiera parado al lado de él. Yo le creo a Estela, le creo profundamente y le creo a Kirchner y no puedo evitarlo… Le creo a Cristina.
—¿Qué es lo que le hace creer en ellos?
—Dieron vuelta una página de la historia, íbamos a ir a parar a la mierda, a la mismísima mierda y han corregido un poco el rumbo. Volver atrás nos va a hacer mal. Pero va a ser un poco más difícil de aplacarlo, si insistimos en la micromilitancia personal, se puede.
—¿Cómo se siente festejando los diez años en el contexto?
—Es un año de muchas emociones juntas y me parece que van todas de la mano porque hablan más o menos de lo mismo que nos está pasando a todos. Es como que el agua bajara y uno empezara a ver puntas, que son cosas que no se veían como el tema de Papel Prensa, toda esa manipulación que ahora emerge. Me parece que es muy impresionante darse cuenta de cómo se abrió la cabeza de la gente… Y no quiero creérmela, pero me parece que mínimamente acompañamos algo en eso.

CP-AFD
AUNO-11-11-10

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