Adiós a «una muchacha luchadora»

La militante por los derechos humanos Adriana Calvo falleció ayer a la tarde. En 1977 había sido secuestrada y detenida ilegalmente en el Pozo de Banfield. Durante el Juicio a las Juntas fue la primera sobreviviente en declarar. Siempre mantuvo una postura crítica ante las políticas de derechos humanos desde el retorno de la democracia.

Lomas de Zamora, diciembre 13 (AUNO).- La militante de derechos humanos Adriana Calvo de Laborde, la primera sobreviviente de los centros clandestinos de detención que declaró en el Juicio a las Juntas de 1985, falleció en la tarde del domingo.

Por su militancia en el gremio docente de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de La Plata fue secuestrada embarazada en su domicilio de Tolosa en febrero de 1977 y trasladada a distintos centros clandestinos de detención, entre ellos el Pozo de Banfield.

Calvo fue la primera sobreviviente que declaró en el Juicio a las Juntas, en 1985, y en otras causas que investigan violaciones a los derechos humanos.

Siempre reconoció “el carácter importante del juicio” debido a que la rendición de cuentas frente a un tribunal no estaba en “la imaginación de los que pergeñaron” el golpe de Estado.

No obstante, su consideración sobre ese acontecimiento que encarceló a la cúpula de la Junta Militar, “no estuvo pensado para hacer justicia”: el 9 de diciembre de 1985, ante la absolución de Omar Graffigna, Leopoldo Galtieri, Jorge Anaya y Basilio Lami Dozo, Calvo abandonó la sala “ni bien se leyó la sentencia” y calificó ese día como “uno de los más tristes” de su vida.

Calvo llegó a denunciar que los juicios “estaban preparados para castigar a unos pocos y dejar al resto” y sostuvo: “Los años que han pasado no hacen más que demostrar que teníamos razón”.

Ante el fallecimiento de la militante, la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Taty Almeida, en diálogo con AUNO, calificó al hecho como una “pérdida lamentable” debido a que se trataba de “una muchacha luchadora que sufrió en carne propia lo que hicieron estos genocidas”, en referencia a los jefes militares de la última dictadura.

“Mis sentimientos —continuó— son compartidos por todas las Madres. Su militancia demuestra la fuerza que tenía, a pesar de las torturas y los vejámenes que sufrió. Ella simboliza a tantos ex presos políticos que sobrevivieron.”

Además, expresó que “su recuerdo permanecerá vivo en la medida en que se siga luchando y pidiendo justicia y cárcel común para los genocidas”.

“Libró la batalla contra el cáncer con la hidalguía y la firmeza con que lo hizo con cada lucha por los derechos humanos, los derechos de los docentes, la universidad pública”, expresó en un comunicado la Asociación Gremial Docente, que fuera fundada por Calvo.

Por su parte, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación la destacó como una “incansable luchadora por la causa de los derechos humanos a favor de la Memoria, la Verdad y la Justicia”.

Sus restos fueron inhumados hasta el Parque Las Praderas, ubicado en Monte Grande, partido de Esteban Echeverría.

PT-AFD
AUNO-13-12-10

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