Lomas de Zamora, ago 20 (AUNO) – El frío y la llovizna del viernes no impidieron que más de 350 personas colmaran la Casa de la Cultura de Adrogué, donde comenzó el ciclo de charlas en homenaje a Jorge Luis Borges en el mes de su nacimiento con una disertación a cargo del escritor Ricardo Piglia.
El escritor, que recientemente recibió el ‘Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos’ por su novela Blanco nocturno, es oriundo de Adrogué y llegó a esa ciudad para hablar sobre literatura borgiana, desde el legado que dejó en la cultura argentina, hasta las discusiones en torno a su obra y sus contactos personales con el escritor.
Antes de la charla, hubo música en vivo, en la guitarra del músico local Adrián Córdoba, y luego una voz femenina recitó la milonga ‘Jacinto Chiclana’, escrita por Borges.
Luego, Piglia recibió del intendente de Almirante Brown, Dario Giustozzi, por iniciativa del concejal Mario Fuentes, una distinción como ‘Visitante Ilustre de Adrogué’ y un cuchillo realizado por el orfebre Juan Carlos Pallarols. El encargado de entrevistar por más de una hora a Piglia fue el periodista Osvaldo Quiroga.
El autor comenzó la charla con la relación entre Borges y Adrogué: “Borges consideró Adrogué un lugar muy entrañable. Había lugares que aparecían constantemente en sus obras, como en sus cuentos Tlon, Utbar, Orbis, Tertius y La muerte y la brújula. En especial las quintas. Leí que él reconoce como su primer recurso vívido un arco iris en una quinta de Adrogué. El espacio de las viejas quintas está muy presente”.
En referencia a la escritura de Borges y su influencia, el escritor refirió “que ha dejado marcas diversas en la literatura de mi generación. Una de las decisiones es leer mucho a Borges pero no pegarse a los mecanismos de Borges. No repetir los procedimientos que utiliza, como su utilización de los adjetivos, que convocan muchas cosas. Se produce una síntesis, una concentración única, que da la sensación de estar leyendo textos mucho más largos.”
En ese sentido, afirmó que “el imponía, e impone, un estándar altísimo, y eso fue un beneficio para la literatura. Tenía una poética que estaba totalmente a contramano de la dominante, que era el realismo. Por eso la disputa, por ejemplo, con David (Viñas) y el grupo Contorno. Su literatura no refleja una realidad, sino que postula otra. Se llama literatura fantástica.”
Sobres las siempre discutidas posturas políticas de Borges, Piglia lanzó: “Muchas de sus posiciones de Borges tienen que ver con el trato que recibió del sector de la critica literaria progresista, que en los años 40 y 50 lo consideraba como un personaje que no funcionaba dentro de lo que se consideraba como la literatura. Y la actitud de Borges se da un poco como reacción a ese trato”
En cuanto a sus contactos con Borges, Piglia acude a una anécdota: “Fue en La Plata, yo tenía 19 años y el centro de estudiantes de la facultad hace un ciclo de conferencias y deciden contactar a Borges lo llamo y me dice que lo vaya a ver a la Biblioteca Nacional. Una vez allá, me comenzó a contar historias de La Plata. Estaba muy contento de asistir a la charla que le proponíamos. `Bueno, fantástico, le digo usted venga que nosotros vamos a pagarle un dinero’ –supongamos, 1000 pesos- ‘¡Ah, no! Es mucho’ –me dice Borges, a lo que yo replico –‘Mire Borges que el dinero no es nuestro, es de la universidad y…’, pero me interrumpe: ‘No, le voy a cobrar 500’. Y luego, cuando me iba, me dice ‘ha conseguido una interesante rebaja ¿no?’”, recordó Piglia, entre risas del público.
Enseguida conjeturó: “Yo pienso que él perdió 500 pesos para que yo contara esta historia eternamente”. “Creo que ese era un recurso de Borges para conseguís fanáticos, yo me pasé la vida contando esa anécdota.”, y remató así una de las tantas anécdotas de la charla.
AUNO 20-08-11
AC-HRC