Con más de 9 mil ingresantes por año, la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, una de las más importantes del país, cumple esta semana 40 años de vida. Hoy, con 35 mil estudiantes cursando en sus distintas carreras, cinco facultades y una infraestructura edilicia en permanente crecimiento, la UNLZ ha cumplido con creces el sueño de sus fundadores.
Si bien fue creada el 13 de octubre en 1972 por el decreto 19.888 del Poder Ejecutivo Nacional, su nacimiento no puede reducirse simplemente a esa fecha. Para saber cómo fue el origen hay que retroceder hasta el momento en el cual surgió la idea de emplazar una casa de estudios en esta ciudad del Conurbano, que respondiera a la alta demanda que existía en la zona.
Conocer esos comienzos y la lucha para establecerse en tiempos muy difíciles de la historia argentina es imprescindible para comprender cómo la UNLZ logró posicionarse en la actualidad como una referencia académica en Latinoamérica.
Los orígenes
En la década del ‘60, el médico y entonces decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, Alberto Taquini (h), comenzó a notar la necesidad de crear nuevas universidades en todo el país para responder a la demanda que desde el final de la Segunda Guerra Mundial iba en aumento. Así, desarrolló un proyecto que para el Conurbano proponía la apertura de una casa de estudios que estuviera ubicada en un punto medio entre las universidades de Buenos Aires y La Plata.
Hoy, Taquini recuerda que “en esa época, de los 80 mil alumnos que estudiaban en la UBA, 23 mil eran del Conurbano. Y en La Plata, casi el 70 por ciento de los estudiantes provenían del Gran Buenos Aires y del interior del país. La falta de universidades era evidente”. Fue tan así, que en noviembre de 1968 presentó formalmente su Plan de Creación de Nuevas Universidades en un coloquio de intelectuales organizado por la Academia del Plata en Chilecito, La Rioja.
“A pesar de las trabas lógicas de las universidades más poderosas, que veían la posibilidad de perder matrícula y poder ante la llegada de nuevas casas de estudio, al proyecto lo impulsé de todas maneras y ya en el 69´ habíamos creado varias comisiones pro-universidad. La primera fue la de la Universidad de Luján, luego la de Río Cuarto, más tarde la de Zárate-Campana y por último la de Quilmes. Pero al mismo tiempo, lógicamente entusiasmados por la propuesta, nacieron múltiples comisiones pro-universidades, además de las que yo había inaugurado, y una de ellas fue la de Lomas de Zamora”, recuerda Taquini.
Un año después de que tomara estado público el denominado “Plan Taquini”, nació la Comisión Pro-universidad de Lomas de Zamora, impulsada por el entonces presidente del Centro de Ingenieros Agrónomos, Néstor Vinelli, quien años más tarde se convertiría en el primer rector de la Universidad.
Su hija y actual profesora de la carrera de Letras de la Facultad de Ciencias Sociales, Elena Vinelli, recuerda que su padre comenzó a pensar a la universidad como “una verdadera utopía”.
Todo esto se producía en medio de un clima político especial, durante los gobiernos de facto de Juan Carlos Onganía y Roberto Levingston y los frecuentes cambios de ministros de Educación.
Fue recién en 1972, gracias al trabajo de los pioneros Vinelli y Luis Mazotti, director del Instituto Fitotécnico de la Universidad Nacional de La Plata, emplazado en los bosques de Santa Catalina, y de las autoridades del Municipio de Lomas de Zamora, que la tarea de varios años dio su fruto y el sueño de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora se hizo realidad.
No fue fácil, sobre todo porque a la negativa que inicialmente tuvieron el Ministerio de Educación y el resto de las Universidades ya existentes, se sumaba que Lomas no figuraba ni siquiera en el proyecto de Taquini, por su ubicación geográfica también debido a que desde la Comisión Nacional de Seguridad (CONASE), Lomas de Zamora era observada como una zona de agitación política.
La propuesta de Taquini era la ribera de Quilmes por su lugar estratégico entre la UBA y La Plata. Sin embargo, fue desde la política que terminó de inclinarse la balanza a favor de Lomas. En momentos de definición, el brigadier Miguel Moragues, un vecino de la zona, fue nombrado gobernador de la provincia, mientras que el intendente local, Enrique Roig, fue designado ministro de Gobierno bonarense. Ambos integraban la Comisión Pro-universidad lomense.
Luego de largos y exhaustivos estudios de factibilidad y de trabas políticas, nació la primera casa de altos estudios del conurbano bonaerense, para felicidad de cientos de vecinos que colmaron la Plaza Grigera de Lomas de Zamora, cuando el dictador Alejandro Lanusse realizó el anuncio oficial.
La UNLZ ya existía, aunque todavía debería transitar por caminos sinuosos hasta llegar a estabilizarse definitivamente.
Comienzo de clases
Si bien su creación oficial data del 13 de octubre de 1972, las facultades de Ciencias Sociales, Ciencias Económicas, y de Ingeniería y Ciencias Agrarias de la UNLZ tuvieron que esperar casi un año completo para comenzar con sus actividades. Es así que el primer cuatrimestre de la historia de la Universidad comenzó el 20 de agosto de 1973 con casi tres mil alumnos inscriptos.
En aquel momento, la Universidad no disponía de una sede propia para el dictado de clases. Fue así que debió pasar por varias sedes “prestadas”, como la Escuela Nacional Antonio Mentruyt (ENAM), y los colegios nacionales de Banfield y Adrogué, entre otros.
El rectorado funcionó primero en la Biblioteca Mentruyt y luego en un primer piso alquilado en Hipólito Yrigoyen 8303, Lomas de Zamora, hasta que se mudó al inmueble cedido por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), lo que había sido el cascom de la estancia Santa Catalina, donde se estableció por casi 40 años.
Mientras tanto, las autoridades de la Universidad y funcionarios del gobierno bonaerense comenzaron a gestionar con la UNLP la sesión de tierras para el campus.
Finalmente, el 11 de enero de 1974, el interventor sustituto de la UNLP, Herminio Luis Mario Zatti, firmó la resolución mediante la cual se conseguiría la entrega de 45 hectáreas del campus en Camino de Cintura y Juan XXIII.
La construcción de los edificios recién comenzaría en marzo de 1980, con el inicio de obras de la Facultad de Ciencias Económicas.
La intervención
En 1973, mientras se definían las cátedras y los lugares de estudio, el Poder Ejecutivo Nacional estableció la intervención de todas las universidades nacionales. En Lomas de Zamora, fue designado como rector interventor el ingeniero Pedro Mollura, desplazando así a Néstor Vinelli.
Las clases no habían comenzado en plenitud, pero existían cursos preparatorios desde comienzos de ese año, y ya había un grupo de alumnos organizados que rechazaron la medida y reclamaron por la vuelta de Vinelli. El diario La Unión de Lomas de Zamora retrataba el 24 de julio una de las primeras marchas de estudiantes de la UNLZ en la cual se exigía la renuncia de Mollura. En la nota, se aclaraba que “cerca de 2.000 estudiantes” se habían reunido para manifestarse por las calles de la ciudad y terminaba con el siguiente párrafo: “En la oportunidad se evidenció la total unidad del estudiantado con la causa, (que) cuenta con el apoyo del cuerpo de profesores de la Universidad”.
“Si alguna ascendencia guardo sobre ustedes sean éstas mis palabras una exhortación a la serenidad, para que aquietados los ánimos, todos vuelquen sus mejores esfuerzos e intenciones en el trabajo fecundo en pro de nuestra Universidad”, pedía Vinelli a través de un comunicado, al tiempo que aclaraba: “Ante versiones circulantes (…) afirmo que no he aceptado ni aceptaré cargo alguno, porque considero que una Universidad no es feudo personal del que pueda disponerse para satisfacer ambiciones personales”.
De esta manera, Vinelli pedía calma y cerraba las puertas para volver a tomar el cargo de rector. Finalmente, el reclamo hizo que Mollura presentara la renuncia. El 4 de agosto Pedro Bustos, que junto a Vinelli tenía buena llegada a los estudiantes, fue presentado como el nuevo interventor y encabezó el histórico acto de inicio formal de clases, el 20 de aquel mes de 1973. Si bien la intervención siguió, la designación de Bustos fue bien recibida. La movilización había dado sus frutos, y sentó así las bases de lo que sería la organización estudiantil en la Universidad.
Con sello propio
Durante toda su historia, la Universidad debió atravesar períodos difíciles como el que vivió en sus comienzos. La identidad de estudiantes, docentes y no docentes de esta casa de altos estudios, está marcada por la lucha constante por defender una educación de calidad, pública e inclusiva.
En este camino, la UNLZ y el pueblo argentino perdieron a militantes que pusieron el cuerpo defendiendo las banderas de una enseñanza libre y popular. Hugo Hansen fue asesinado por un grupo comando de la Triple A frente al rectorado en 1974, cuando la comunidad universitaria resistía una intervención, cuando el rector normalizador era Julio Raffo.
El golpe militar de 1976 dejó su sello de sangre y luto también en nuestra universidad. Julio Molina, Pablo Musso, Ramón “Moncho” Pérez, María Cristina Bienposto, Jorge Antonio Brinoli, Rodolfo Ernesto Torres y José Nicasio Fernández Álvarez integran la nómina de estudiantes desaparecidos como consecuencia de su militancia comprometida en una época dedicada a silenciar.
Con la restauración democrática en 1983, el primer rector normalizador fue Marcelo Arteaga, quien murió al poco tiempo de asumir. Su sucesor fue Miguel Pujol, reemplazado por Eduardo Crnko en 1985.
Durante este período se eligieron por primera vez los representantes de cada claustro para la Asamblea Universitaria y se aprobó el Estatuto de la Universidad.
Así, en 1986 Crnko fue elegido por la Asamblea Universitaria como primer rector surgido de una elección democrática.
A Crnko lo sucedieron Norberto Consani (1989), Carlos Clerc (1992), Carlos Petignat (1995), Omar Szulak (1998), Horacio Gegunde (2001) y Diego Molea (2012), actual rector.
Hoy, luego de cuatro décadas de vida, la Universidad Nacional de Lomas de Zamora alberga alrededor de 35 mil alumnos regulares. Posee un campus en continuo crecimiento, con el pleno funcionamiento de las facultades de Ciencias Sociales, Ciencias Económicas, Ingeniería y Derecho, y con una obra en marcha para incorporar a la Facultad de Ciencias Agrarias, que sigue funcionando en el predio de Santa Catalina.
Además, en los últimos años se construyó la Biblioteca Central y un Laboratorio de Medios de última generación. A cuatro décadas del sueño de sus fundadores, la Universidad Nacional de Lomas de Zamora es una realidad de indiscutible trascendencia educativa y social para la región. Hoy, según lo aseguran sus propias autoridades, el desafío es continuar la senda del crecimiento y seguir adelante con un proyecto educativo inclusivo y de calidad.
- Nota publicada en la revista El Cruce