De profesión, periodista

A menudo, cuando un periodista se dedica a escribir libros en cualquiera de sus géneros suele dejar de lado su profesión de origen para empezar a presentarse públicamente como escritor. Aunque resulte una paradoja, está claro que este último título tiene mejor prensa. Sin embargo, Gabriel García Márquez nunca dividió aguas. El periodismo influyó profundamente […]

A menudo, cuando un periodista se dedica a escribir libros en cualquiera de sus géneros suele dejar de lado su profesión de origen para empezar a presentarse públicamente como escritor. Aunque resulte una paradoja, está claro que este último título tiene mejor prensa. Sin embargo, Gabriel García Márquez nunca dividió aguas.

El periodismo influyó profundamente su carácter literario y viceversa. Aunque se trata del máximo exponente del realismo mágico, género que retrata lo irreal o poco habitual como algo cotidiano, sus relatos están ligados a historias reales que rescató en sus años de infancia y juventud y en su ejercicio como periodista.

Y en ese ejercicio, García Márquez también se destacó. Un ejemplo: Relato de un náufrago, uno de sus libros más reconocidos, es producto de una colección de catorce crónicas, publicadas en el diario El Espectador de Bogotá, sobre el naufragio del destructor A.R.C Caldas, basadas en la entrevista que mantuvo con el marinero superviviente Luis Alejandro Velasco.

En su profesión de periodista puede decirse que fue un privilegiado: meses después de producirse la Revolución Cubana, Gabo formó parte de aquel primer y emblemático staff de Prensa Latina, la agencia de noticias latinoamericana, con sede en Cuba. Y lo hizo al lado de sus fundadores: Rodolfo Walsh, Rogelio García Lupo, Carlos María Gutiérrez y Jorge Ricardo Masetti.

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