«Oh Capitán del Espacio es un sentimiento, no puedo parar» podría ser el canto de esta hinchada del sur del conurbano bonaerense. Entre el chocolate, el azúcar impalpable y el dulce de leche se forjó la mística del alfajor predilecto de esta región de la provincia. Y es tanto el fanatismo que ahora tendrá un documental propio, en el cual los más fieles seguidores darán testimonio de la locura que provoca un postre que despierta sentimientos comparables a un cuadro de fútbol o una banda de rock.
Gonzalo Carbone vive en la Ciudad de Buenos Aires pero se crió en la localidad de Florencio Varela, es guionista y realizador audiovisual. Mientras realiza su trabajo como asistente de producción, lidera uno de los proyectos que más anhelaba construir en su carrera: hacer un documental sobre el alfajor Capitán del Espacio.
“Es una idea que tenía hace mucho tiempo, desde mi infancia me crié comiendo Capitán del Espacio. Vas creciendo y ves que hay un misterio alrededor porque no llegan a otros lados, que tiene algo especial en comparación al resto… me generó mucho interés”, expresó Gonzalo en diálogo con AUNO. Por las cargas del estudio y el trabajo, las obligaciones ponían distancia entre Carbone y el capitán de casco y traje azul que ilustra al postre más codiciado del conurbano.
Sin embargo, una tarde los planetas se cruzaron. El año pasado, Gonzalo pasaba, como todos los días, por un quiosco porteño que se ubica en una esquina. La particularidad de este comercio era que tenía un cartel que promocionaba la venta del Capitán con la consigna de ser los únicos en tenerlos por esa zona. El clic fue instantáneo, casi como una señal del destino.
Luego de pulir su proyecto, en agosto de 2021, Gonzalo presentó el prospecto del documental El mito del Capitán en la Universidad Nacional de La Plata y ganó la postulación por una beca que ofrecía la casa de estudios. Fue el puntapié inicial para poder financiar parte de las ideas que circulaban por su cabeza.
“Es un homenaje desde la pasión y el cariño de fanáticos, intentamos explicar esa locura, el saber por qué es tan especial, si es que se puede explicar, qué lo hace tan mítico”, explicó Carbone. Una de las primeras tareas fue hallar a los más fervientes seguidores del alfajor, y las redes sociales fueron el canal de acceso. En Facebook existe una comunidad que nuclea a fans del Capitán del Espacio. La publicación del documental tuvo buena repercusión dentro del grupo y las voces comenzaron a aparecer.
“Investigamos, hicimos notas con los que hicieron una cerveza con gusto al alfajor, quienes vendían una torta en su panadería, gente que hacía creaciones, tatuajes, remeras”, explicó el director del documental, que actualmente se encuentra en fase de posproducción.
Paradójicamente, el hermetismo que caracteriza a la compañía es la piedra angular de la mística que genera el Capitán. Sobre este punto, Gonzalo afirmó: “Son como Los Redondos del alfajor por el perfil bajo, mantener los ideales de la compañía, llevar adelante una política del anti marketing. Desde un principio, se expandió por el boca a boca”.
Es tal el ostracismo comercial que son muy pocos los distribuidores que consiguieron llevar el alfajor hacia otras zonas de la provincia, sin un criterio empresarial concreto. Por ejemplo, en la ciudad de Mar del Plata hay un único lugar donde puede conseguirse, cuando en territorios cercanos a Quilmes incluso es difíciles de encontrar. Una religión para elegidos, un equipo de fútbol para simpatizantes muy selectos.
“Nos encontramos con muchos recuerdos de la infancia, gente grande que pasa la posta a los más chicos, un montón de historias emotivas, de locuras. Me sorprendió lo lejos que llegó en todo sentido porque me escribían desde Brasil y España”, describió Gonzalo. De Quilmes al mundo hay un solo paso, pero quien es oriundo de la ciudad vive la experiencia Capitán de una forma diferente.
Quilmes, cerveza y alfajores
Uno de los participantes que aparecen en el documental es Sebastián Nunell, un fabricante de cerveza de Quilmes que desde hace 18 años trabaja en el rubro. Junto con otros colegas crearon “Surveceros”, un grupo de cerveceros de zona sur. Desde un primer momento comenzaron a innovar con distintos gustos: bebidas con gusto a dulce de leche, a chocolate y hasta trabajaron con tomates.
“Entre esas ideas surgió la idea hacer una cerveza del alfajor por el amor local que trasciende fronteras, y la verdad quedó buenísima. Tuvo una repercusión bárbara hace algunos años y en pandemia volvió a comercializarse en distintos bares”, contó Sebastián. Actualmente, la cerveza se vende en algunos bares, pero como no la fabrican con regularidad, no quedan muchas botellas del Capitán.
Entre tanta adoración y homenajes, la respuesta que aún queda por responder es el por qué. Ante el interrogante, Nunell dio su teoría: “Es algo icónico para nosotros, aún más que la cerveza Quilmes. Crecimos con la fábrica, yo tengo un amigo que vivía al lado, comprábamos ahí mismo y hasta se sentía el olor a chocolate en el barrio. Es algo que nos acompañó dese el jardín hasta ahora. Todo lo externo alimenta el mito, que todos lo quieran probar… es como tener un hijo, vos lo amas y te va a parecer lindo, hermoso; pero cuando te lo dicen los de afuera, se te infla el pecho. Es el mejor alfajor del planeta y es nuestro”.
Tanto para Gonzalo como para Sebastián, la mejor versión del Capitán del Espacio es el triple de chocolate. Este alfajor modifica el envoltorio original: el simple muestra a nuestro héroe espacial con el fondo de una especie de luna con vivos rojos, mientras que el triple cambia el color al azul.
¿Cuál es el origen del Capitán? Como caracteriza a la empresa, no hay versiones oficiales, pero si hay corrientes de pensamiento que filosofaron alrededor de esta pregunta. Existen dos historias que deambulan por las calles: una sostiene que se debe a la canción de Luis Alberto Spinetta “El anillo del Capitán Beto”, la cual habría inspirado a los creadores. La otra, que tiene más sustentos y argumentos, conecta al alfajor con el arribo del hombre a la Luna. En tiempos de guerra fría, la lucha entre potencias era sobre qué país llegaba primero. De allí habría surgido el slogan de la marca: «Primeros en la conquista del buen gusto».
Gonzalo espera finalizar con las tareas de posproducción para poder estrenar el documental. Su deseo es poder proyectarlo en Quilmes y luego llevarlo a distintos festivales para dispersar el evangelio gastronómico de la zona sur. Sea blanco, negro o en su versión de fruta, los quilmeños lo llevan en su corazón, como reza la canción de una murga local: “Soy de la sur de la ciudad, de la cerveza y el Capitán”.
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