La casa natal de Diego Armando Maradona en Villa Fiorito, Lomas de Zamora, ahora tiene el “status” que se merece. Fue declarada lugar histórico nacional por el Gobierno nacional, que valoró la «enorme influencia» que tuvo Diego en la cultura popular argentina y lo convirtió en uno de los «símbolos más reconocibles de nuestra identidad».
«Declárase lugar histórico nacional a la casa natal de Diego Armando Maradona, sita en la calle Azamor Nº 523 (Datos catastrales: Circunscripción: XII, Sección: D, Manzana: 32, Parcela: 18) de la Ciudad de Villa Fiorito, partido de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires», dice, al detalle, el Decreto 733, firmado por el presidente Alberto Fernández y publicado en el Boletín Oficial este miércoles 27 de octubre.
«La casa natal de Diego Armando Maradona -quien murió el pasado 25 de noviembre- representó para él, durante toda su vida, la fidelidad a sus orígenes y los profundos lazos que lo unían con su familia«, fundamenta la publicación oficial.
Cuando murió Diego, la casa de Azamor se transformó en un altar. Pintadas, anécdotas y llantos dibujaron un escenario inédito.
La casa está muy decaída y con un dueño hostil poco querido en el barrio. Diego, que nació en el hospital Evita de Lanús, vivió allí sus primeros años con la familia. Una casa de material, de tres ambientes, al que la familia se había mudado luego de unos primeros años en una vivienda más precaria, antes de la llegada de Diego al mundo.
En el contexto y en las propias palabras de Diego, la casa no estaba para nada mal, más allá de que los ocho hermanos y hermanas se las tenían que arreglar para compartir una sola pieza. La otra pieza era para Doña Tota y Chitoro
En Fiorito y en esa casa, el astro del fútbol mundial se crió “con amor, ni con bicicletas, ni con asfalto, ni con patio de baldosas”, dijo en una entrevista con el canal TyC Sports, en 2019.
”Yo tenía un patio de tierra y comíamos y nos íbamos a acostar ocho en una pieza; carne comíamos solamente cuando cobraba papá. Todos los 4 cobraba el sueldo y ese día comíamos milanesas a la napolitana«, recordaba el 10.
Al estar habitada por un vecino que no quería saber nada con las fotos y con los visitantes, durante años hubo temor por el destino de la “cuna de Dios” en Fiorito. Tres días después de la muerte, y cuando ya el frente ya lucía un mural pintado por militantes de la zona, el municipio de Lomas de Zamora la declaró patrimonio cultural.
La decisión del gobierno nacional de catalogarla como lugar histórico eleva el nivel de protección y asegura que siga en pie. Un alivio a horas del día en que Diego hubiera cumplido 61 años, y a menos de un mes del día de la noticia más triste.