Por Marina Cappiello y Liliana Cañete
La jugadora lomense de hockey María Emilia Forcherio empezó su carrera deportiva a los cinco años y desde ese primer momento tuvo en claro que quería entrenar en la Primera División del Club Lomas Athletic de Lomas de Zamora, y ser parte del seleccionado nacional.
Con dedicación y compromiso, Mili logró lo que se propuso. En febrero de 2020 la defensora fue llamada para formar parte del seleccionado femenino de hockey sobre césped, tras terminar segundas en la Hockey Pro League. Con 26 años obtuvo la medalla de plata con Las Leonas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Ahora la jugadora tiene como meta levantar el título de Licenciatura en Contador Público en la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ).
En diálogo con AUNO, Forcherio aseguró que ser medallista olímpica “es una felicidad inmensa», porque uno sueña «toda la vida con tener un podio y vivir un Juego Olímpico”. “Es un club que me dio todo, jugar en la primera y en Las Leonas, esos eran mis dos grandes objetivos, logré los dos y la verdad es que estoy muy feliz”, detalló sobre el club que la vio formarse.
–¿Qué se sintió ser medallista olímpica?
-Es difícil dimensionar lo que es tener una medalla olímpica. Es un sueño. Creo que cualquier deportista quiere jugar un Juego Olímpico y obtener una medalla. Tengo la medalla puesta en mi casa, es una felicidad inmensa, soñás toda la vida con tener un podio. Vivir un Juego Olímpico es algo único en cuanto a lo que se vive en la Villa Olímpica, conocer a otros deportistas y ver a los máximos deportistas del mundo haciendo lo mismo que vos, son cosas muy fuertes.
–¿Cómo vivió el equipo los días en Tokio?
-Cada uno tiene un mar de emociones distintas al otro, los primeros días uno quiere ver todo, conocer todo. Una vez que entrábamos a la Villa Olímpica solo salíamos para subir al micro e irnos al estadio y volvíamos, a diferencia de otros juegos olímpicos. Al haber pandemia no se daba la posibilidad de que pudieras hacer otra cosa, salir o ver otros deportes, así que esas fueron nuestras salidas.
-¿Cómo se sentía el equipo a medida que iban pasando los días y ganando los partidos hasta llegar a la final?
-Dentro de la villa el equipo vivió los juegos de la mejor manera y con mucha alegría. A medida que iban pasando los partidos siempre supimos a lo que íbamos. Teníamos en claro cuál era nuestro objetivo que era llegar al partido número ocho y así se dio, los resultados estuvieron claros. Obviamente que después te queda ese gustito amargo de que uno a la final la quiere ganar, pero creo separándolos de eso, y viéndolo un poco más a lo lejos, tener una medalla de plata no está nada mal.
–¿Cómo fueron los entrenamientos durante la pandemia?
-Los primeros meses fueron difíciles para todos en todas las área. Entrenaba en casa. Tengo la suerte de tener espacio en mi casa, me armé una especie de gimnasio, entonces podía, dentro de todo, entrenarme de la mejor manera con lo que tenía. Obviamente tenía compañeras que viven en departamentos y se hacía muy difícil. La verdad que fueron tres meses de entrenar en casa, fue muy duro, sobre todo por la parte mental, uno entrenaba con el objetivo de volver y no volvía, y sabiendo que había un torneo por delante. El deportista siempre quiere más y uno trata de dar lo máximo posible siempre. Fue difícil entrenar en casa, por suerte nosotras pudimos volver a los entrenamientos en julio y de ahí empezar a hacer concentraciones en la Costa, entonces eso nos permitió volver más rápido y entrenar de la mejor manera.
–Desde los cinco años querías formar parte de la selección femenina de hockey. ¿Cómo fue ese momento en el que te llamaron para integrar el equipo de Las Leonas?
-Fue súper emocionante, esos días estuve muy revolucionada. Ese día tenía un combo de emociones. Me acuerdo que fui a entrenar, no le dije nada a nadie, solo a mi novio con el que vivo. Cuando me confirmaron que estaba en el equipo, le conté a mi familia. Imagínense, familia de deportistas, de jugadores que también estuvieron en seleccionados, todo lo que por ahí llevaba. Así que muy feliz, era algo que yo siempre quería, poder dedicarme al deporte, a un deporte que en Argentina es amateur. Era mi sueño, quería jugar en Las Leonas, quería representar al país, así que muy feliz.
–Además de los entrenamientos, estás estudiando en la universidad. ¿Cómo es estudiar y entrenar al mismo tiempo?
-Hace dos cuatrimestres que no puedo estudiar ya que se me hizo muy difícil por ser un año muy particular. Se dieron dos combinaciones: cuarentena y pandemia y proceso de un Juego Olímpico. El primer cuatrimestre del año pasado sí estudié. La verdad es que uno puede combinar todo. Hasta hace una semana trabajé, tenía clientes en el estudio , así que combinaba un poco de todo: mi club, el estudio, hacía una materia o dos como mucho, trataba de distribuirme de esa manera, más el entrenamiento que para nosotros es fundamental. El segundo cuatrimestre y el primero de 2020 se me hacía difícil por los viajes y demás, y elegí dedicarme de lleno al deporte, porque no quería desenfocarme del proceso para el juego olímpico que quedaba muy poquito.
AUNO-03-09-21
MC-LNC-SAM