El “Tercer Encuentro Nacional de Jóvenes Ecologistas” se realizará el 19 y 20 de agosto en el Centro Cultural San Martín, organizado por la Defensoría Adjunta del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. Esta actividad se desarrolló en la Ciudad desde 1999, y a partir de 2001 incluyó a chicos de diferentes provincias.
Los adolescentes que presentan proyectos en el Encuentro son asesorados por ecoguías, voluntarios que son capacitados por la Defensoría tanto en aspectos ambientales como en cuestiones organizativas. Una de las tareas de los ecoguías consiste en ir a escuelas y orientar a los alumnos en la preparación del proyecto.
La coordinadora general del encuentro, Liliana Álvarez, señaló que además de hacer hincapié en las cuestiones ambientales, lo que se intenta es “trabajar la acción ciudadana, decirles a los chicos por qué les tiene que interesar el derecho a un ambiente sano”.
En el evento participarán “alrededor de 25 o 28 colegios y cerca de quinientos jóvenes “, estimó Álvarez. “Los alumnos trabajan en grupos de diez personas, y muchas veces se presentan dos o tres trabajos por curso, que pueden estar enganchados en cuanto a la temática”, comentó.
“Surgen ideas vinculadas al barrio, lo que los rodea. Ellos hacen un diagnóstico y proponen soluciones, que tratan de ejecutar. La idea es integrar, que se sumen los docentes, los padres, la comunidad”, destacó Álvarez.
La coordinadora resaltó que “el interés por el medio ambiente está muy presente en la primaria, pero en la educación media se diluye y queda como una actitud romántica que en los hechos no incorporan. Por eso este Encuentro está dirigido a chicos de ese ciclo”.
Los trabajos que se exponen en el Encuentro son elaborados a lo largo del año. “Tenemos proyectos presentados en 1999 que se siguen trabajando. Lo que tratamos es de impulsar una continuidad”, explicó Álvarez. Cuando se comenzó a realizar el Encuentro, “los primeros proyectos tenían que ver con la creación o la recuperación de espacios verdes, y luego se fueron ampliando hacia la contaminación ambiental”.
Alvarez comentó también a la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión que “a los chicos de la ciudad les impacta lo que le sucede a los del interior, lo que está más alejado de su propia problemática. En el sur la contaminación acústica puede ser del viento, mientras que aquí es el sonido de los autos”.
La experiencia es “enriquecedora porque para los chicos de la ciudad todos los problemas ambientales están vinculados a lo urbano, mientras que del sur se traen problemáticas tales como las de los perros cimarrones que se comen los huevos de las aves en las playas”, comparó Álvarez.
La coordinadora puso de relieve que “ningún proyecto queda afuera”, sino que lo que se trata de hacer es mostrarles la manera de involucrarse, ya sea mandando cartas o de la manera que sea, porque ellos por sí solos no encuentran la línea”.
AUNO 8-7-03 DB mar