(AUNO) Ante esta situación, el presidente del Instituto Argentino de la Construcción Sustentable, (IARCOS), Sebastián Presti, propuso como solución apuntar a “lograr que las construcciones mejoren el cuidado del medio ambiente y la salud del pueblo”.
“Síntomas como cansancio extremo, dolores de cabeza, congestiones nasales e irritación ocular son algunas de las consecuencias del Síndrome de Edificio Enfermo, un fenómeno que es común en las principales ciudades del mundo”, destacó Presti, quien elaboró un proyecto en que “se plantea un cambio cultural que garantice el compromiso con políticas, métodos y herramientas que mejoren la calidad de vida y el cuidado del medio ambiente”.
A partir de esta idea, IARCOS propuso “realizar una experiencia piloto en Ciudad Evita para implementar un proyecto educativo que facilite la creación de una “comunidad sustentable” en base, precisamente, de la “construcción sustentable”. Para esto, la asociación presentó un pedido ante el Concejo Deliberante la La Matanza para que declare a la iniciativa como de “interés municipal”.
“La construcción sustentable es aquella que respeta tanto el cuidado del medio ambiente y sus recursos naturales, como la salud de la gente. Creemos que a partir de hábitos cotidianos distintos relacionados con un buen manejo del agua, aire y suelo se puede mejorar nuestra vida”, explicó.
Además, sostuvo que “se debe, entonces, informar a la gente, y luego capacitar también a los profesionales para que no sólo construyan casas “lindas”, sino que también respeten la orientación con el Sol, los vientos y para que no se utilicen materiales tóxicos que perjudiquen la salud de la familia”.
El especialista explicó que “este síndrome tiene que ver con el modo en que una persona vive en su hogar, su lugar de trabajo y, en especial, con la calidad del aire interior. Es decir, qué tipo de aire tenemos que respirar para no desarrollar enfermedades, de las cuales las más graves son cancerígenas, y que son consecuencia de una falta de conocimiento total de los productos de limpieza que utilizamos, de las pinturas y muchas otras cosas más”.
” A veces convertimos nuestro hogar en una trampa herméticamente cerrada. Tenemos que tener mucho cuidado con la elección de materiales, y con el aire acondicionado. Nos hemos dado cuenta de que existe un desconocimiento sobre la cantidad de aire que tiene que entrar en un ambiente y de qué manera tiene que salir”, alertó.
Además, advirtió que “actualmente la gente confunde una gripe real de lo que es un síntoma producido por el síndrome del edificio enfermo, que produce mareos y dolor de cabeza”.
”Nosotros corremos mucho riesgo si estamos en un edificio hermético, con calefactores encendidos que emanan monóxido de carbono, y que además en el mismo ambiente convivan más personas de las que deberían. Los muebles nuevos están llenos de formaldehídos y químicos que son aparentemente cancerígenos. Cuando uno se “encierra” en estos espacios y se produce una combinación que se llama sinergética es lo mismo que una bomba molotov”, indicó.
AUNO 28-6-04 mar
Proponen que desde la construcción de edificios se mejore el cuidado del medio ambiente y la salud
Una asociación civil denunció que “los edificios enfermos son como una bomba” y advirtió que “la utilización de materiales sintéticos y la escasa ventilación en los ambientes producen enfermedades graves”.