La subespecia africana, a simple vista irreconocible en relación con la que abunda en la provincia y buena parte del país, tiene como característica principal que actúa defensivamente, lo que suele generar problemas en sus poblaciones, por conductas agresivas, baja la productividad de los panales y suele atacar a las personas.
Según un estudio difundido por el Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia, “el muestro realizado sobre la caracterización molecular de la abeja Melífera, implementado entre mayo del 2005 y febrero del 2006 en el interior de la provincia arrojó como resultado que los apiarios están poblados en un 92 por ciento por la abeja Italiana, un 3 por ciento de abeja Europea (mezcla africana con Ibérica) y tan solo un 5 por ciento de abeja africanizada”.
El trabajo se realizó en un muestreo de 300 apiarios del interior bonaerense. Se implemento dividiendo la provincia en regiones teniendo en cuenta las características de los apicultores, en cuanto al movimiento de las colmenas en la época de floración, ya q ue es en esos momentos en que cambia la población de los apiarios.
Además, se definieron regiones a partir del agrupamiento de distintos productores, en relación a si se dedican a la crianza de ejemplares, a la producción de abejas reinas o a la de núcleos y miel.
Según los especialistas, las abejas africanas son muy irritables y defensivas. Su área de territorialidad es más amplia, por lo cual persiguen a gran distancia a las personas y animales; y un gran número de ellas pican al mismo tiempo. Suelen enjambrar aproximadamente 10 veces al año mientras que la europea lo hace 2 veces.
“El relevamiento efectuado por técnicos de la Dirección Provincial de Desarrollo Rural pudo detectar los casos de africanización en la zonas donde se produce el movimiento de colmenas a nivel interprovincial. Por lo tanto los apiarios del norte de Buenos Aires se extienden a la zona de la mesopotamia, y en el sur los productores las trasladan a la floración frutícola del Río Negro”, indicó el ministerio provincial.
De acuerdo con el informe, los casos de africanización están detectados en la zona del Delta, donde se desplazan los productores hacia la mesopotamia, y en Bahía Blanca, a partir de detectar los panales que llegan incrustados en los barcos. “En ambos casos están relevados los apicultores que tienen africanización en sus apiarios”, informó el organismo.
Este muestreo fue financiado por el Consejo Federal de Inversiones. A partir del trabajo efectuado cada productor que aportó muestras cuenta con un certificado del Ministerio de Asuntos Agrarios donde se expide la salubridad de su apiario, “lo cual les permitirá contar con una herramienta más en el momento de la comercialización”.
Por otra parte, se indicó que “los técnicos encargados de llevar adelante la propuesta, participarán con su trabajo de investigación el próximo 29 de agosto en el Congreso Nacional de Apicultura, organizado por el Consejo Federal de Inversiones, el INTA y la Sociedad Argentina de Apicultores.