Habrá estado una hora. Solá estuvo acompañado por el ministro de Salud provincia, Claudio Mate; el intendente de Brown, Manuel Rodríguez (PJ), y el director del hospital Jorge, José María Tournon.
El nuevo pabellón busca “terminar con una discriminación” (ya que era sólo para hombres), explicó Tournon, en diálogo con la Agencia Auno.
“La salud es un derecho para todos. Acá (en el hospital Jorge) se estaba dando una atención que era de un 50 por ciento, el género femenino no está afuera de las adicciones”, señaló. Y recalcó que el principal fin de esta inauguración es terminar con la “discriminación” y dejar de centrar la problemática en el género masculino.
Como reto para el futuro reclamó que también el Hospital Estévez de Temperley abra sus puertas al 50 por ciento restante del género. En ese establecimiento se dedica únicamente a la atención de mujeres, por eso Tournon desea que la atención pase a ser “mixta” porque “la patología no es propia de un género, es de todos”.
Por su parte, Solá se encargó de pasear por los espacios verdes del hospital, responder a los halagos de las militantes que lo recibieron eufóricas, apelando al reparto de besos, autógrafos y posó para espontáneas sesiones fotográficas. Al llegar a la placa que se había descubierto para la reinauguración del Servicio Mixto de la Comunidad Terapéutica, el gobernador tiró de la cinta celeste y blanca. Así cumplió con su visita a Almirante Brown.
A la hora de los halagos, el director del Jorge se apresuró a destacar el “respaldo que genera a la salud, la presencia del gobernador” en esta inauguración. Pero no se olvidó de recordarle, casi en el oído al ministro Mate la necesidad que tiene el hospital de móviles para el traslado de los pacientes.
“El gobernador Solá vino a respaldar la estructura que estamos fundando. Es un gran respaldo para la medicina del distrito la presencia del gobernador con esta inauguración. Pero ahora tenemos la obligación de seguir adelante con todo esto. Lo hacemos desde hace ocho años con el fin de mejorar la salud del distrito”, señaló.
En el marco de la problemática sobre las adicciones, temática que abordará este nuevo pabellón, el director determinó que no únicamente la droga es la que enferma a los adictos, sino que lo hace el “medio” en el que se encuentran.
Por esa razón, la comunidad terapéutica tiene previsto “apelar a la internación de los pacientes para alejarlos de un contexto negativo y fortalecerlo hasta rescatarlo y devolverlo a la sociedad”.
Para el doctor Tounon, la internación es “indispensable”, pero aclaró que en los fines de semana los pacientes deben regresar a sus hogares para no perder la relación con su familia. “En el hospital tenemos consultorios externos, internación por día e internación completa que es de lunes a viernes, porque sino se pierde el vínculo con la familia. Y esto no es un depósito, esto es para rehabilitar al que lo necesite”, enfatizó.
Para el cierre de la visita, el ministro de Salud aclaró que “estamos en la mitad del camino” en el fortalecimiento de los recursos humanos y vaticinó que para el 2007 se llegará al final del sendero.
“Este año se han nombrado mil enfermeras, se incorporado alrededor de 150 nuevos cargos, más 60 pediatras. No tiene precedentes en los últimos años un fortalecimiento tan importante en recursos humanos. Así todo, creo que estamos a mitad de camino con lo que se hizo este año. El año que viene estaremos en el final”, concluyó.
En el recibimiento de la comitiva política, se plantearon dos realidades. Una, compuesta por los tres movimientos barriales, Barrios de Pie, Evita y Libres del Sur, que con sus redoblantes y banderas fueron al hospital para “apoyar la política de este Gobierno y al Gobernador”, según señalaron algunos de sus integrantes.
Otra, un grupo de chicos ubicados en una escuela aledaña al hospital reclamaron una nueva escuela, en una pequeña cartulina con una leyenda que decía: “Escuela 507 sigue esperando un nuevo edificio”.
Se trata de una escuela de chicos sordos que, como contaron algunas madres que llevan a sus hijos a esa institución, “no es nada segura”. “La mitad del edificio está construido con chapas, hace un tiempo se cayó el techo de un aula y después de un largo tiempo lo vinieron a arreglar, pero lo dejaron mal, cuando llueve cae agua por el tubo de luz. Hoy esa aula está en desuso. Este invierno los chicos sufrieron mucho frío porque si prendíamos las estufas, saltaba la térmica de toda la escuela”, contaron.
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