La empresa Aguas y Saneamientos argentinos (Aysa) se comprometió, al cabo de una reunión que sostuvo con integrantes del Foro Hídrico de Lomas de Zamora, a concluir en el plazo de un mes los trabajos correspondientes al denominado “quinto refuerzo”, un troncal subterráneo que le permitirá al distrito contar con un mayor caudal en la red de suministro de agua corriente.
El quinto refuerzo es un acueducto que unirá el afluente de Lanús con la planta de tratamiento de Temperley, y de esta forma, la comuna lomense dispondrá de mayor cantidad de agua circulando por su sistema troncal, aunque no contará con un incremento de presión, una falencia que los funcionarios de AySA planea corregir con la construcción de una planta elevadora en Llavallol.
Asimismo, Alejandro Almeida, integrante y referente del Foro Hídrico, adelantó que uno de los proyectos que ya está en marcha es la división del Cuartel IX, una de las zonas del partido más afectadas por la persistencia de inundaciones, en 55 módulos, en los cuales AySA conjuntamente con distintas cooperativas sociales “cortarán el caño principal que proviene de (la planta de tratamiento de) Temperley y que corre debajo de la calle Arana Goiri para abastecer a cada uno de esos sectores, que antes funcionaban mediante conexiones clandestinas”.
Respecto de la falta de agua, que incitó a vecinos de Temperley a realizar reiterados reclamos, Almeida señaló que esa situación produce “mucho malestar” e inquietud entre los vecinos. “La gente tiene que vivir juntando líquido en baldes y botellas. Los habitantes de Lomas de Zamora sufren mucho por este tema, sobre todo en las zonas más carenciadas”, afirmó el forista en diálogo con la Agencia Universitaria de Noticias Opinión (AUNO).
“Por momentos no tenemos agua, el resto del tiempo tenemos baja presión. Sólo de noche podemos lavar la ropa por temor a que se nos quemen los lavarropas. No vemos obligados a recolectar el agua cuando cae el sol, por las dudas que al día siguiente nos quedemos secos. Agua en los tachos, en las botellas, en las cacerolas. Así no podemos vivir”, narró a través de un comunicado Patricia Bularte, vecina de Temperley.
Sumada a esa problemática, Almeida señaló que la falta de cloacas y la altura de las napas son los asuntos hídricos más “urgentes” a resolver en la comuna lomense. “Al estar las napas altas, cuando llueve los pozos ciegos se llenan solos. Incluso, en las zonas más bajas, donde las reservas acuíferas quedan aún más elevadas (por ejemplo, en Ingeniero Budge) el agua se vuelca hacia las zanjas y la gente vive con la mierda en la puerta y dentro de sus casas”, explicó.
Además, Almeida hizo hincapié en “la contaminación del Arroyo del Rey” y vinculó la creación de basurales en sus orillas con la aparición de enfermedades por falta de higiene.
“En algunas zonas el camión de la basura no pasa. Los residuos se acumulan y las ratas se multiplican. Una de cada tres camas en los hospitales de la zona están ocupadas por pacientes con enfermedades hídricas’”, aseguró en diálogo con esta agencia.
A la espera del fin del plazo que AySA puso para la finalización de las labores del “quinto refuerzo”, Almeida señaló que los vecinos de Temperley “exigen obras que muchas veces dependen de variables económicas, pero también de decisiones políticas”. Así, “tanto el Municipio como cada una de las partes que interviene deben poner la mejor voluntad para hacer las cosas lo mejor posible”, sentenció.
En la reunión también estuvieron presentes el gerente de Relaciones Comunitarias de Aysa, Eduardo Martínez, el subsecretario de Asuntos Hídricos del municipio, René Chávez, el equipo de técnicos de la empresa y miembros del Foro Hídrico lomense.
AUNO 11-01-08
FG-LDC
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