Con la exigencia de un plan nacional contra la hepatitis, la Fundación HCV Sin Fronteras cerró ésta semana en el Obelisco la campaña de concientización “¿Soy el número12?”, en el marco del Día Mundial de la Hepatitis. El número se refiere a datos de la Organización Mundial de la Salud que muestran que una de cada doce personas en el mundo está infectada con hepatits B o C. Esta cifra indica que la dimensión de este mal es diez veces mayor que la del HIV/SIDA, y que 500 millones de personas en todo el mundo lo padecen.
El cierre de la campaña fue el lunes, 19 de mayo, fecha en que se conmemora el Día Internacional de la Hepatitis. La instauración de la jornada fue fruto de la Alianza Mundial contra las Hepatitis (WHA en inglés), formada por 200 grupos (57 países y 42 idiomas).
Para conmemorar la fecha, este año, en la Argentina, la Fundación HCV Sin Fronteras inició su campaña de prevención y concientización hace un mes, visitando hospitales y pacientes en Tucumán, Rosario, Córdoba, Ushuaia, La Plata. La iniciativa culminó el 19 en el Obelisco.
Diariamente la labor de la fundación es entregar material gráfico, atiende consultas sobre grupos de ayuda mutua, preparan charlas para escuelas, médicos. Por vía telefónica, Internet o en persona brinda información a 8 mil pacientes por día desde hace ocho años. Para consultas sobre grupos de mutua ayuda o centros de salud de las distintas regiones hay que enviar un correo electrónico a www.hcvsinfronteras.org.ar o a info@hcvsinfronteras.org.ar.
Sin Fronteras estima que más de 1 millón de personas en la Argentina tiene hepatitis B o C y que la mayoría no lo sabe, principalmente porque estas enfermedades no suelen manifestar síntomas, lo que implicaría que en 15 años esas personas podrían desarrollar cirrosis o cáncer de hígado. La detección de la enfermedad se realiza con un simple análisis, sin embargo “todos los estudios posteriores al de detección son caros y hoy el Estado no los cubre”, puntualizó en charla con AUNO- Tercer Sector Eduardo Pérez Pegué, director ejecutivo de la Fundación HCV, durante el cierre de la campaña.
-¿Cuáles son las formas de contagio de la hepatitis B o C?
A través de la vía sanguínea bajo cualquier forma se trasmite la enfermedad, con el agregado también de la vía sexual en la hepatitis B. No se trasmite por aire, saliva, un abrazo: sólo cuando entra en el torrente sanguíneo de una persona que no está infectada. Hasta el año 92 se transfundía por sangre, trasplantes que estaban contaminados porque no había controles para hepatitis B o C en los bancos de sangre o en los bancos de órganos. De alguna manera, aunque existen grupos en riesgo, la mayoría de la población tiene la posibilidad de tener hepatitis B o C.
-¿Cómo accede la gente al análisis de detección? ¿Lo cubren las obras sociales y el Estado?
Así como se hace un análisis de sangre para HIV, se charla con el médico para que le recomiende un análisis y poder detectar a tiempo la enfermedad, que es la mejor forma de prevención. Las obras sociales y las medicinas prepagas están obligadas a pagarlos si el médico lo indica. En caso de que no lo paguen se puede recurrir a la Justicia, lamentablemente, o realizarlo por su cuenta, ya que si bien hay gente que no lo puede solventar, ese primer análisis sale 45$ y no es caro. El tema es que todos los análisis que siguen son caros y hoy el Estado no los cubre.
-¿En qué grado manifiestan los pacientes ese incumplimiento?
Lamentablemente recibimos esos casos diariamente. En el plan médico obligatorio donde figuran las prestaciones que tienen que brindar las obras sociales o medicinas prepagas se otorga el tratamiento pero no el análisis, que son indispensables para comenzar a tratarse, como el genotipo o la primera carga viral. Esto en algunos casos lo cubre la obra social, si no tenemos que recurrir a la Justicia. El tratamiento se otorga la mayoría de las veces pero en forma interrumpida, no como debería ser un tratamiento antiviral donde no hay que darle espacio al virus para que mute. Es una inyección semanal y varias pastillas por día que tenés que seguir al pie de la letra sí o sí. El problema por parte del Estado es el incumplimiento de la entrega de medicamentos en farmacia.
-¿Qué ayuda brinda el Estado concretamente?
Otorga con dificultad los medicamentos en los hospitales públicos, y no otorga cargas virales de terminación de genotipo, ni cualitativa ni cuantitativa, que son estudios básicos. Y en el tema de la hepatitis B otorga algunos medicamentos, otros no. También existen problemas con algunos estudios. Por ejemplo, para empezar un tratamiento de hepatitis C, necesitás saber sí o sí qué genotipo tenés. Si ese estudio no te lo cubren, sale 400 pesos y no podés empezar el tratamiento por más que te regalen medicamentos de a docenas.
-Mientras tanto la población recurre a las ONG…
A HCV Sin Fronteras y otros organismos que existen, a los hospitales públicos de las unidades centinelas de hepatitis donde los médicos luchan con lo poco que tienen. Hoy estuvimos en esos hospitales y la gente nos pedía agujas para la biopsia, donde podían conseguir el tratamiento, un abogado…O sea, los pedidos iban más allá de lo que la gente te puede pedir por su salud e insumos básicos que tendrían que estar en los hospitales. Nosotros hacemos una red con los medicamentos que sobran de pacientes y se los damos a otros. Tenemos una red en toda Latinoamérica llamada EPARED, donde la gente se puede comunicar por Internet o por teléfono al 0225-440-3570. Ahí la vamos a orientar al tipo de información que necesite o la acercaremos a un profesional que esté a la altura de lo que necesita.
Cómo contactarse:
Fundación HCV Sin Fronteras
http://www.hcvsinfronteras.org.ar/