Un homenaje a Niní Marshall se realizó en Banfield Teatro Ensamble, con la obra de teatro “Recordando a Niní”, que se exhibió en esa sala.
La multifacética artista Ana Padovani presentó el sábado último ‘Recordando a Niní’, a ciento cinco años del nacimiento de la actriz Marina Esther Traverso, más conocida como ‘Nini Marshall’, en el Banfield Teatro Ensamble, ubicado en Larrea 350.
“Les voy a contar una historia”, así comenzó la obra que recorrió por más de una hora y media la vida de Niní, y donde Padovani presentó los personajes más entrañables de Marshall: ‘Catita’, ‘Cándida’, ‘Doña Pola’, ‘Belarmina Cueio’ y ‘La niña Jovita y su loro Romeo’, entre otros.
Padovani comenzó su carrera como narradora de cuentos, y tras pedirle autorización a Niní para incluir un texto de su autoría en una obra, forjó una relación que duró hasta los últimos días de la actriz.
“Me legitimó en lo que hacía, fue mi madrina porque estuvo presente desde el primer día”, aseguró Padovani, que fue premiada con el ACE (Asociación de Cronistas del Espectáculo) por el espectáculo ‘Querida Niní” en la temporada 2003-2004.
Marshall concibió personajes que mostraban una imagen de la Argentina como verdaderos documentos de identidad de un pueblo, y muchas veces fueron atacados por gobiernos que le impusieron censura, aunque Padovani defendió que el estilo de Niní “era criticar la sociedad con amor y comprensión”.
En diálogo con la agencia Auno, Padovani remarcó que el personaje que le surge y ayuda en la vida es el de ‘Catita’ porque “cuando me veo en situaciones complicadas apelo a ese personaje; por ejemplo, cuando tenía que pasar la gorra, me salía la ‘Catita’; para mí es una especie de comodín”.
Niní formó parte de la mística que giraba en torno a la radio en las décadas del ’30 y del ’40, comenzó escribiendo publicidades para electrodomésticos, luego se presentó en distintas radios como cantante internacional, para finalmente llegar a los hogares de los argentinos con sus personajes de radioteatro.
La actriz era conocida por su timidez, que no le impidió demostrar su talento en el cine como en el teatro.
Aunque no tenía una gran belleza y tampoco una voz privilegiada que le permitiera destacarse como cantante, considerados rasgos claves en esa época para convertirse en una ‘estrella’, igual consiguió volverse enormemente famosa.
En ese sentido, Padovani afirmó que Niní “no era una actriz improvisada”, sino que era “muy integrada con una rigurosidad increíble en su trabajo y nos dejó un legado enorme como artista y sobretodo como persona”.
“Tenía un humor negro maravilloso, era un Chaplin con faldas, es muy difícil hacer humor con la capacidad creativa que ella tuvo, existen muchos humoristas pero por el momento no vislumbro a nadie que se le parezca”, puntualizó Padovani.
sam-hrc