Verónica Silva es una joven emprendedora con la convicción de que la tecnología es un instrumento con un potencial tan grande que puede convertirse en la solución a muchos problemas. Hay una ola de este tipo de pensamiento que caracteriza a las nuevas generaciones, que son protagonistas de un nueva forma de hacer negocios. Sin embargo, el eje es que los objetivos, sumados a la tecnología, tengan un impacto social.
Creó Apprendo, una aplicación que se enfoca en conectar estudiantes y profesores, de acuerdo a las necesidades particulares de cada uno. Actualmente, Verónica es un ejemplo en el país de lo que significa emprender con recursos digitales, pero reconoce que esto no es fácil. Lo que ella aprendió es que para llegar lejos y poder ayudar de verdad con las ideas, el emprendimiento debe adaptarse al mercado y no al revés, “hay que enamorarse del problema y no del emprendimiento”.
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¿Cuáles son los desafíos al emprender?
En todo lo que es tecnología, hay gente que puede mejorar un negocio que ya existe o crear uno nuevo. Y eso es completamente un desafío. Uber está innovando en el servicio de remis y Glovo en los deliverys. Lo que están haciendo es agarrar algo que ya existía, le ponen tecnología para potenciarlo, pero igualmente tenés que generar un hábito en las personas para que lo incorporen en su vida cotidiana. No es algo que se venda una sola vez. Eso es un desafío. Algo que me parece muy curioso –y que es también un desafío para los nuevos emprendedores– es que la mayoría no viene de un ámbito tecnológico. Y no saben por dónde empezar. Es mucha la incertidumbre de meterse en algo que no conocés. Encima sobre la tecnología y la programación hay una visión de “yo no puedo”, “es muy complicado». Por esto también digo que tenemos la oportunidad de ver cómo capacitar a más gente para que pueda emprender con tecnología.
¿La crisis económica en el país es un factor limitante?
Un unicornio tecnológico es una empresa que vale más de mil millones de dólares en bolsa, antes de los 10 años de edad, lo cual es algo casi utópico y, por eso, se le dio el nombre de unicornio. Es algo que se suele usar mucho cuando hablás de negocios. En Argentina tenemos cinco, y cuatro nacieron en la crisis del 2001. Es muy interesante porque hay una frase muy graciosa que dice “hay personas que lloran y otros que venden pañuelos”. En épocas de crisis lo que surgen son un montón de necesidades. Los recursos son escasos y es complejo ver cómo podés llevar las cosas adelante. Aunque estamos con todo el tema de la inflación, parece irónico pero ahora es el mejor momento para ser emprendedor en Argentina. En mi caso, independientemente de cómo estamos ahora, yo no tenía ningún recurso cuando empecé.
¿Qué apoyo del gobierno reciben los emprendimientos?
Hace un tiempo se lanzó la Ley de Emprendedores (con el gobierno de Mauricio Macri), que simplificó los costos y los trámites para hacer una empresa. Y hace poco salió la Ley de la Economía del Conocimiento, que ayuda a estas starts-up, estos nuevos emprendimientos que tienen que ver con tecnología, y que realmente impulsa a que se creen más. Además se empezó a hacer más conocida la palabra “emprendedor” y se le empezó a dar más valor a alguien que quiere crear un negocio nuevo. Hay concursos, las empresas intentan promover más esto. Para mí, que no tenía un millón de dólares en el banco para invertir, ahora con todas estas nuevas convocatorias que hay es más fácil llevar adelante tu idea, si es que realmente lo vale.
¿Cómo fue iniciar este proyecto de Apprendo desde abajo?
Cuando tenés una idea y la querés hacer realidad, no es fácil. No pasa de un día para el otro, y realmente te tenés que comprometer. Cuando empecé estaba sola, después estuve con un grupo de estudiantes de programación para hacer la primera app, que fue en ese tiempo de desarrollo. También estuve con una amiga, pero ella tenía la necesidad de tener dos trabajos y no podía dedicarse, entonces se fue y estuve sola otra vez. Este año se incorporó al equipo uno de mis mejores amigos que es ingeniero en informática. Además de toda la parte lógica, dura de los productos y todas las cosas que tenés que hacer a nivel papel, está también toda la parte emocional. Es cierto que cuando el camino lo hacés acompañado, lo encarás de una forma diferente, porque tenés a alguien que está ahí y te entiende y la está viviendo con vos. Aunque tampoco es imposible arrancarlo solo, porque yo lo hice así. Igualmente, estoy creciendo, todavía me falta un montón pero estoy creciendo.
¿En qué instancia se encuentra la aplicación?
Este año me enfoqué en desarrollar la plataforma. Ya tenía un MVP (producto mínimo viable), que pude hacer en ese momento con los estudiantes. En 2019 me enfoqué en desarrollar la versión oficial, que la estamos por lanzar dentro de poquito. El MVP era re simple pero ayuda a validar la idea y a darte cuenta que a la gente le sirve. Además de ahí sacás ideas para hacer algo mucho mejor que es lo que estamos trabajando ahora.
¿Qué novedades va a tener la versión oficial?
Me estuve enfocando más en la parte tecnológica, en el proceso que mi aplicación se enfoca. Es decir, las clases particulares, los cursos y los talleres, cómo se manejan las personas y los institutos en Argentina. Y fundamentalmente cómo nosotros poniendo tecnología, de qué forma podemos ayudar a que la gente venda más, a que los alumnos puedan conseguir mejores clases, a que un chico si tiene una necesidad especial pueda conseguir un profesor que esté capacitado para darle una clase. Cuando lanzamos la primera versión, me sorprendí porque una profesora se registró y decía: “doy clases de apoyo estudiantil y a chicos con dislexia”. Ahí se me prendió la lamparita y dije “che, acá estoy dejando de lado toda otra oportunidad que puede ayudar a un montón de personas que no encuentran clases porque es imposible encontrarlo de otra forma”. Y con un par de líneas de código lo podemos solucionar. Nosotros en Apprendo hicimos toda una parte inclusiva, donde los profesores pueden decir si están capacitados para darle clases a chicos con necesidades en particular. Por ejemplo, si un profesor sabe lengua de señas puede darle clase a un chico sordo. Un profesor de deporte que tiene un equipo de chicos que juegan al básquet en silla de ruedas, lo puede publicar y otro chico se puede enterar.
¿Qué importancia tiene, entonces, la tecnología en todo este proceso?
La tecnología nos permite facilitar todo eso. Algo que también nos sorprendió cuando nos pusimos a elaborar la propuesta es que nos dimos cuenta que hay un montón de cosas por hacer en educación. Y en general, la tecnología es para usarla con algún propósito. Se pueden hacer un montón de cosas, es una herramienta que puede ayudar a un montón de gente.
¿Qué cambios creés que hacen falta en el sistema educativo de Argentina?
Lamentablemente es un círculo vicioso. Un montón de problemas son de educación. Las personas que están excluidas económicamente es, también, porque no pudieron acceder a la educación. Los chicos que están en la pobreza no pueden estudiar porque, en general, tienen que trabajar porque no tienen qué comer. Y si no tienen qué comer, ¿cómo van a poder ir a la escuela todos los días? La educación es un derecho que permite mejorar la calidad de vida. Lo que más me gustaría hacer, pero no tengo la solución, es que se reduzca la brecha entre la gente que tiene una calidad muy alta de educación y los chicos que son analfabetos o que no tienen una buena calidad educativa. Y me gustaría que encontráramos la forma de hacerlo a través de la tecnología, que todos tengamos una buena educación.
¿Creés que la tecnología tiene el lugar que merece en la currícula educativa?
Algo interesante es que ahora se le está dando más relevancia a la robótica educativa. Se está incluyendo más en los planes educativos porque es una disciplina que te permite aprender programación jugando. A mi me hubiese encantado hacer eso de chica, porque creo que también mi generación tiene miedo de emprender en tecnología porque es algo que desconocemos. Vemos un par de códigos y nos desesperamos. Y pienso, si esto es algo que pueden aprender los niños, ¿por qué no lo podemos aprender los jóvenes también? Además, es algo accesible a todos, se puede aprender desde YouTube. Por eso me gustaría que nos animemos más a esto.
Quizás desde Apprendo también lo podrían incentivar…
Totalmente. En la aplicación están todas las áreas de aprendizaje divididas en diferentes temáticas. Podés explorar desde apoyo estudiantil hasta música, arte, deporte… Y también hicimos una temática que es tecnología, donde incluimos robótica y programación, todas nuevas disciplinas.
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