Unión Soviética, el infierno bailable

Cruza entre discurso punk y sonido tecnho, la banda de Almirante Brown que el viernes presentó su disco debut, charló con AUNO sobre «Casa 8» y el proceso de hibridación de géneros que define a la nueva generación de músicos independientes.

Juan Relmucao

Lomas de Zamora, agosto 12 (AUNO).- En febrero de 1991, el entonces presidente de los Estados Unidos, George H. Bush, dio el tradicional Discurso del Estado de la Unión ante el Congreso norteamericano y anunció “una gran idea” que regiría el futuro de su país (y el del mundo): “Un nuevo orden mundial en el que diversas naciones se alineen para lograr las aspiraciones universales de la humanidad: paz y seguridad, libertad y el reinado del estado de derecho”. Ese discurso abre el álbum debut de la banda browniana “Unión Soviética, “Casa 8”, un disco que bebe del rebalse del Consenso de Washington y lo regurgita en forma de techno conurbano.

El LP, presentado el viernes último en la fiesta Surfer Rosa, fue escrito por Facundo Cecchini y Mateo Ruiz, dos baqueanos del under local que, ajenos a los prejucios que afectan a la música electrónica, dejaron en segundo plano la mugre de los pedales y se sumergieron en el placer electrónico de los sintetizadores.

El resultado fue un disco para bailar sobre las ruinas de un país donde un roll de sushi vale 270 pesos. O en palabras de sus creadores, sentados junto a AUNO en la plaza de Temperley, “nos dijeron ‘la música es electrónica, pero hay algo que hace que no sea de puto’”.

Chiste al margen, Unión Soviética es un cuchillo adentro de una orquídea; el infierno terrenal que dibujan las letras de Cecchini contrasta con los loops y guitarras tuneadas de Ruiz, lo que resulta en un híbrido de signo violento pero de fluir disfrutable, hasta pop.

El doble filo de la banda quizá provenga del pasado en común de los músicos, Facundo como voz de los temibles Los de Cuero —que están a punto de presentar su segundo disco— y Mateo como baterista punk con inferiores en Cemento y similares mecas de contracultura.

¿Cómo llegaron dos tipos salidos de un fanzine a teclear sobre minimoogs con una base en loop? “Cuando éramos más pendejos éramos más fundamentalistas (contó Mateo), pero con el tiempo por suerte eso se fue perdiendo y ambos empezamos a escuchar música electrónica al mismo tiempo. Yo tenía un sintetizador Casio Tone de juguete y solía grabar unas cosas hasta que tiré la idea de juntarnos a ensayar y ya al primer ensayo salieron dos temas”.

Facundo, letrista y cantante, completó: “No es que ‘uy, fui a una fiesta llena de DJ’s en Crobar y ahora me gusta la electrónica’. Esto viene de algo que está mucho más naturalizado. Para mí, arrancar con un proyecto electrónico era arrancar con un proyecto punk porque las bandas electrónicas con las que me crucé eran bastante punk. ‘Fatherfucker’, de Peaches, que fue el primer disco del palo que escuché, era re punk”.

Acerca de esa sana promiscuidad de géneros, su compañero sostuvo que se trata de “una electrónica que viene más de la emoción de tocar, de tocar y revolcarte como con cualquier banda punk pero con la posibilidad de sacar sonidos diferentes todo el tiempo, deformarlos. Eso te lo da la electrónica”.

En cuanto a la distopía denunciada en sus letras, Facundo señala que “la idea es mostrar esa realidad de opresión y bailar sobre eso; entender que uno está atravesado por una realidad y trazar los males cotidianos para resignificarlos en la medida de lo posible”.

Ese concepto border-bailable podrá ser puesto a prueba el sábado 22 en La Casita de Temperley, fecha en la que también habrá discos a la venta.

Antes del último loop, Cecchini cerró con otra reflexión útil para entender la razón de ser de Unión Soviética: “Cuando escucho los temas que están en la calle o entro a un comercio y presto atención a la música, me asusto porque el contenido es súper liviano, pero tiene un subtexto muy pesado, opresivo, que apunta a generar letargo en el oyente. Un caso ejemplar, porque he escuchado discos enteros cuando trabajaba con una compañera que me los ponía todo el tiempo, es Dread Mar I. ¡Hacé la prueba! O si no, no lo escuches. Para no morirte”.

JJR-AFD
AUNO-12-08-14

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