Frente a esta realidad y por conmemorarse mañana el Día Mundial del Riñón, el Ministerio de Salud bonaerense le recuerda a la población que “deben realizarse los análisis de rutina y controlar regularmente su presión arterial”.
Desde el 2006, la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) instituyó al 8 de marzo como el Día Mundial del Riñón, con el objetivo de implementar estrategias de prevención para despertar conciencia en los individuos que puedan reconocerse en riesgo de tener una enfermedad renal.
Según datos del Cucaiba, durante 2006 se realizaron 269 transplantes renales en la provincia de Buenos Aires, de los cuales 199 fueron con donante cadavérico y 70 con donante vivo relacionado, mientras que 10.463 pacientes bonaerenses están en diálisis. La prevalencia de los pacientes en diálisis es de 696 casos por millón de habitantes.
En la actualidad existen dos tipos de diálisis que reemplazan en parte las funciones de extracción de toxinas que tiene un riñón normal: la hemodiálisis donde la sangre del paciente pasa a través de un aparato que realiza el filtrado y la diálisis peritoneal por el cual las toxinas se extraen a través del peritoneo, membrana que recubre los órganos de la cavidad abdominal.
Las enfermedades renales pueden ser asintomáticas durante años, y esto se convierte en uno de los mayores peligros debido a que sólo comienzan a manifestarse cuando la función del riñón disminuye a un 30 por ciento.
Para evitar este deterioro, y detectar una lesión renal a tiempo, es fundamental la realización de análisis de sangre y orina, que permitan llevar un control periódico de la creatinina en sangre y la proteína en orina, además de contar con un registro regular de la presión arterial.
Los riñones son los encargados de descartar el agua y las toxinas de la sangre a través de la orina. Este órgano sano llega a eliminar uno a dos litros de orina por día, y al mismo tiempo tiene la tarea de sintetizar hormonas que ayudan a producir glóbulos rojos, a controlar la presión arterial y a mantener a los huesos en buen estado. El problema surge cuando aparece algún tipo de lesión que dificulta su normal funcionamiento, y las personas no llegan a percibirlo.
Respecto a la cantidad de personas con lesiones renales que hay en territorio bonaerense, la jefa del Servicio de Nefrología del Hospital San Martín, Dora Arroyo, aclaró que “al no tratarse de una enfermedad de comunicación obligatoria, como por ejemplo la tuberculosis, no existen cifras oficiales, y para esto sería necesario hacer catastros de toda la población, o por lo menos de grupos representativos como la población infantil y las embarazadas, que permitan tener un registro y prevenir la insuficiencia crónica”.
La detección temprana de una lesión renal mediante la práctica rutinaria de estudios para medir la creatinina en sangre, el análisis de una muestra de orina, y un correcto control de la presión arterial, pueden evitar la enfermedad crónica en los riñones que, una vez diagnosticada, es casi irreversible.
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