Una tormenta sonora y caribeña

La Delio Valdez presentó su cuarto disco, _Sonido subtropical_, en un show en el que los músicos se lucieron y un público heterogéneo no paró de bailar.

Adrián Emanuel Barrera

Lomas de Zamora, junio 24 (AUNO).- Afuera de Auditorio Sur, en Temperley, el frío da contracturas, pero dentro de la sala eso cambia: el calor emana por todos los rincones. El cumbión de La Delio Valdez se palpita desde las primeras melodías que se escuchan al cruzar las puertas pasada la medianoche. La presentación de Sonido subtropical, cuarto disco de la orquesta, arrancará ardientes pasos de baile a un público ansioso por emborracharse de cumbia.

Distintos sonidos de Latinoamérica, a cargo del DJ Sonido Parrandero, comienzan a calentar los pasos, todavía sobrios, de los asistentes que lentamente entran al lugar. Se puede definir al público con una palabra: variopinto. Es arriesgado establecer una media de edad o una predominante clase social; a los presentes sólo los une las ganas de mover sus cuerpos al ritmo de la cumbia. Ron y Velas, una banda local, es la primera en sonar en vivo. Comandado por el acordeón de Diego Ponce, el septeto le deja la pista encendida a La Delio.

La oscuridad repentina indica que la orquesta está por salir. Los gritos de espera se intensifican a cada minuto que pasa, hasta que los músicos se acomodan detrás de sus instrumentos y micrófonos para desatar una tormenta sonora que desprende brisas caribeñas. Muchas cervezas corrieron ya. Se nota en los pasos desinhibidos de los asistentes que se amontonan cerca del escenario para poder sentir la potencia.

El show está dividido en varios actos en los que todos se lucen: los vientos, la percusión, las cuerdas y las voces. No hay un solo cantante. Cuando suben al escenario Black Rodríguez Méndez e Ivonne Guzmán, generan una explosión particular en el público. El verles bailar puede que sea el motivo, ya que no son sólo sus voces las que destacan, sino también los movimientos que los caracterizan: la sangre colombiana de Guzmán invade cada rincón de su cuerpo y se mueve sensual cuando canta “Amnesia”, del disco que se estrena. Por su parte, Rodríguez Méndez es esperado por su personaje definido: su traje blanco, su collar de flores y el ramo lo convierten en el padre de la cumbia, que gira sobre sí mismo con pasos bien ensayados al entonar “Cumbia sobre el mar”.

Los fotógrafos tienen una postal diferente desde el piso de arriba del Auditorio, donde se encuentran los técnicos de sonido. Las personas amontonadas son como hormigas iluminadas por luces rojas, violetas y amarillas que se mecen de un costado a otro siguiendo la cadencia que la orquesta impone desde el escenario con suma prolijidad.

La presentación de Sonido subtropical es una excusa que le permite a La Delio recorrer los cuatro discos que lleva editados a lo largo de nueve años; sobre todo le permite despedirse de La rueda del cumbión, que la llevó a recorrer varios rincones del país. También es la excusa para poner de manifiesto que la autogestión es el camino que eligieron y por el cual llenaron Auditorio Sur, en “el (show) más convocante de todos” a lo largo del último mes, según su manager. Del trabajo estrenado, suenan “Inocente”, “De noche al amanecer” y “La cancioncita”.

Hay un dato que es curioso: de los 15 músicos, sólo dos son mujeres; Guzmán en la voz y Agustina Massara en el saxo alto. Sin embargo, uno de los momentos destacados de la noche se produce cuando Massara levanta el pañuelo verde de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. El público grita. Ella luego va a sonreír en el camarín cuando la feliciten por el gesto. “Hay que seguir la lucha”, afirma con convicción.

Otro momento de importancia es el final, cuando suena “La camisa rayá”. A las voces de Guzmán y Rodríguez Méndez se suma la del timbaletero y líder de todo el proyecto: Pedro Gabriel Rodríguez. Durante un show gratuito el año pasado en Burzaco, Rodríguez recordó su adolescencia en aquella localidad y relató que en su momento su palo fue el hardcore. Tal vez de esos años proviene la lógica de la autogestión que caracteriza a los músicos, de funcionar como una máquina aceitada y avanzar como lo hicieron en los últimos años.

Apenas termina el show, Sonido Parrandero acierta a la perfección con “Vete” del grupo santafesino Los del Bohío. La fiesta va a seguir un rato más con el DJ. La cumbia es un ritmo que invita a la gente a bailar aunque no haya ninguna banda en el escenario. Pablo Broide, saxo tenor de La Delio Valdez, aventura: “Es un lenguaje común de Latinoamérica: un argentino, chileno, hondureño o peruano escucha una y siente el ritmo de su vida, de su infancia”.

Fotografía: gentileza de Joaquín Zeján.

AUNO-24-06-2018
AEB-MDY

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