Según el informe publicado en la página web de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) “se denomina ‘bezoar’ a toda masa gástrica cuyo contenido puede ser cabellos, fibras de frutas y vegetales o derivados de leche. Cuando está compuesta de pelos se la define como ‘tricobezoar’”.
El estudio determina que “uno de cada 2000 niños sufre de tricotilomanía”, es decir, la presencia de un impulso recurrente a arrancarse el cabello. Pero asimismo, asegura que “pocos desarrollan un tricobezoar”.
Este tipo de patologías “es más frecuente en el sexo femenino, ocupando un 90 por ciento de los casos, y su pico de incidencia se encuentra entre los 10 y los 19 años”.
Además, el informe sostiene que el origen de la enfermedad “tiene un componente psiquiátrico que va desde alteraciones afectivas, asilamiento social, angustia y retardo mental”.
Para detectar la existencia de esta patología se nombran algunos síntomas como la presencia de “náuseas, vómitos, elasticidad del estómago, pérdida de peso y tamaño del bezoar”, entre otros. También, “aunque menos frecuente, la presencia de cabello en material fecal puede ayudar en el diagnóstico”.
Por último resalta que “el paciente generalmente niega u oculta la información sobre tricofagia, y sólo un 50 por ciento de los casos son admitidos, por lo que se necesita un alto grado de sospecha para detectarla”.
LR-AFD
AUNO-06-08-10