“¿Quieren que les escriba su nombre en Braille?”, invitó una docente del stand de la 501 a un grupo de chicas que miraban con atención las ilustraciones. “¿Hay que pagar”, preguntó una de ellas. “No, no, es gratis”, respondió la mujer mientras buscaba unas hojas para escribir los nombres. La escena fue parte de la vigésima edición de la “Expoferial”, un encuentro en el que escuelas de educación especial de los distritos de la región quinta de la provincia de Buenos Aires expusieron las producciones que elaboraron los alumnos durante el año.
Durante la primera de las dos jornadas que tuvieron lugar en el ex colegio Nacional de Adrogué, Almirante Brown, cientos de vecinos se acercaron a la feria a una quincena de stand para disfrutar y comprar la variedad de productos elaborados por niños, adolescentes y adultos con necesidades educativas especiales a causa de discapacidades psíquicas, físicas o sensoriales.
Entre los productos, los interesados podían comprar alimentos, utensilios domésticos, elementos de madera para el hogar, vestimentas, tapices, artesanías, adornos, plantas y una gran variedad de ropa blanca (fundas de almohadas, sábanas).
Y también hubo lugar para el arte, ya que la escuela especial 501, con servicio agregado para ciegos y disminuidos visuales, presentó una muestra de pintura de los alumnos. En el pequeño espacio, colgaban paisajes y personajes pintados con témperas y bellas figuras geométricas realizadas con la técnica de collage.
Luego, sobre el escenario, los estudiantes de primer y segundo ciclo de la 505 de Rafael Calzada que trabaja a partir de un abordaje trasdisciplinario se vistieron con ponchos y plumas para emular una danza tradicional de los pueblos originarios de América.
Así, los niños bailaron en ronda y movieron las manos junto a dos de sus profesores. “Lo primero que el hombre primitivo supo hacer fue bailar”, destacó la presentadora al final de la obra y agradeció a los chicos por el “enorme respeto” hacia las primeras comunidades que pisaron estas tierras.
Abajo, los docentes, padres y alumnos fueron los encargados de atender los puestos y dialogar con los vecinos sobre la importancia de la estimulación creativa temprana y la capacitación en una actividad determinada a los estudiantes.
En este sentido, Ana María Di Santi, directora de la escuela de discapacitados motores 508 de Burzaco, explicó que “la idea, en principio, es mostrar a la comunidad lo que hacen los chicos de las escuelas especiales, donde aprenden un oficio” o una técnica artística.
Con ese fin, cuando tienen entre 3 y 18 años “transitan la primaria en las escuelas especiales donde se preparan en talleres diversos y luego pasan al centro de formación laboral (que funciona como un secundario), donde se capacitan para conseguir un trabajo”, detalló Di Santi, representante de la escuela que organizó el encuentro. En el puesto de esa institución, se destacaban los porta retratos, fundas de celulares y paneras de múltiples colores.
Además, la institución 508, como el resto de las escuelas, tiene como objetivos estimular la comunicación, socialización y las posibilidades de integración a la escuela común; brindar formación pre-laboral acorde con las características de los alumnos y fortalecer el proyecto de integración escolar en los distintos niveles del sistema educativo.
Una vez concluida la educación primaria, los estudiantes ingresan a las escuelas laborales, como al Centro de Formación Laboral número 1, donde se forman en áreas como costura, mecánica, carpintería, construcción, huerta y jardinería, servicios de cocina y economía doméstica.
Y luego, los chicos están mejor preparados para integrarse al campo laboral a través de, por ejemplo, sistemas de pasantías en empresas.
Por eso, para lograr una mayor formación es fundamental la educación especial primaria. “Si los niños se preparan en los talleres, en el futuro podrán subsistir sin depender de otros”, consideró Gabriel Barrese, docente de orientación manual, quien explicó que el dinero recaudado de las ventas de las producciones de los alumnos será “destinado para comprar materiales y seguir produciendo”.
Por su parte, Silvia Gómez, vicedirectora y secretaria de la Escuela de Educación Especial 501 “Alejandro Korn”, de Guernica, lamentó que la institución en la que trabaja no cuente con cargos de integrador laboral para facilitar la inserción de los estudiantes. “Necesitamos docentes que cumplan la función de articular, porque tampoco tenemos sistemas de pasantías”, se quejó Gómez.
Sin embargo, “logramos que dos estudiantes adultos consigan trabajo en la panadería que abastece a la escuela”, se alegró la docente y destacó la labor y le esfuerzo que los chicos realizan a diario para mantener una huerta.
La actividad se realizó en el marco de los 60 años de la creación de la Educación Especial en la Provincia, y junto con las escuelas participaron la Asociación Pro Educación Diferenciada en Almirante Brown (Aedab) y la Asociación de Padres de Adolescentes Especiales Trabajando (Apaet).
SES-AFD
AUNO-16-10-09
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