La Fundación “Un Techo para mí País” construyó el último fin de semana su casa número 1.000, a través de una edificación masiva que se llevó a cabo en los barrios bonaerenses de San Blas, en Bella Vista; La Hoya, en Malvinas Argentinas; El Triunfo y Nicole, en La Matanza; Villa Nueva, en Berisso; Eucaliptos, en Ensenada; y Ringuelet, en la Plata.
La actividad no fue empañada por la lluvia. El viernes, 1.500 voluntarios se reunieron para lograr el objetivo en diversos puntos del conurbano: construir 130 viviendas destinadas a unas treinta familias, que se encuentran en situación de extrema pobreza, y así cumplir al tan anhelado desafío que se propuso la organización en los barrios asignados.
El director social de Un Techo para Mí País, Agustín Algorta señaló que la construcción de la Casa 1.000 significó “una alegría enorme, pero también una responsabilidad y desafío aún mayores, ya que es la prueba concreta que con esfuerzo y compromiso las cosas se pueden cambiar”.
También sostuvo que queda “un enorme trabajo por hacer y que es necesario que toda la sociedad se involucre y tome conciencia de la importancia del trabajo en conjunto”.
Cada vivienda es un módulo de madera de 18 metros cuadrados, formado por dos paneles de piso, seis paneles laterales, una puerta, dos ventanas, vigas de madera y techo de chapa de zinc. Además, cada casa se encuentra suspendida sobre 15 pilotes que la aíslan y protegen de la humedad.
Esta organización de la sociedad civil (OSC) busca integrar a cada uno de los actores de la sociedad, en una lucha constante contra la injusticia y la falta de oportunidades. Es decir, cada una de las casas simboliza una nueva oportunidad, un nuevo comienzo para progresar.
Los jóvenes voluntarios fueron una pieza clave para llegar a la vivienda 1.000, por comprometerse e involucrase en cada uno de los barrios, levantando las viviendas con la ayuda de los miembros de las familias que las habitarán. “Las ganas de seguir aumentan cuando uno ve la realidad diaria en la que viven las familias, ahí es cuando el esfuerzo se multiplica”, comentó Ignacio Mussi Tiscornia, voluntario de la Fundación.
Asimismo, afirmó que “el hecho de que las familias pasen la próxima lluvia secos, en una vivienda digna, se vuelve el motor más fuerte para seguir adelante”.
El trabajo de Un Techo para mí País se define como “intervención social” y consiste en tres etapas. La primera consta en un modelo de construcción de viviendas de emergencia, como solución rápida y concreta a un problema real y urgente.
Posteriormente, la fase de habitación social reside en congregar a los voluntarios y vecinos en mesas de trabajo en busca de soluciones a los problemas del barrio, con la aplicación de diversos planes de capacitación en oficios, salud, educación y microcréditos, entre otros.
La etapa final persigue una comunidad sustentable, esto es, que el barrio se organice en un grupo de vecinos unidos y comprometidos con mejorar sus condiciones de vida.
El desafío de la entidad para el próximo año es “2010 techos para el 2010”, con el que se propone duplicar la cantidad de viviendas construidas por la OSC.
Cómo contactarse:
Un techo para mi país
Guatemala 4344 PB, Cap. Fed.
Tel: 5291-2094/5
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