Más de 150 gatos quedaron sin hogar después de que un feroz incendio destruyó el refugio Rescatando Bigotes en Monte Grande y sus voluntarios piden colaboraciones para reconstruir el lugar. «Lo perdimos todo«, contó su fundadora, Patricia Lencinas, en diálogo con AUNO.
El accidente que afectó el espacio autogestivo ocurrió en la noche de 14 de mayo. «Nos quedamos sin nada«, anunciaron. A través de su página Instagram, la familia de proteccionistas ilustró lo ocurrido con fotos de un grupo de bomberos en la oscuridad en plena lucha contra las llamas. Por fortuna, ninguna de las mascotas resultó herida.
“Llegué de trabajar, se cortó la luz y ahí empezó todo. La falta de electricidad dificultó mucho el control del incendio. No teníamos batería en los celulares, no podía ver el pico de la canilla para conectar la manguera y no había presión de agua fuerte. Cuando llegaron los bomberos tampoco funcionaba la autobomba”, aseguró Lencinas.
El fuego empezó por un corto circuito en el depósito donde funcionaba la carpintería. En ese lugar había materiales inflamables como pinturas, maderas y pegamentos, que eran utilizados para la fabricación de cuchas, entre otros productos a pedido.
Un mes después del incendio, la fundadora de Rescatando Bigotes contó en sus redes sociales que pudieron comprar la primera tanda de materiales y ya está en construcción el refugio a partir de «cada ayuda» que les brindaron. Y lamentó: «El dolor queda atrás, aunque todavía se sufre y hay secuelas«.
La obra recién empieza y por ese motivo, los proteccionistas necesitan comprar muchos más materiales de la construcción para terminar las instalaciones. Lencinas sumó a todo esto que necesitan comprar «insumos para los gatos, como alimentos, piedras, gateras y frazadas».
Cómo ayudar al refugio Rescatando Bigotes de Monte Grande
Además de las donaciones que reciben a través de sus redes sociales, el refugio tiene una tienda online en la que promocionan cuchas, camas, rascadores y gati-baños que fabrican ellos mismos. Lo recaudado con las ventas está destinado a financiar los gastos de traslado de los animales a su nuevo hogar, consultas veterinarias, comprar medicamentos y artículos de limpieza, entre otros elementos.
A esto sumaban sorteos y rifas para solventar los costos de reconstrucción del refugio. “Nosotros pedimos para los gatos y si es ayuda económica mucho mejor, porque así vamos a ir adelantando lo que es la carpintería para ayudarlos a ellos”, indicó. En otras ocasiones, Rescatando Bigotes usó estos medios para juntar plata y ayudar a otros refugios.
Lencinas creó el espacio en 2008 después de que encontró gatos abandonados y difundió su número y sus redes sociales para buscarle un nuevo hogar. “Empecé a poner los teléfonos, me pedían gatos para adoptar. Así me di cuenta de que podía hacer algo por ellos y no paré nunca más», indicó.
AUNO-02-07-2024
ANV-MB
